Idioma original: alemán
Título original: Im Weltinnenraum des Kapitals
Valoración: Muy recomendable
Sloterdijk es uno de esos autores con los que hay que empezar diciendo que son polémicos. En la universidad alemana no le perdonan su estilo literarizante, sus métodos anárquicos y sus temas heterodoxos. Y quizá tampoco que sus libros se vendan muy bien y que presente un programa de televisión. Diga lo que diga la academia, lo cierto es que Sloterdijk entrará por derecho propio en el panteón de los grandes filósofos alemanes, con los que comparte una desmedida ambición teórica.
Esta ambición es algo que tampoco casa con los tiempos actuales de la Filosofía. Tras el certificado posmoderno de defunción de todos los meta-relatos, nadie parece atreverse a construir discursos de gran aliento, que traten de sintetizar multitud de fenómenos bajo unas pocas categorías clarificadoras. Eso es lo que hace Sloterdijk en este libro con un tema muy necesitado de tales ejercicios: la globalización.
La globalización ha sido hasta ahora terreno exclusivo de sociólogos, economistas y politólogos (cuando no de periodistas). Estos han desarrollado unos análisis teóricos pegados a la actualidad y que, por eso mismo, olvidaban algo que a Sloterdijk le parece fundamental: la globalización no es nada nuevo. Según quiera hacerse la cuenta, llevamos quinientos o más de dos milenios de globalización. La fecha más lejana corresponde a los inicios de la Metafísica occidental, cuando los griegos comenzaron a pensar el cosmos como una enorme y perfecta esfera. A esta globalización onto-teológica, le sigue, en la era de los descubrimientos, la globalización terrestre, en la que el globo se pone al servicio de la misión evangelizadora y colonizadora de los europeos. Así que lo que llamamos, sin más, globalización (que Sloterdijk califica de "electrónica"), no es sino la tercera parte de un largo proceso. El proceso completo se estudia en detalle en los dos últimos tomos de la trilogía Esferas; aquí se trata en realidad del paso de la globalización terrestre a la electrónica.
Aparte de la originalidad de perspectiva que se aprecia ya sólo en este planteamiento del libro, las heterogéneas referencias y las piruetas verbales de Sloterdijk hacen que la lectura sea todo un placer. El lector encontrará cosas que jamás habría pensado encontrar en un libro de Filosofía: Julio Verne, Moby Dick, una "Teoría del pirata" o un capítulo sobre el capitalismo y la telepatía. Por el mismo precio, además, se dará cuenta de que mucho de lo que se dice sobre la globalización son conclusiones demasiado apresuradas.
2 comentarios:
Me lo apunto Jaime.
¿Que tal esferas? Podré leerlo sin sentirme subnormal? Temo que se parezca a "El ser y el tiempo"...
Enhorabuena por el blog a los 3!
Un abrazo!
Gracias por pasarte por aquí, Héctor! Pues yo creo que Sloterdijk, en general, es bastante inteligible. Tiende a un lenguaje muy particular, pero también muy intuitivo: es decir, nada que ver con la indigesta y enervante jerga privada de Heidegger.
Tengo pendiente una lectura exhaustiva de Esferas, por ahora sólo he ido leyendo pasajes (sobre todo del 2º y 3er tomo), pero, por lo que conozco, me parece una de las obras más sugerentes y ambiciosas de la Filosofía actual. También está llena de excursos sobre las cuestiones más extrañas (por ejemplo, la historia de la tiara papal), lo que le da un aire ensayístico muy entretenido. De hecho, originalmente la pensó como una "novela filosófica".
Publicar un comentario