Título original: Carrusel
Año de publicación: 2019
Traducción: Berta Dávila
Valoración: Recomendable > Muy recomendable
Es curioso cómo influyen las expectativas previas en el modo como leemos un libro. Carrusel, de Berta Dávila, se publica en su versión castellana (traducida del gallego por la propia autora) en la misma editorial que Panza de Burro de Andrea Abreu, que como ya comenté en su día fue para mí una de las lecturas más luminosas y sorprendentes del año pasado. Venía, además, muy bien recomendada por una persona de cuyo criterio me fío mucho, aunque nuestros gustos no siempre coincidan. Así que entre eso, y quizás la sugerencia infantil del título, esperaba encontrarme con un Panza de Burro 2: Galicia Drift. Y no: son novelas muy diferentes, aunque ambas propongan una investigación estilística radical de signo casi se podría decir que opuesto.
Ese fue uno de los motivos por los que me costó entrar en el texto de Carrusel: frente a la (muy trabajada y estudiada) naturalidad de Panza de burro, Carrusel propone un lenguaje deliberada y manifiestamente poético, que parte de lo concreto e incluso lo nimio para adentrarse en lo abstracto y lo matefórico. Un lenguaje delicadamente trabajado, a veces lacónico o aforístico y que, en una primera impresión, me pareció incluso demasiado forzado. Tampoco me ayudaron a entrar en el libro las referencias al propio proceso de escritura ("este libro que estoy escribiendo", "empecé a escribir este libro", etc.), un recurso, y ya sé que esto es cuestión de gustos, que personalmente me resulta incómodo. Pero luego, ya sea porque fui entrando en el lenguaje y en la propuesta estética de la novela, o porque el propio texto alcanza su propia velocidad de crucero, lo cierto es que a partir del tercer o cuarto capítulo me atrapó y me fascinó, hasta tal punto que hice algo que no recuerdo haber hecho nunca: nada más acabar la novela la "rebobiné" en el eReader, y empecé a leerla otra vez. Y creo que esta es de hecho una novela que a pesar de su brevedad (o a lo mejor gracias a ella) se podría releer muchas veces, y siempre se encontrarían cosas nuevas.
Esta es, efecto, una obra densa, y que no sigue la estructura de una trama narrativa tradicional, aunque en un sentido muy vago sí haya una cierta progresión cronológica, sino que pertenece a "otro tipo de historias más difíciles de contar, que empiezan y terminan en cada trazo del pincel. Esas historias hay que escribirlas con pulso de miniaturista y necesitan ser leídas con pupilas miopes, atendiendo a cada punto. En ese tipo de historias lo que más importa es el detalle, lo único que importa es el detalle, realmente", como se afirma en el primer capítulo. De hecho,quien mueve los hilos de la narración es la memoria asociativa, que establece conexiones temáticas o emocionales a través del tiempo y el espacio, relaciona lo que es con lo que fue, este gesto con aquel otro gesto semejante, este lugar con aquel otro lugar del mismo tipo, y crea un universo familiar y de amistad por momentos borros, por momentos terriblemente cruel, pero también poblado de amor y de empatía.
Así, para agarrarnos al texto y darle sentido nos sirven ciertos nombres (el tío Carlos, la amiga Natalia), imágenes (el mercurio como veneno, los números como representación y sustitutos del mundo, el coleccionismo como forma de aproximarse al mundo), o temas (la enfermedad mental, la muerte, la familia, la maternidad). De hecho, la idea de circularidad indicada por el propio título remite también a la idea de repetición neurótica, una dolencia que parece aquejar a varios miembros de la familia de la narradora, marcando las páginas más descarnadas y terribles de la novela. Y a pesar de todo, a pesar de su dureza, creo que el texto consigue arrancar destellos de luz y dejar una sensación de calidez, porque a pesar de su sufrimiento, de su introspección y de sus traumas, los personajes consiguen convivir, comunicarse, quererse, encontrarse. "La mayor parte de las historias son una suma de trazos de luz y de sombra", dice la narradora, y lo pone en práctica en el texto.
Y el estilo, ese mismo estilo que al principio me dificultaba entrar en la novela, acabó por convertirse en otro elemento luminoso del texto, otro motivo para seguir leyendo página tras página (y para volver a empezar el libro una vez terminado). No tengo en absoluto el hábito de subrayar libros, y como este lo estaba leyendo en formato digital, todavía menos, pero no hay duda de que Carrusel es un libro muy subrayable, cargado, como decía antes, de aforismos sobre la vida y la muerte, la enfermedad, la amistad, la soledad, la maternidad o la propia literatura. Incluyo aquí como muestra un párrafo, de entre los muchos que podría haber escogido, donde se muestra este cruce entre familia, memoria y literatura:
No gestiono bien lo imprevisible, a lo mejor porque yo misma soy así la mayor parte del tiempo. Imagino que es algo que he heredado, sin quererlo, de la abuela Úrsula. Mientras recogemos su casa, encontramos notas manuscritas en pequeños trozos de papel prácticamente sobre cada objeto de importancia que poseía, sobre cada cajón, sobre cada espejo: las medicinas, los pequeños recados, el listado de los libros que están guardados en la librería y los que están en la mesilla de noche. Esa necesidad de controlar las pocas cosas que pueden controlarse, de anotarlas y darles forma, se parece mucho a lo que yo hago: escribir para comprender la infinidad del mundo en el que vivo como si fuera una casa que me pertenece.
Y otro párrafo, ya cerca del final, que resume la búsqueda de la luz en medio de la oscuridad, y con el que creo que es apropiado cerrar esta reseña:
Así son también las cajas de música que me obsesionan desde que era una niña. La lógica del mecanismo de una caja de música son los obstáculos. La rueda no se detiene, el sonido aparece cada vez que ella tropieza. Si no hubiera obstáculos, no habría música tampoco. No sé en qué momento tomé conciencia de vivir dentro de una caja de música, tropezándome. Tal vez ese y no otro es mi hogar y el lugar que siempre estoy buscando, ese sitio al que siempre quiero volver y del que nunca quiero marcharme. O a lo mejor es así como vivimos todos.
Si es así, celebrémoslo.
5 comentarios:
Hola, Santi. Me ha encantado tu viaje por este libro, que ha coincidido mucho con el mío. También me costó entrar por las razones que apuntas y por las referencias a los números y las matemáticas en los primeros capítulos, que a ratos sentí algo forzadas. Pero coincido en que al avanzar acabas sintiéndote como pez en el agua en la lectura, entre personajes e imágenes como la del mercurio, bellísima a mi parecer. Mi impresión al acabar fue tan positiva que, como tú, releí. Y subí a "muy recomendable", que supongo es lo que te ha pasado a ti :). Gracias por esta reseña tan bien contada.
Berta Dávila es una gran escritora. También está traducido al español "O derradeiro libro de Emma Olsen". Muy recomendable!
Muchas gracias por los comentarios!
Irati, qué curioso que hayamos coincidido en la lectura del libro. Eso podría apuntar a que no es solo cosa mía, sino que de hecho al libro también le cuesta encontrar su ritmo - o que el estilo que propone es exigente y hace falta algo de tiempo para habituarse...
Y Anton, tomo nota de la recomendación, ¿cuál dirías que es su mejor obra, incluyendo las publicadas en gallego que todavía no se han traducido?
Grandísima reseña, Santi.
Me da, por lo que comentas, que es un libro que podría gustarme mucho. Le echaré un ojo.
Saludos
Marc
Buenas, es la primera vez que comento por aquí.
"Carrusel" de Berta Dávila fue mi primer libro leído en gallego. No sé cömo habrá quedado su propia traducción al castellano pero desde luego ese tono poético condensado a lo largo del libro es sublime en gallego. A mí, al contrario que al reseñista, el libro me atrapó desde las primeras líneas. También al contrario que algún comentario, sus referencias matemáticas me maravillaron. Creo que es un texto denso en contenido y significados que contrasta con su lenguaje concreto y poético. Quizá esa aparente liviandad sea la que lleve a la necesidad de rebobinar hasta la primera página nada más acabar porque te hace consciente de que en pocas páginas la autora ha hablado de mucho.
Tras este leí "O derradeiro libro de Emma Olsen", que me pareció bueno pero una obra más inmadura. Leí también "Illa Decepción", su último libro publicado, y me pareció también muy interesante pero creo que no es tan redondo como "Carrusel".
Una autora sin duda a tener muy en cuenta.
Un saludo,
Manuel
Publicar un comentario