Título original: Se questo è un uomo
Año de publicación: 1947-1958
Valoración: Imprescindible
Hace unos días, a cuenta de la reseña de Liquidación de Kertész (quien poco después anunció que abandona la escritura; espero que no sea por culpa de nuestra reseña), hablaba en Twitter de escritores que han reflejado con una mirada especialmente lúcida el horror del Holocausto. Kertész es, obviamente, uno de ellos; Jorge Semprún, en mi opinión, es otro (por ejemplo en La escritura o la vida); y otro, imprescindible desde luego, es Primo Levi, quien fue de hecho el primero en dar testimonio de los horrores de los campos de concentración y la Solución Final.
Levi comenzó a escribir Si esto es un hombre casi inmediatamente después de la liberación de los campos, en 1946; tenía ya muy claro, incluso en ese momento de trauma, que era necesario dar cuenta de lo sucedido, para que el mundo supiera la verdad; para que no pudiera volver a repetirse. "Contaréis lo que pasa aquí y no os creerán", cuenta Levi (y otros supervivientes de los campos) que decían los oficiales de las SS. En efecto, la brutalidad de lo sucedido en Auschwitz, en Buchenwald, en Dachau, parecía superar la capacidad de asimilación y de comprensión humana (algo sobre lo que también reflexionan Kertész y Semprún en sus obras).
Si esto es un hombre es la narración, ni melodramática ni idealizada, de la experiencia de Primo Levi en los campos de concentración, desde su deportación junto con otros judíos italianos, hasta la liberación por el ejército ruso. Las vivencias aquí presentadas (el hambre, el cansancio extremo, la lucha por la supervivencia, las miserias físicas y morales, la muerte o la muerte en vida) nos resultan ahora ya conocidas, por la literatura y sobre todo por el cine de los últimos 70 años; pero pocas veces se han plasmado con tanta crudeza, con tanta sinceridad, con una conciencia tal clara del valor y la necesidad del testimonio.
Levi no huye de la crudeza, pero tampoco la busca; no cae en el kitsch ni en el maniqueísmo, un mal que aqueja a demasiadas obras recientes dedicadas al Holocasusto. Es un retrato brutal y polifónico, porque en él se incluyen también las historias (heroicas algunas, trágicas casi todas) de otros habitantes del lager, sobre los límites a los que se ve reducido un hombre sometido a aquellas condiciones: su progresiva pérdida de la dignidad, de la conciencia, de la humanidad.
Quizás porque las realidades descritas en el texto eran tan horribles que resultaban inverosímiles, hasta 1957 Primo Levi no consiguió que se lo publicara una gran editorial, Einaudi, que diez años antes había rechazado el manuscrito. Fue, en todo caso, a partir de esta fecha cuando Si esto es un hombre alcanzó difusión y notoriedad, animando a Primo Levi a escribir dos libros más sobre su experiencia en los campos: La Tregua (donde narra su regreso a Italia tras la liberación) y Los hundidos y los salvados, en el que reflexiona, ya desde cuarenta años de distancia, sobre el Holocausto, sus causas y sus consecuencias, tanto en las víctimas como en los verdugos (categorías más borrosas, según insiste Primo Levi, de lo que nos gustaría pensar).
Las obras de Primo Levi, y en especial este Si esto es un hombre, son un testimonio fundamental de uno de los mayores horrores de la historia; no solo por ser cronológicamente pioneras, sino sobre todo por su honestidad, su profundidad y su clarividencia. Como muestra, dejo aquí el poema con el que se abre el volumen, un llamamiento a la reflexión sobre la terrible condición humana y a la divulgación del testimonio de lo sucedido:
Los que vivís segurosTambién de Primo Levi: El oficio ajeno
En vuestras casas caldeadas
Los que os encontráis, al volver por la tarde,
La comida caliente y los rostros amigos:
Considerad si esto es un hombre
Quien trabaja en el fango
Quien no conoce la paz
Quien lucha por la mitad de un panecillo
Quien muere por un sí o por un no.
Considerad si es una mujer
Quien no tiene cabellos ni nombre
Ni fuerzas para recordarlo
Vacía la mirada y frío el regazo
Como una rana invernal.
Pensad que esto ha sucedido:
Os encomiendo estas palabras.
Grabadlas en vuestros corazones
Al estar en casa, al ir por la calle,
Al acostaros, al levantaros;
Repetídselas al vuestros hijos.
O que vuestra casa se derrumbe,
La enfermedad os imposibilite,
Vuestros descendientes os vuelvan el rostro.
8 comentarios:
Bueno, no creo que Kertész dejara de escribir por esa reseña, a fín de cuentas, solamente un poco tibia. Ahora bien, las ganas que me han dado de leer el libro de Levi que me han dado.
No dejes de dormir por ello, Kertész es viejo y lo nota, eso es todo.
A lo que íbamos, por una vez coincido en la necesidad de leer (y creernos) el testimono de Levi. Por lo que apuntas: su franqueza, su objetividad y su clarividencia. Es posible que cuando a uno se lo han robado absolutamente todo, hasta los sueños, se apaque algún interruptor en su interior que hace que todo se vea como si no tuviese nada que ver con uno, como si le pasara a otro. De ahí, tal vez, esa toma de distancia con los hechos que es la que permite el discernimiento de las emociones, como pasadas por el filtro de lo racional. ¡Quién sabe!
La poesía está por encima de cualquier reflexión sobre la condición humana. Es más, no hay dudas, es el resultado de una meditación continuada sobre tal naturaleza que muestra el negativo de la dignidad. El final es un recordatorio de que todos vamos en el mismo barco. Es un poema directo, sencillo y escrito desde la pureza del ánimo. Por eso toca, nos llega.
Ya no soy más Anónimo. ¡Hala!
Para mí es con diferencia lo mejor que he leído sobre el holocausto, no existe un testimonio más lúcido, sereno y a la vez terrible. A veces se habla un poco a la ligera de lecturas imprescindibles pero esta además es necesaria.
La trilogía entera de Primo Levi es buenísima, aunque de los tres mi libro favorito sea este "Si esto es un hombre" (aunque tengo un amigo que asegura que "La tregua" es mejor, porque es más vital).
Un pasaje...
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»Cada uno se despidió de la vida del modo que le era más propio. Unos rezaron, otros bebieron desmesuradamente, otros se embriagaron con su última pasión nefanda. Pero las madres velaron para preparar con amoroso cuidado la comida para el viaje, y lavaron a los niños, e hicieron el equipaje, y al amanecer las alambradas espinosas estaban llenas de ropa interior infantil puesta a secar; y no se olvidaron de los pañales, los juguetes, las almohadas, ni de ninguna de las cien pequeñas cosas que conocen tan bien y de las que los niños tienen siempre necesidad. ¿No haríais igual vosotras? Si fuesen a mataros mañana con vuestro hijo, ¿no le daríais de comer hoy? «
—“Si esto es un hombre”, Primo Levi—
Estoy totalmente de acuerdo con Concha, no solo es imprescindible, es necesaria la lectura de esta obra, de una objetividad afilada como un cuchillo, y que tanta luz arroja sobre lo que es un hombre y sobre la terrible posibilidad real de arrebatarle su condición, de animalizarlo y cosificarlo. Cuando lo leí, ya mayor, lo primero que me vino a la cabeza es que ese libro debería ser de lectura obligatoria en los institutos, si no entero por su dureza, al menos alguna parte.
Coincido con Concha y con MF: es imprescindible y debería ser de lectura obligada para no volver a pasar por eso. Durante unos años de mi vida le dediqué mucho a la literatura de los campos de concentración, pero "Si esto es un hombre" es sin duda el que me marcó (hay tanto y tan "bueno": El largo viaje, de Semprún; Un día en la vida de Iván Denísovich, de Solzhenitsyn, La tregua, del propio Levi, etc... ).
En fin, para el que se queje a menudo de lo mal que lo está pasando, de lo injusta que es su vida, de lo difícil que es todo... que no deje de leer este libro: si después de las lágrimas que te causará no tienes una sonrisa y un agradecimiento a las oportunidades que te da la vida, es que eres un poco desagradecido.
cuando lei el libro,pense como un ser humano podia hacerle eso a otro ser humano,y me entristecio la idea de pensar que si un ser humano no puede ver otro como un igual,que mas dificil es que pueda ver a otro ser-con distinta forma-tambien como un igual.
Merecidísimo imprescindible. Lo mejor que he leído sobre el holocausto.
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