viernes, 17 de marzo de 2017

Reseña + Entrevista. William H. Gass: En el corazón del corazón del país

Idioma original: Inglés
Título original: In the heart of the heart of the country
Año de publicación: Entre 1958 y 1968
Traducción: Rebeca García Nieto
Valorración: Muy recomendable / Imprescindible

Hay libros que te marcan, que te dejan boquiabierto, que te hacen volver a creer en la (buena) literatura, libros que son como un hook al hígado, que te dejan sin aire, pero con ese punto de placer que en ocasiones trae el dolor, libros que parece mentira que hayan estado años y años olvidados.

Uno de esos libros es "En el corazón del corazón del país". Y lo es, fundamentalmente, por dos de los textos que lo componen.

El primero es "El chico de Pedersen", novela breve que abre el libro. Es un texto, por sí solo, totalmente imprescindible por estilo y por argumento. No voy a destripar nada, solo algunas pistas: novela iniciática, con nieve (mucha, más que en Fargo), violencia (mucha, aunque no necesariamente física), simbología (muchísima, sobre todo referente a la muerte y a la resurrección), ecos de Faulkner (bastantes) y un narrador / personaje principal, unos secundarios (Pa y Big Hans) y una historia de los que se quedan en la cabeza mucho tiempo.

Continúa el libro con "La señora ruin", más breve e inferior a "El chico de Pedersen". Narrado también en primera persona, en él un narrador / voyeur contempla la vida de un vecindario muy "clase media". A diferencia de "El chico de Pedersen", encontramos algo de humor (negro, eso sí) y un final con tintes surrealistas que deja al lector algo descolocado.

El tercer relato, "Carámbanos", se centra en la vida de Fender, un americano medio empleado en una inmobiliaria. Obsesionado con los carámbanos que dan título al relato y con una mente un tanto difusa, asistimos a su progresivo retraimiento, soledad y aislamiento.

El cuarto, "El orden de los insectos", lo situaría prácticamente al nivel de "El chico de Pedersen". Apenas una docena de páginas, en forma de monólogo aparentemente deslavazado, plagadas también de simbología (la muerte está siempre ahí, al acecho), para contarnos el paso del terror o el miedo a la simple curiosidad y de esta a la pura obsesión de un ama de casa por los cadáveres de los insectos que, misteriosamente, aparecen en su salón. Un relato terriblemente perturbador.

Termina el libro con "En el corazón del corazón del país", una especie de cuaderno de bitácora de un poeta retirado en una ciudad anónima y gris del Medio Oeste. Similar a "La señora Ruin" en lo que se refiere a un personaje / narrador / voyeur que observa lo que le rodea, pero completamente diferente en su estructura y desarrollo. Y es que, en este caso, la observación exterior conduce a una observación interior, al corazón del corazón del país.

En pocas palabras: un verdadero descubrimiento. Por un lado, por esos personajes al borde de la locura, ya sea por exceso de lucidez o por problemas "psíquicos", solitarios, individualistas, grotescos, grises, sórdidos, obsesionados con la muerte, etc son de los que dejan huella. Y por otro por ese estilo, que por momentos recuerda a Faulkner y por momentos a Joyce. difícil, exigente con el lector por experimental, por tremendamente personal y por la abundancia de símbolos. 

Sé que habrá más Gass en el futuro y espero que también haya más libros de La Navaja Suiza, editorial que debuta con esta obra.

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Aprovechando la ocasión, nos lanzamos a charlar con La Navaja Suiza. Aquí están nuestras preguntas y sus jugosas respuestas

España, 2017, bajos índices de lectura, libros electrónicos, descargas ilegales, etc. ¿Cómo se os ocurre lanzaros a una aventura como esta?

El paisaje parece desolador, sí, pero somos gente algo insensata y, sobre todo, no hemos perdido la confianza en el valor de la lectura. Hay mucha gente dispuesta aún a seguir disfrutando con un buen libro, lo que no es obstáculo para que no se pueda disfrutar de muchas otras alternativas disponibles, diferentes a la lectura. Pero si hay algo que nos defina a los editores de La Navaja Suiza es que somos lectores, y como tales nos gustaría compartir con los demás los libros con los que hemos disfrutado. Durante tres años lo hicimos con nuestra web Libros Instrucciones de Uso, y ahora hemos dado el salto a la editorial. La Navaja Suiza es, de algún modo, la forma materializada de una conversación de barra de bar en la que le recomiendas a alguien un libro. Proponemos esos libros que ya no estaban disponibles o que son nuevos y que creemos que aúnan ciertas características que los hacen valiosos: ofrecen una propuesta estética diferente, invitan a sumarse a reflexiones que nos parecen necesarias, proponen una determinada visión de la realidad social, ya sea contemporánea o de un tiempo pasado pero que pueda hablarnos del presente… El conjunto de estas cuestiones es lo que nos ha lanzado a la edición.

Hablando de esos datos de lectura y demás, ¿creéis que España se lee poco y mal o sois algo más optimistas?

Desde luego, si no fuésemos optimistas nunca nos hubiésemos lanzado a esta locura. No creemos que ahora se lea poco. De hecho, es posible que se lea más que nunca, o así lo dicen al menos los índices de lectura. Otra cosa es que lo que se lea sea literatura, pues hay muchos otros tipos de lectura. Por otro lado, tenemos que ser conscientes de que en España los índices de lectura nunca han sido buenos, y esa visión, que parece actual, de que ya nadie lee, a nosotros nos parece más un mantra que se ha repetido desde hace un siglo. Hay textos de Larra, por ejemplo, denunciando el poco interés de la gente de su tiempo por la lectura. Por tanto, somos más bien realistas y sabemos que aunque la lectura de literatura no es mayoritaria, la gente interesada por ella es muy fiel y agradecida. Es a esas personas a las que nos dirigimos sobre todo, aunque por supuesto, uno siempre sueña con crear nuevos lectores.

El amado/odiado (me inclino por lo segundo) libro digital: ¿amenaza u oportunidad para editoriales independientes?

Nosotros somos ante todo herederos de lecturas en papel. Sin embargo, alguno de nosotros apenas ha tocado un libro digital en su vida mientras que a otro no le importa demasiado saltar de un formato a otro. En principio, el libro digital no tiene por qué ser una amenaza. La amenaza está más bien en ciertas asunciones que se hacen con respecto al libro digital, como la del precio, que tiene que ser sensiblemente menor que el del papel, y en la entrada en el mundo editorial de ciertos agentes encargados de venderlos y cuyo único interés es el rédito económico, y si con ello arrastran a la bancarrota a las editoriales no les importará lo más mínimo. Aparte de eso, el digital no deja de ser otro formato de lectura, como en su día lo fueron las tablillas o los papiros, por lo que si mañana el formato digital es el mayoritario, habrá que adaptarse a ello. De hecho, pensamos que al papel le queda todavía bastante vida por delante. A pesar de los augurios que se lanzaron hace no demasiado de que para 2020 ya estaríamos todos leyendo prácticamente todos los libros en formato digital, lo cierto es que no es así. Si charlas con editores que publican en ambos formatos la mayoría te dirá que las ventas en digital aún son residuales con respecto a las ventas en formato papel. Esto no quita, sin embargo, para que las editoriales pequeñas pensemos en fórmulas para adaptarnos al cambio y que no nos coja a contrapié. Nosotros estamos barajando la salida en digital pero antes queremos estudiar bien cómo lanzarlos para que resulten atractivos y no una mera oferta más de un producto que a veces se ofrece de forma descuidada y como la alternativa «fea» del libro en papel.

Momento "primera referencia de la editorial". Elección del autor. ¿Qué os lleva a elegir a Gass, un autor semidesconocido y no precisamente fácil?

Ante todo las ganas de recuperar a un autor, como bien dices, poco conocido pero valiosísimo para el devenir de la literatura estadounidense, ya que sirvió de puente entre el modernismo y el posmodernismo en ese país. Aunque a él lo relacionan habitualmente con otros autores algo más conocidos en España de su generación y enmarcados en el posmodernismo como Gaddis, Barth o Coover en realidad Gass tiene una forma de narrar más clásica que ellos y sobre todo se centra en sacar todo el partido posible al lenguaje. En su literatura está claramente Faulkner pero también puede uno ver a Joyce, a Gertrude Stein o incluso a Rilke. Sabíamos que se trata de un autor al que hay que leer con todas las expectativas abiertas, sin ningún tipo de prejuicios sobre qué es o no es difícil, y precisamente por el carácter de los relatos que componen En el corazón del corazón del país, en los que hay una clara vocación estética pero también reflexiva nos llevó a pensar que esa era el título idóneo para empezar con la editorial, algo así como una declaración de principios de lo que queremos publicar.

Momento "primera referencia de la editorial". Elección de diseño del libro, traducción, corrección, etc. Me da la impresión de que las editoriales independientes, en general, estáis haciendo un gran esfuerzo en estos temas de cara a ofrecer un "producto" (palabra odiada, por cierto) identificable y de calidad. ¿Hasta qué punto es importante de cara a vosotros?

Tal vez esto tenga relación con lo que preguntabas antes acerca del libro digital. Si se quiere hacer atractivo el libro de papel, tiene que ser a partir de un diseño atractivo, que lo convierta en un objeto que uno desea tener, frente a la naturaleza líquida del libro digital. Es algo que hemos tratado de hacer cuidando el diseño de las cubiertas e incluyendo un retrato del autor en el interior al modo de las antologías clásicas. Aunque lo fundamental, y en eso hacemos mucho hincapié, es el cuidado del texto: que las traducciones sean buenas, que el libro no tenga erratas, que la lectura sea cómoda, placentera para quien se gasta el dinero en él. Como te comentábamos antes, somos ante todo lectores, y, aunque suene a tópico de editor, tratamos de hacer los libros que a nosotros nos gustaría leer y tener.

Pero aparte de esta visión romántica no olvidamos que aunque el libro es un producto cultural también es un producto de consumo y que se establece una lucha entre esas dos naturalezas de la que es imposible abstraerse. Es obvio que cuanto más cuide uno su producto, más atractivo será para el comprador y eso nos ayudará a seguir publicando libros e incluso a mejorarlos con el tiempo. Del próximo libro que publiquemos vamos, por ejemplo, a numerar los 250 primeros ejemplares, para que aquel que lo compre tenga la sensación de que se trata de un objeto único.


De cara a próximos lanzamientos, ¿nos podéis adelantar algo? ¿Seguiréis rescatando clásicos semiolvidados o habrá también autores "actuales"? ¿Españoles, extranjeros o una sabia combinación de ambas?

Haremos honor a nuestro nombre y trataremos de configurar un catálogo heterogéneo pero que con el tiempo se verá que obedece a una idea unificadora. Los tres editores tenemos gustos literarios diversos pero coincidimos en algunos aspectos esenciales y eso se irá viendo a medida que publiquemos más títulos. Sacaremos recuperaciones pero también autores inéditos, no necesariamente contemporáneos, aunque también habrá algunos de estos últimos en nuestro catálogo.
Sí podemos avanzar que el próximo título, que saldrá a finales de este mes o comienzos de abril es "La casa grande", del colombiano Álvaro Cepeda Samudio, publicado originalmente en 1964, una novela que su gran amigo García Márquez calificó como un experimento arriesgado y que cumple con muchas de las características que tenían los libros del famoso boom latinoamericano, en las que prima la búsqueda de nuevas formas y también una necesidad casi irremediable de narrar la realidad de su país. "La casa grande" fue la gran obra de Cepeda Samudio –que por desgracia murió pronto aunque muchos consideraban que era el autor más prometedor de esa generación–, una novela en la que se mezclan, de forma fragmentaria, diferentes estilos y que narra la llamada Masacre de las Bananeras, en la que el Estado colombiano ajustició a los recolectores del banano, que se habían declarado en huelga en contra de las condiciones de trabajo que había impuesto la United Fruit Company estadounidense. Para nosotros es un libro imprescindible de esa época y estamos asombrados de que nunca haya tenido en España el reconocimiento que merece.


Por último, si os dejaran editar solo un libro, cualquier libro, ¿cual elegiríais?

Una de las aspiraciones que tenemos y que no ocultamos es convertir a William Gass en el autor insignia de la editorial porque estamos enamorados de su literatura. Por eso, un libro que nos gustaría mucho publicar es "The Tunnel", por el que recibió el National Book Award y cuya escritura le llevó veinticinco años, una obra maestra. Publicarlo, desde luego, sería darnos un gustazo.

5 comentarios:

Gabriel Diz dijo...

Hola Koldo,

Gracias por la reseña: un escritor totalmente desconocido para mi. Según cuentan "El túnel" no tiene traducción al castellano aún....Tienes idea de que trata la novela?

Saludos

Koldo CF dijo...

Hola Gabriel!

Por no haber no hay ni entradas en castellano sobre "The tunnel" en Internet. Lo poco que hay es en inglés, así que tirando de Wikipedia... https://en.wikipedia.org/wiki/The_Tunnel_(novel)

Lo cierto es que tiene una pinta tremenda

Un saludo

Anónimo dijo...

Acabo de terminar el libro y acuerdo con Koldo en que es un escritor que exige al lector. No calificaría al libro de imprescindible aunque creo que la valoración depende de los gustos personales sobre literatura. Al final del libro hay un epílogo escrito por la traductora que puede servir de guía para quienes queden algo desconcertados con alguno de los relatos (la mayoría de ellos escritos hace ya muchos años). En mi caso he encontrado en el libro algunas similitudes con Cartarescu en el carácter perturbador y espeluznante de los relatos.

Gabriel

Gabriel Diz dijo...

Acabo de terminar el libro y coincido con Koldo en que requiere cierto esfuerzo del lector. Hay un epílogo escrito por la traductora que puede ayudar a los que lean por primera vez a W. Gass. En mi caso fue útil. Los relatos son todos bastante antiguos: década del 60, es un detalle que me parece importante. Algunos de los relatos me han recordado a Cartarescu por lo perturbador e inquietante.

Koldo CF dijo...

Hola, Gabriel:
El "imprescindible" es, sobre todo, por "El chico de Pedersen", que me parece un relato brutal. El resto está por debajo de este, pero el nivel general me parece muy bueno.
Y en cuanto a lo que comentas de Cartarescu... No me había dado cuenta, pero tienes toda la razón. Muy buen apunte!
Gracias, como siempre, por comentar y aportar.
Un abrazo!