jueves, 27 de abril de 2023

Colaboración: Paradoja perdida, de Fredric Brown

Idioma original: inglés

Título original: Paradox Lost

Traducción: Margarita González Trejo

Año de publicación: 1973 (en formato libro)

Valoración: Muy recomendable


Lo primero que hay que decir es que esta es una colección de relatos escritos a lo largo de varios años y recopilados por la mujer del autor, por lo que claramente habrá altibajos en cuanto a la calidad de las narraciones.

No les voy a engañar, siempre he sido un fan empedernido de la Ciencia Ficción, y aunque no podemos encajar a Brown en la vertiente más Hard del género, ni sea uno de los autores más representativos, siempre he tenido debilidad por él: sus relatos (casi) siempre son originales y tienen algo que aportar, que ya es mucho decir en un terreno tan trillado como este.

Así que lo reconozco, tengo un sesgo respecto a este género, pero permítanme explicarme: Siempre he creído que este género ha sido históricamente denostado por ser calificado como de evasión, como también le ocurre por ejemplo a la fantasía. Pero nada más lejos de la realidad: desde mi punto de vista, la ciencia ficción se caracteriza por darnos un escenario nuevo donde poder enfrentarnos a un problema que – todavía – no se ha dado en nuestro entorno. Es decir, no piensen en marcianitos verdes (aunque este autor tiene un libro protagonizado exclusivamente por, literalmente, marcianitos verdes), piensen más bien en los problemas éticos que tendríamos que afrontar en caso de que se halle algún tipo de vida – ya sea microbiótica, ya sea inteligente – y cómo actuar, proceder, comunicarse, etc. Eso para mí es la buena Ciencia Ficción. Pero este no es lugar para mi defensa de la CiFi y ya he gastado bastante espacio divagando sobre ella. Vayamos al lío.

Formado por trece relatos, el primero, del que el libro toma el título, nos ofrece una divertida – aunque con su inevitable toque machista de la época – vuelta de tuerca al concepto de viaje en el tiempo.

Teatro de títeres, mi favorito, está lleno de humor y casi podría considerarse un chiste largo. Brown aquí nos da un ejemplo de su talento, pudiendo aprovechar este breve relato como embrión de una novela que sería muy interesante.

El último tren es otro clásico ejemplo de existencialismo pesimista, ingrediente fundamental en el género.

No sucedió es claramente uno de los puntos bajos de la antología; no he llegado a cogerle el punto en ningún momento.

Llamada es una divertidísima aventura con alienígenas inmortales con el último hombre en la tierra y una hecatombe que acaba no solo con la casi totalidad de la raza humana, si no también con los animales.

Obediencia es otro relato que nos sorprende en medio del libro por su calidad y lo original de su planteamiento. Clásica interacción entre humanos y alienígenas pero con un desarrollo inesperado. Sin duda uno de los puntos álgidos de la colección.

El comisionista nos cuenta la historia de un joven que, gracias a un pacto mefistofélico, se convierte en una gran estrella de cine. Regusto a leyenda clásica y moraleja evidente, no por ello menos disfrutable.

Elurofobia baja un poco el nivel, no trata de ser nada más que un par de páginas divertidas.

Eine Kleine Nachtmusik es un relato un tanto deslavazado que retoma el tema del obseso y el pacto diabólico, con un toque que recuerda a algunos relatos de Cortázar.

Sirio Nada es otra divertida historia sobre algo que no es lo que parece... el giro final le aporta una dimensión extra a la historia.

El nuevo es una historia de demonios pirómanos sueltos en el mundo con un final patético: el chauvinismo de los estadounidenses, visto desde fuera, es ridículo, y mi sensación es que era mucho más exacerbado a mediados de siglo.

La doble moral no pasa de ser una rápida reflexión sobre la censura y la hipocresía intrínseca, acabando el libro con Algo verde, una maravillosa reflexión sobre la soledad y los demonios autoinfligidos. Un punto final con mayúsculas para concluir una compilación estupenda de relatos que nos habla de un escritor dotado de un extraño talento y que hará las delicias de cualquiera que se acerque a él, estoy seguro.

Firmado: EPS

7 comentarios:

Anónimo dijo...

No dejes escapar sus novelas de detectives, igual de recomendables. Que bien ver al bueno de Fredric por aquí.

Javi dijo...

Para nada esperaba que se publicara una reseña de este peculiar escritor, tan desconocido, tan real, tan original y tan, todo debe decirse, irregular. Sin embargo, ahí radica su grandeza. No recuerdo con qué lo descubrí, pero enseguida compré sus relatos completos. Qué grandes momentos he pasado con su universo tan pulp.

EPS dijo...

Pues sí, Anónimo, lo malo va a ser encontrarlas me parece a mí.
Javi, en lo poco que he leído (todavía) de él, totalmente de acuerdo.

Diego dijo...

Gran parte de sus escritos, traducidos al castellano, se pueden encontrar en las colecciones de SF de los 70 y 80 publicadas aquí y en Argentina.
Sin olvidar los relatos en las revistas y fancines; especialmente en la extinta Nueva Dimensión. Gracias por hacer un hueco al género.

Javi dijo...

Qué alegría la cantidad de seguidores que tiene Fredric.
Igual que se publicaron sus relatos completos, también se publicaron sus novelas.
https://gigamesh.com/libro/granuja-espacial-y-otras-novelas-de-marcianos-ciencia-ficcion-completa-4/
Ahora, que se encuentren fácil, ya no lo sé....

EPS dijo...

Diego, algo ya he encontrado, a ver en qué estado se conservan.
Gracias a ti por las recomendaciones.

Gtm dijo...

Leí hace mucho el de Martians go home! (cuando los saco Bibliopolis) y recuerdo que me divirtió mucho. Fue una de esas lecturas de una tarde. El año pasado me compré de saldo los cuatro tomos recopilatorios de Gigamesh, que creo que recopila toda su obra de CiFi. A ver si un día me pongo con ellos