Título original: Dementia 21
Valoración: Delirante
Yukie, una alegre y eficiente cuidadora de ancianos, vivirá aventuras de lo más descabelladas que le obligarán a poner a prueba su ingenio. Esta es la premisa de Demencia 21, locura donde las haya perpetrada por el extravagante Shintaro Kago.
Este manga se subdivide en diecisiete capítulos. Al principio, todos ellos son bastante episódicos; en adelante, sin embargo, van reincorporando elementos previos a las nuevas tramas, dotando al conjunto de una cierta continuidad. Tampoco os penséis que dicha continuidad es muy perceptible, ¿eh?: la imaginación de Kago es tan rica que el autor descarta un montón de conceptos, una vez les deja de ver utilidad. Algunos llamarán a esto mala escritura; otros apreciaremos que un creador experimente y subvierta expectativas.
Eroguro, absurdo, surrealismo y humor negro permean Demencia 21, que sorprenderá, divertirá e inquietará a partes iguales. Para que os hagáis una idea de la bizarrada a la que nos enfrentamos, os dejo varias de las imágenes que agrupa: un campamento para asistentas domésticas, una asociación de mujeres maltratadas por sus suegras, dentaduras postizas que pretenden parasitar a los seres humanos y carriles de autopista destinados a conductores borrachos o suicidas.
El único reproche que me atrevería a ponerle a esta historia es su final: uno espera que la cosa acabe a lo grande, que todo lo que ha ido confluyendo estalle en una dirección concreta, o que se le dé un arco de personaje a la protagonista. En cambio, el último capítulo podría haberse contado entre los iniciales, dado su aire episódico. Aunque, bien pensado, Kago podría haberlo situado así expresamente, con la voluntad de subvertir, una vez más, las expectativas del lector.
El apartado gráfico de Demencia 21 es excelente. El dibujo de Kago, detallado a la par que expresivo, destaca especialmente cuando describe arquitecturas imposibles o retrata el movimiento de manos y pies. Asimismo, este manga derrocha ingenio visual. Adoro, por ejemplo, cómo relata las frenéticas labores de Yukie y el paso del tiempo en las páginas 19, 20, 22 y 23.
A la postre, Demencia 21 es una obra muy entretenida, sumamente original y que, pese a no tomarse en serio, deja caer reflexiones interesantes sobre lo estéril que es querer ser el mejor en algo, el trato que le deparan las sociedades contemporáneas a las personas mayores o las contradicciones que gravitan en torno a la pena de muerte.
Por cierto, este magnífico volumen se lo debemos a Ponent Mon. La edición es impecable: el formato es más grande de lo que viene siendo habitual, la calidad del papel o la tinta no dejan que desear, y una serie de ilustraciones a color sirven de colofón.
1 comentario:
Kango es tremendo. Me alegro de que le hayáis hecho un hueco. Animo a todas y todos a probar.
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