viernes, 23 de noviembre de 2012

John Fante: Llenos de vida

Idioma original: inglés
Título original: Full of life
Año de publicación: 1952
Valoración: Muy recomendable

Reconozco que tengo debilidad por John Fante, uno de los escritores que mejor consigue crear personajes perdedores pero simpáticos, desagradables pero entrañables al mismo tiempo; también, uno de los pioneros en el campo de la auto-ficción, un filón que han explotado (con éxito) muchos otros escritores estadounidenses, desde Bukowsky a Paul Auster, pasando or Henry Miller o Philip Roth. Porque los protagonistas de Fante son siempre variantes del mismo tipo: un escritor italiamericano infantil y pusilánime, que lucha por abrirse camino en el mundo de la literatura o el cine en Los Ángeles. A veces (en su teatralogía más famosa) este personaje se llamará Arturo Bandini; en Llenos de vida se llama directamente John Fante, aunque su vida no es exactamente la vida del John Fante real.

El título, Llenos de vida, es en sí mismo un chiste, puesto que es una referencia al embarazo de la mujer del protagonista, Joyce: un embarazo que a veces será motivo de alegría, y casi siempre de incomodidad o preocupación para el protagonista. A este matrimonio algo disfuncional se une el padre del protagonista y narrador, que aplicará toda su destreza en reparar la casa del matrimonio, toda su superstición en conseguir que su nieto sea varón, y toda su mala leche en amargar la vida de su hijo.

Las historias de John Fante suelen ser, si se piensa bien, bastante tristes (esta menos, porque el protagonista vive en una situación mucho más desahogada que los de otras novelas, y el tema, la paternidad inminente, no es que sea precisamente trágico); pero siempre abunda en ellas una ligereza y una fluidez que las hacen entretenidas y casi alegres. Da igual que se hable de la descomposición de una familia, del alcoholismo o las drogas, de la lucha por la supervivencia en un mundo hostil: siempre se hace en tono de broma y con una respuesta ácida preparada debajo de la lengua.

Fante no es, desde luego, un maestro del estilo: emplea esa técnica, también muy americana, de decir lo que quiere decir con frases cortas, un lenguaje directo, pocos rodeos, pocos adjetivos. De otra forma, probablemente, habría perdido parte de su naturalidad, de su frescura.

Probablemente hablar de Fante como de un "clásico estadounidense", sobre todo después de una reseña de Franzen, sea demasiado; pero desde luego que es un autor recomendable, y hasta muy recomendable, para casi cualquier tipo de lector. Que alguien se atreva a decir eso de Franzen, o de DeLillo. O de Pynchon.

También de John Fante: Pregúntale al polvoEl vino de la juventud

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué manía con Delillo. Insisto, Submundo es un librazo.
Llenos de vida es un buen libro, sencillo y critico, con el que una persona que lleva una vida normal puede identificarse.
Pero poner a John Fante a la altura de Delillo o Pynchon...
Probablemente, si Fante se hubiera propuesto escribir un Arcoiris de la gravedad, Submundo o Libertad, los resultados serian bastante deficientes.
A veces no valoramos la ambicion de los escritores...

Maese_Salakov dijo...

Pues no sé a qué altura está Delillo... pero desde luego John Fante es un grande. "Pregúntale al polvo" o "La hermandad de la uva" así lo atestiguan. Y el personaje de Arturo Bandini es de los alter-egos más entrañables que ha dado la literatura.

Ahora bien, si nos ponemos exquisitos y miramos todo a través de un monóculo...

Santi dijo...

Efectivamente, se trata de escritores distintos: Fante es directo, simple, muy humano (lo que no es tan fácil de conseguir como parece).

DeLillo o Pynchon son otra cosa: buscan nuevos límites para la literatura, exploran técnicas más arriesgadas... Desde el punto de vista de la "gran literatura", son más relevantes que Fante.

En cambio, si tuviera que regalar un libro a alguien que no sea un lector muy voraz, antes le regalaría un libro de Fante, que probablemente le va a gustar, que uno de los otros. Eso quería decir...

Francesc Bon dijo...

Pobre Pynchon: el último zasca, para él solito. Pues me vengo: empecé a leer este libro y me cansé sobre la página 80 o 90 así, apenas me acuerdo de diálogos algo insípidos entre el escritor y la señora embarazada, o planeando estarlo. No pude, fíjate.

Santi dijo...

Eso lo dices solo porque quieres hacerme daño :P

Francesc Bon dijo...

No hombre: eso se lo dejo a JeanP.

JeanP dijo...

...Chsssssss... ¡calla, no me interrumpas, NO ME MENTES!... estoy enterándome de cuánta tierra necesita un hombre...

Adoro los clásicos sureños, y en la medida en que Fante se asemeja a ellos en determinados puntos de su estilo no tengo más que decir.

"Pajom sacó su dinero y lo puso en el gorro. Luego se quitó su abrigo y se quedó en camiseta. Se ciñó el cinturón apretándoselo por debajo del estómago..."

John Lessone dijo...

A mi tambien me gusta mucho Fante. Aquí os dejo una reseña de "Sueños de Bunker Hill" que escribi hace un tiempo, por si os interesa...

John Lessone dijo...

Perdón, olvidé incluir el enlace:
http://littleshitmachines.wordpress.com/tag/john-fante/

Natalia dijo...

Estoy viendo críticas de la novela de John Fante, Llenos de vida, y me estoy quedando sorprendida. Si bien creo que está bien y tal, creo que a veces se exagera su habilidad. Decir que sinceramente me ha gustado, pero no con el fervor que algunos demuestran... Aquí está mi reseña: http://criticaresunartesinigual.blogspot.com.es/
Un saludo

Santi dijo...

La verdad, hace mucho que no (re)leo a Fante, pero me parece uno de esos escritores que consiguen hacer algo aparentemente fácil, pero que en realidad es dificilísimo: escribir con naturalidad y no resultar triviales.

Otra cosa que es muy difícil también es crear un personaje negativo, un antihéroe, que sea al mismo tiempo simpático al lector sin caer en la autocompasión. Cervantes también fue un maestro en eso...