jueves, 13 de septiembre de 2018

Alberto Moravia: El hombre que mira


Idioma original: Italiano 
Título original: L'uomo che guarda
Traductora: Silvia Querini
Año de publicación: 1985
Valoración: Se deja leer 

Tras leer Los indiferentes, El conformista o La campesina, obras de Alberto Moravia que me parecieron espectaculares, llegaron La atención y El tedio. Éstos últimos libros no son malos, pero sí algo insípidos. A ver, sus aspectos positivos los vuelven redimibles, y debo reconocer que Moravia me tenía demasiado bien acostumbrado, por lo que, pese a la relativa decepción que supusieron, di otra oportunidad al escritor romano sin titubear. Por desgracia, me topé con El hombre que mira. Y, sinceramente, no tengo claro si debo seguir insistiendo con Moravia o limitarme a paladear nostálgicamente nuestros buenos momentos juntos.

Vayamos por partes. En El hombre que mira tenemos a tres personajes: un profesor universitario, su padre y Silvia, la esposa del primero. Ella le dice a su marido que necesita reflexionar y abandona el piso donde viven. Piso que pertenece al padre (el del marido, no el de ella) y en el que habitan los tres. Por cierto, padre e hijo mantienen una relación tensa desde hace años. Se podría decir, de hecho, que son rivales: los ideales de uno chocan con los del otro de forma irreconciliable. También sus personalidades. 

Pues bien, ¿por qué esta novela no me ha gustado? Para empezar, porque pienso que podría haberse zanjado con la mitad de páginas. Por si su volumen excesivo (para el tipo de historia que cuenta, me refiero; realmente, el libro no llega a las 220 páginas) no fuera suficiente, el argumento del El hombre que mira se narra con una lentitud exasperante, y determinados pasajes son reiterativos, si no directamente superfluos. A todo eso hay que sumarle el escaso interés que suscita su premisa. Vale, las rivalidades paterno-filiales tienen su encanto. Kafka. Fante. Ellos lo bordan. Pero Moravia, en cambio, es incapaz de ofrecer algo de sustancia a este conflicto. 

Para colmo, en El hombre que mira apenas hay simetría entre los dos personajes principales, el padre y el hijo. La balanza se inclina todo el tiempo hacia el padre. Y es que el hijo es un personaje soso, aburrido, además de poco verosímil. Moravia parece despreciarlo; le retrata como uno de esos hombres pasivos, castrados, que tanto pueblan sus novelas. Tampoco es que el padre sea la gran cosa, en realidad. No voy a destripar ciertos acontecimientos, pero la historia se empeña en dar una relevancia  que, a mis ojos, no tiene. Su personaje solamente destaca, si acaso, por contraste con el del hijo. Además de, como decía, por imposición del autor; al fin y al cabo, sospecho que Moravia se quiso proyectar en él. Ya sabéis, a lo Philip Roth (todo ese rollo del profesor entrado en años viviendo una experiencia erótica), pero sin alcanzar profundidad alguna. Bien pensado, en este libro estaríamos hablando de escapismo más que de proyección.  

Otra característica literaria propia de Moravia que podemos encontrar en El hombre que mira, además del arquetipo del hombre pasivo, es el uso de escenas sexuales explícitas, casi pornográficas. Aunque aquí han sido mal ejecutadas. En este libro, dichas escenas se me han antojado vulgares. Y su intencionalidad, infantil. De nuevo, sospecho que Moravia quiso proyectarse en este texto. Me sabe mal no poder entrar en detalles, aclarar por qué digo esto, pero repito que no quiero revelar la historia a quien quiera leerla. Así que me detendré aquí, aunque podría poner a parir más a El hombre que mira. Avisados estáis.


También de Alberto Moravia en ULAD: Los indiferentes, El conformistaLa romana

10 comentarios:

Lupita dijo...

Hola, Oriol:
Exactamente sentí lo mismo que tú al leer "La romana" Me ha entrado hasta intriga por leer este libro del hombre que mira..

Oriol dijo...

Estimada Lupita, ¿a qué te refieres con que sentiste lo mismo? ¿A que "La romana" de Moravia te decepcionó? Según tengo entendido, es una de sus obras más celebradas, aunque yo todavía no la he leído. ¿Me la recomiendas?

Yo te sugiero que, si todavía no los has leído, les des una oportunidad a los tres libros de Moravia que menciono en el inicio de la reseña. A cada cual mejor.

Y si al final decides leer "El hombre que mira", estás invitada, ya lo sabes, a dejar tu impresión. Me gustaría saber qué pensáis los demás de esta novela.

¡Un abrazo!

Lupita dijo...

Lo que hace escribir mal. Quiero decir que La romana me pareció espectacular, como a ti. Todo lo que he leído de Moravia me ha parecido..una maravilla. De ahí lo de la curiosidad

Lupita dijo...

Madre mía. Tú has dicho "La campesina" y no "La romana" He leído ambas y las dos son algo maravilloso.Y la película
basada en "la Campesina", con Sofia Loren, también está muy bien.
Agggg..

Con el boli me explico mejor..lo juro

Carlos Andia dijo...

Hace muchísimo tiempo leí un libro de Moravia titulado 'Yo y él', en el que un hombre conversaba con su pene, falo, miembro. Siento decir que no recuerdo nada más, así que lo dejo como simple apunte, no sé si alguien más lo ha leído.

Saludos a tutti.

O et A dijo...

gran crítica!!

Oriol dijo...

Sabía que a Moravia le iba lo escatológico, pero madre mía... El libro que dices puede ser algo simpático si está ejecutado con solvencia, pero si el autor la pifia al introducir obscenidades como en "El hombre que mira", la cosa puede salir muy mal.

Traveler dijo...

Lo leí hace ya varios años, y sin parecerme una maravilla, tampoco guardo muy mal recuerdo, simplemente algo plano. Sí me gustaron mucho más los Cuentos romanos. Insistiré con Moravia.

Anónimo dijo...

Estupenda reseña, aunque has pasado por alto otro de los defectos de este libro: el forzado trasfondo lacaniano que le da Moravia a la historia.

Abrazo

Bateman dijo...

Leído. No podría estar más de acuerdo contigo, Oriol.