Título original: Montaigne
Año de publicación: 1942
Valoración: muy recomendable
En momentos complejos como en los que nos encontramos actualmente, en una época donde según algunos políticos se ha superado (ejem) la crisis mientras la población pasa por situaciones de pobreza, donde las ideologías extremas (y extremistas) van aumentando su papel en un ya de por sí deshumanizado mundo, donde cada día somos testigos de las injusticias sociales que nos rodean, hay que buscar respuesta y consejo en los clásicos. Y ya puestos, ¿por qué no hacerlo leyendo a Zweig hablando sobre Montaigne?
En este ensayo póstumo e inconcluso debido al suicidio del autor, confluyen dos personajes ilustres de nuestra cultura; la escritura siempre precisa, hábil y rica de Zweig nos sirve de vehículo para aproximarnos a la vida de Montaigne. Tras unos primeros capítulos de puesta al día de la filosofía del humanista francés y su aplicación a la sociedad contemporánea a Zweig, éste nos detalla la vida de Montaigne y la intención de su padre aristócrata en apartarlo de los excesos y de la vida cómoda para hacer de él una persona con grandes conocimientos sobre la cultura a la vez que con grandes dosis de humildad y austeridad. Estos inicios fomentaron el interés por la educación y la cultura, que sería ampliados y enriquecidos a lo largo de su vida para acabar siendo una persona altamente influyente en la sociedad. Con críticas a la férrea disciplina educativa del momento, Zweig afirma que «trabajamos únicamente para llenar la memoria y dejamos el entendimiento y la consciencia vacías. ¿De qué nos sirve tener el estómago lleno si no lo digerimos, si no se transforma en nosotros, si no nos hace crecer y fortalecernos?». Sin duda, estas reflexiones son vigentes hoy en día con un sistema educativo en proceso de revisión y transformación, siendo cuestionado por seguir el método tradicional de enseñanza y no haber sido capaz de adaptarse completamente a los tiempos actuales. Más allá de la reflexión sobre el sistema educativo, la admiración de Montaigne por la cultura y los libros es tan grande que a sus 38 años se retiró a su torre para vivir únicamente rodeado de libros y así poder ampliar su conocimiento. Esta veneración hacia los libros queda perfectamente expuesta cuando indica: «sabiendo que puedo disfrutarlos cuando quiera, estoy contento solo por el hecho de tenerlos» o «no molestan cuando uno guarda silencio, solo hablan cuando se les pregunta».
Las tesis de Montaigne tienen cabida siempre, pero más aún en esta época de pérdida de valores y tendencia al narcisismo. El culto a la imagen, el deseo y necesidad de reconocimiento popular ampliado por los altavoces digitales de las redes sociales, se expande a medida que la humanidad tiene más herramientas para su difusión. La imagen exterior le come terreno a lo que albergamos en el interior y la superficialidad brilla y deslumbra, cubriendo con un manto de opacidad nuestro interior, nuestra humanidad. Montaigne luchó contra los excesos, contra la riqueza externa, contra aquello que nos aparta de quienes somos realmente. Para ejemplarizar la actitud comedida del humanista, retomo una de las frases incluidas en el libro: «¿Cómo defenderme para no ir en mis palabras y acciones más allá de donde mi yo más íntimo quiere llegar?» o también «me gustaría no saber cuánto tengo, para disgustarme menos en el caso pérdida».
Estudiando las tesis de Montaigne, Zweig hace una analogía de la época en la que vivió para analizar su propia vida y la de una Europa con grandes carencias humanitarias y de identidad. Y visto el estado en el que se halla Europa en nuestros días, parece que seguimos cayendo en los mismos vicios del pasado. La filosofía de Montaigne y su análisis retoma vigencia y permite cuestionar, no únicamente la sociedad y sus valores, sino también aquello que la componen: los valores individuales que cultivamos y albergamos cada uno de nosotros. Y entre todas las aseveraciones de Montaigne, me quedo, por la profundidad y la responsabilidad individual que debemos tener ante las injusticias, con la siguiente:
«El alma no puede descansar cuando el país se subleva»
También de Stefan Zweig en ULAD: El mundo de ayer, Los ojos del hermano eterno, Fouché. Retrato de un hombre político, Mendel el de los libros, María Antonieta, Tiempo y mundo, Carta de una desconocida, Novela de ajedrez, Veinticuatro horas en la vida de una mujer, La piedad peligrosa o la impaciencia del corazón, Viaje al pasado, ¿Fue él? y Las hermanas, Clarissa, Miedo, Ardiente secreto, Una boda en Lyon, El amor de Erika Ewald
13 comentarios:
Todas las semblanzas vitales ( no biografías) de Zweig son impresionantes, como los personajes reseñados: Castelio, Fouché, Balzac, Estuardo, Vespucio, Nietzsche, Freud... Acabo de leer su "Magallanes" y me ha impresionado. ¿Sabíais qu
Se me cortó el comentario.
.que Juan Sebastián Elcano quiso dar media vuelta y regresar a España antes de pasar el estrecho luego llamado de Magallanes? Pero al final fue él quien completó la vuelta a la Tierra, tras morir Magallanes en Filipinas... y se llevó la fama. Pero quien primero completó la circunnavegación fue Enrique, el esclavo malayo de Magallanes, que iba en la expedición y regresó a su patria.
"Magallanes" creo que está desvatalogado, yo la he leído en edición antigua.
Ahora Acantilado ha publicado "Clarissa", novela inacabada de Stefan Zweig. Estoy leyéndola. Zweig nunca falla ni defrauda.
"Descatalogado", perdón. Escribo desde el móvil.
Saludos y gracias.
Hola Marc! Zweig fue uno de los autores que me inició en mi adolescencia el hàbito a la lectura....
Pero quiero comentarte, que me ha llegado en lo más profundo de mi ser, tu comentario de lo que vivimos ahora,...bien dices.....
En ésta época de pérdida de valores y tendencia al narcisismo. El culto a la imagen, el deseo y necesidad de reconocimiento popular.......
¡Que momentos tan complejos estamos viviendo Caray!¡ Pobre Mundo!!
Gracias por tu reseña, Saludos!
Interesantes comentarios, Aitor. Desconocía lo que indicas de Magallanes y tienes mucha razón al afirmar que la obra de Zweig es impresionante. Todo lo que he leído de él es de gran valor, nunca decepciona.
Y Marcela, muchas gracias por tus palabras, es todo un halago y te lo agradezco. Y sí, vivimos en momentos muy complicados y, a menos que entre todos cambiemos el rumbo actual, el futuro no parece muy esperanzador. Aún estamos a tiempo.
Gracias a ambos por vuestros comentarios, enriquecen mucho el blog y también a los que lo leemos (y escribimos, claro).
Un saludo ;-)
Al hilo de lo que antes se decía, un interesante pasaje del libro "Magallanes" de Zweig puede leerse en
http://relatosexpres.blogspot.com.es/2017/03/magallanes-stefan-zweig.html
Muy interesante aportación, Emilia, Aitor y Cía. Gracias por el apunte y por enriquecer el blog.
A Aitor Suárez (autor de los primeros comentarios) aprovechó para decirle que me sumo al interés por "Clarissa" y lo añado a mis próximas lecturas ;-)
Saludos
Marc
Bueno, ya veo que los comentarios son unánimemente elogiosos, como siempre ocurre con Zweig, así que voy a desentonar un pelín: quisiera saber, Marc, si en esta biografía (o semblanza, como decía el otro interviniente) también se aprecia la subjetividad desatada y el punto apologético que en mi opinión manifiesta don Stefan en otros libros similares.
Por lo demás, excelente reseña, compañero.
Hola Carlos, pues es una buena pregunta aunque aunque no sé si podré responderte como merece. Hasta ahora lo que había leído de Zweig era novela por lo que mi incursión a su vertiente de biografías (o semblanzas) ha empezado con Montaigne aunque no sé si, en esta ocasión, a partir de Montaigne he llegado a Zweig o ha sido al revés ya que encuentro ambos personajes muy interesantes. En cualquier caso, conociendo ligeramente la obra de Zweig, me da la sensación que la subjetividad existe y que Zweig tiende a escribir sobre autores a los que admira (probablemente yo haría lo mismo si tuviera la opción).
Puede que nuestros lectores más conocedores de esta vertiente en concreto nos puedan ilustrar y dar respuesta a esta interesante cuestión.
Gracias Carlos por tu valoración de la reseña :-)
mil gracias por el blog Hormias
Magallanes es un libro magnífico. Os recomiendo que completéis el conocimiento de la gran hazaña con la lectura de "La primera vuelta al mundo", de José Luis Comellas. Este autor cuenta los hechos con mayor rigor histórico. Es imprescindible.
Montaigne forma parte de la recopilación "El legado de Europa" en el que además de la biografía del ensayista francés se reúnen una colección de semblanzas, ensayos, introducciones y reflexiones bastante interesantes, me chocó cómo en un ensayo de 1919 Zweig ya ve la posibilidad de otra guerra en Europa. Otros personajes que me llamaron la atención fueron Walter Rathenau, debía de ser alguien más que brillante, y John Roth.
Un abrazo: Sol
Buen apunte, Sol. He mirado la biografía de Rathenau y parece un personaje realmente interesante. Echaré un vistazo a ”El legado de Europa" porque seguro que es una lectura enriquecedora. Y sí, a mí también me sorprendió la capacidad de análisis de Zweig sobre la Europa de sus tiempos. Fue un autor clave no solo por su calidad literaria sino también por la aportación a la cultura con sus reflexiones.
Gracias por leernos, Sol. Un abrazo.
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