sábado, 17 de noviembre de 2012

Fritz Zorn: Bajo el signo de Marte

Idioma original: alemán
Título original: Mars
Fecha de publicación: 2007
Valoración: Imprescindible

"La sensibilidad no es una debilidad ni una inferioridad en el marco de la sociedad humana. Al contrario, la sensibilidad incluso es una necesidad porque sólo el hombre sensible intuye hasta qué punto su propia sociedad es malvada, y lo siente tan dolorosamente que intenta expresarlo en palabras y provocar una mejora mediante la formación de su crítica".

La que acabo de poner es una de las tantas frases memorables que contiene el libro que hoy reseño, por no hablar de los tres magníficos prólogos que, asimismo, contiene.

Hacía tiempo que no interrumpía mi lectura, cogía uno de mis cuadernos, y me ponía a apuntar frases del libro que me estaba leyendo. Pero es que no quiero olvidar ciertas cosas que he leído en Bajo el signo de Marte, impactante testimonio en primera persona del suizo Fritz Zorn, un enfermo de cáncer terminal de 32 años. Pero adelanto ya que lo que sobrecoge de esta ¿novela?, ¿autobiografía?, no es que un tipo cuente qué se le pasa por la cabeza mientras cientos de células cancerosas lo devoran sin piedad.

No, qué va...

Lo que le deja a uno horrorizado y maravillado al mismo tiempo mientras lee y lee sus lúcidos pero angustiosos párrafos, es la valentía que tuvo Fritz Zorn (apunte: apellido falso que significa "cólera" en alemán) para salir de sí mismo y analizarse, desdoblándose así en observador y en sujeto: un sujeto enfermo como ser humano y como organismo biológico. Y ello, poco antes de desaparecer del mundo.

Así pues, ésta se trata de la primera y única obra de Zorn, profesor de español y portugués suizo que en sus últimos días se dedica a desmigar sin compasión no sólo su personalidad, sin duda depresiva, tímida, introvertida e insociable de forma patológica, sino también a sus padres, una pareja de burgueses de Zúrich que le dieron una educación que tristemente le ayudó mucho a desarrollar sus "rarezas" innatas. Porque los padres de Zorn le transmitieron de forma constante la idea de que su papel en el mundo debía ser el de un personaje dedicado a contemplar y no a actuar, a agradar siempre a todo el mundo y a no importunar a nadie jamás. Y en cuanto a su educación sexual, se puede decir que la misma no existió, algo que unido a la falta de instintos sexuales de la que adolecía Zorn, provocaron que éste nunca se sintiera atraído físicamente por ningún hombre ni por ninguna mujer, ni que viera en ello un problema. Así, el autor de Bajo el signo de Marte murió sin haberse acostado jamás con nadie.

Cuenta la leyenda que Zorn le envió el manuscrito a un famosísimo editor suizo que le comunicó su decisión de publicarlo sólo un día antes de que el escritor muriera. Y una vez publicado el libro, el mismo se convirtió en un auténtico super- ventas. Esto deja claro que no siempre la masa lectora babea por libros largos, facilones y predecibles, ¿no?

En fin. Podría escribir y hablar tanto sobre este libro, Zorn, sus padres, y el mundo y los vicios silenciosos y burgueses que disecciona... Pero prefiero concluir diciendo que considero que éste se trata de un libro imprescindible porque bucea sin complejos por los más inaccesibles recovecos de un atormentado de apariencia apacible, casi perfecta, y en el que muchos, de una forma u otra, podemos vernos reflejados. Digamos que este libro hace hincapié en la manida cuestión de la libertad del ser humano frente a la sociedad que lo amamanta, pero desde el punto de vista de un animal moribundo que en sus últimos días se ve más lúcido que nunca.

11 comentarios:

Quadern de mots dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Paula dijo...

Suena muy bien, Yemila.

Me parece que cuando uno vive experiencias tan inabarcables como morirse resulta imposible no salirse de sí mismo. Yo a eso no lo llamaría valentía, por mucho que se le suela llamar así, sino instinto de supervivencia.

JeanP dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Yemila dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Maese_Salakov dijo...

No conocía este libro, pero qué buena pinta... ¡me lo apunto!

Maese_Salakov dijo...

La cita que has elegido, por cierto, ¡me parece tremenda!
Qué buena.

Iñaki dijo...

Muy buen post, Yemila.
Y gracias a todo ULAD por darnos el gustazo de leeros a diario. Y qué bien que se os lee, oiga!!

Yemila dijo...

¡Gracias, Salakov! ¡Gracias, Iñaki! Gracias a vosotros, que nos leéis y por eso sois nuestra razón de ser.

Javier Munguía dijo...

Me convenciste de comprar el libro. Ojalá esté a la altura de las expectativas que me he hecho gracias a tu reseña. Un saludo, Yemila.

Yemila dijo...

¡Muchas gracias por tu comentario, Javier! Un saludo.

Anónimo dijo...

Excelente libro, pero tengo una duda. Por qué se llama así?