domingo, 30 de mayo de 2021

Reseña 3 x 1: Simon Reynolds: Post-Punk / Después del rock / Retromania

Idioma original: inglés

Títulos originales: Rip It Up and Start Again: Postpunk 1978–1984 / Totally Wired: Post-Punk Interviews and Overviews / Retromania: Pop Culture's Addiction to Its Own Past

Años de publicación: 2006-2010-2011

Traducción: Agostina Marchi-Matías Battistón / Gabriel Livov-Patricio Orellana/ Teresa Arijón

Valoración: Muy recomendables

Si estos cambalaches sirvieran para convalidar para la TochoWeek, este año ya lo tenía. Más de mil páginas suman estos tres libros, más de mil páginas donde se habla, sobre todo, de música. De discos, de carreras, de canciones, de sonidos, pero, especialmente en Retromania y en no pocos párrafos sueltos de muchos de los artículos de los otros dos libros, también se abre el abanico a otras manifestaciones culturales y, de hecho, a todo el zeitgeist que abarca desde la última mitad de los 80 hasta ese 2011 en que se publica el último de los libros, con la crisis de las subprime condicionando la economía global, previa a la explosión de las plataformas de streaming, la irrupción de los smartphones como omnipresentes aparatos de reproducción de todo tipo de productos audiovisuales, etc.

Pero los textos de Simon Reynolds, reputado periodista en todo tipo de medios (incluyendo la muy selectiva revista The Wire) no acusan el paso del tiempo en absoluto. Primero, porque la mentalidad retrospectiva es estricta y aquí, con la excepción de alguna alusión a circunstancias personales, la apelación a la nostalgia es prácticamente inexistente como elemento del hilo narrativo. Reynolds incide en la importancia de los momentos que describe y con ello no pretende en ningún modo menospreciar los respectivos presentes ni plantear malas expectativas para el futuro. Más bien, especialmente en Retromania, el texto más alejado de la crónica o crítica musical convencional, analiza ese fenómeno (adicción del pop a su propio pasado, como subtitula, algo muy diferente de los revival) desde una perspectiva prácticamente sociológica, sin pretensiones, con toda naturalidad. Porque las corrientes musicales representan en algún momento una especie de reflejo de aquellas sociedades en las que surgen, aunque sean vías de expresión preferentes de sus generaciones más jóvenes, es innegable, y no solo desde el planteamiento frívolo de su uso en entornos de ocio, que al margen de su progresiva asimilación comercial, que el pop, el punk, el techno o el hip hop han definido las épocas en que se han desarrollado.

Y no diré que yo comulgue al 100 % en las opiniones de Reynolds. Seguramente nadie lo haga. Llama mediocres a Duran Duran, califica de fracaso la carrera en solitario de Marc Almond, despacha la carrera de Magazine en un par de frases... Pero su conocimiento, su rigor, su elogiable entusiasmo por aquellos músicos valientes, arriesgados e innovadores resulta contagioso. Son estos tres libros puro pasto (gracias, ejem, al socorrido smartphone, a Google y a Youtube y a las suscripciones premium) de consultas constantes sobre todos aquellos músicos y discos que quedaron en el camino y ahora es tan sencillo rescatar. Son, en su conjunto (y no constituyen toda la obra de Reynolds) e incluso con sus omisiones, una enciclopédica visión de la realidad sonora de más de cuatro décadas, aquellas en las que el periodista ha desarrollado su carrera y que ha vivido como usuario. Ni pretende ser musicólogo ni escarbar en el pasado para explicar el presente en función de sus raíces, es simplemente un seguidor irredento rindiendo sus opiniones de forma tan modesta como contundente

Por cierto: gran labor de la editorial argentina Caja Negra publicando estas obras, irremisiblemente destinadas a convertirse en clásicos textos de consulta.

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