lunes, 23 de marzo de 2009

Stefan Zweig: Fouché. Retrato de un hombre político

Título original: Fouché. Bildnis eines politischen Menschen
Idioma original: alemán
Fecha de publicación: 1929
Valoración: muy recomendable

Joseph Fouché es para la mayoría de los lectores actuales un completo desconocido. Ensombrecido por el brillo de figuras como Robespierre o Napoleón, su nombre no evoca ningún hecho grandioso en la memoria colectiva. Y sin embargo, ni uno solo de esos grandes hechos que marcaron la historia de Francia (y de la humanidad) entre 1789 y 1815 escapó a su larga mano de intrigante. Diputado en la Convención, Procónsul de la República, y Ministro del Directorio, del Consulado, del Imperio y de la restaurada Monarquía: Fouché logró mantener el poder y aumentar su fortuna a través de 25 años marcados por ascensos implacables, fulminantes caídas y sangrientos ajustes de cuentas de todos los partidos.

Su mayor talento fue saber alentar las ambiciones de todos, fomentándolas, enfrentándolas entre sí y frustrándolas según conviniera a la suya propia. Su mejor arma, una sangre fría que siempre le salvó cuando los demás perdían la cabeza, en todos los sentidos. Sus traiciones fueron tan notorias que, si estuviéramos hablando de una novela, Fouché sería un mal personaje, por inverosímil. Así, redactó el que puede considerarse como primer manifiesto comunista y, apenas diez años después, era multimillonario; masacró a la nobleza de Lyon, como enviado de la República, y aceptó luego, con gran honor, el condado de Otranto de manos de Napoleón; votó, en fin, la condena a muerte de Luis XVI y allanó luego a su hermano la vuelta al trono, jurándole lealtad de rodillas.

Fouché fue el hombre político por antonomasia: eficaz en cualquier cargo público, preocupado sólo de su propio bien, imprescindible a todos y fiel a ninguno. Si el lector acaba simpatizando con él (y reconozco que a mí me pasó), en este caso no hay duda alguna de que todo el mérito corresponde a Zweig.

Otras obras de Stefan Zweig en ULADEl mundo de ayer¿Fué él?Mendel el de los librosMaría AntonietaTiempo y mundoCarta de una desconocidaNovela de ajedrezVeinticuatro horas en la vida de una mujerViaje al pasadoLos ojos del hermano eternoLas hermanasLa piedad peligrosa o La impaciencia del corazónMontaigneClarissaMiedoArdiente secretoUna boda en LyonEl amor de Erika Ewald

7 comentarios:

Anónimo dijo...

"...cuando los demás perdían la cabeza, en todos los sentidos". Ahí me has matado, Jaime.

No debería leer críticas de libros si no tengo tiempo para leerlos... Arrrgghh.

Deberíais publicitaros; poned carteles por el metro y cosas de esas, que hacéis una gran labor social. "Jo, no sé qué libro leer ahora..." Click y listo.

Jaime dijo...

Click y listo es un buen lema. Seríamos algo así como la Termomix de la literatura, jeje...

Guillermo Gómez dijo...

Llevaba tiempo queriendo leerlo y por fin he encontrado el momento. La verdad es que me ha parecido un libro excelente. Además, el personaje de Fouché es sumamente atractivo (a la par que odioso :)

Jaime dijo...

Ah que sí! Acaba cayendo terriblemente simpático al lector, por más que uno asiste atónito a una maldad casi de cuento. Ya digo, debe de ser culpa de Zweig...

Tere dijo...

censlaEstupendo libro, aun cuando no apruebo el poco respeto hacia la vida de sus contrincantes, este hombre fue genial. El libro es interesante de principio a fin pero mas cuando enfrenta a Napoleón, es sensacional.

O de FLANEURETTE dijo...

muy bueno, lo disfruto en "rotacion baño", tras benjamin pepitas fragantes de zweig siempre penetrantes....
por cierto, buen y encomiable blog, me estoy apuntando varios para leer proximamente....
salud

Aitor dijo...

Estupenda biografía. Una pena que Fouché sea un personaje poco o nada conocido en España ( algo relativamente normal, cada país tiene sus propios personajes, no se puede abarcar todo). Digo pena porque de ser conocido la calidad de este libro la disfrutarían muchos más lectores en nuestro país.

Difícil ponerlo por encima o por debajo de otras de sus fantásticas biografías (o relatos/retratos históricos si somos un poco más precisos).A la altura de Magallanes, María Estuardo o María Antonieta.