martes, 27 de abril de 2021

Joyce Carol Oates: Del boxeo

Idioma original: inglés

Título original: On boxing

Traducción: José Arconada

Año de publicación: 1987

Valoración: Muy interesante


Si digo que mi primer Murakami fue De qué hablo cuando hablo de correr (o sea, nada de novela), y que mi primer –y único- Octavio Paz no fue un poemario sino un ensayo sobre arte (Apariencia desnuda), sorprenderá menos que mi primer Oates haya sido un libro sobre boxeo. Por lo visto, Joyce Carol Oates, con una buena lista de títulos reseñados en este blog (ver abajo), heredó de su padre la afición por el boxeo, algo bastante infrecuente en una chica, y parece que la ha mantenido incluso más allá de la publicación de este libro (1987) porque, por lo que he visto, hay alusiones a este deporte en algunas de sus muchas novelas.

Siempre que se habla del boxeo (algo a lo que he llamado deporte, pero entiendo que haya quien no trague con ello) surgen posiciones más o menos airadas, calificándolo de brutalidad, salvajada, apología del machismo, y cosas así. Creo que hoy en día hay realmente muy pocos aficionados, la mayoría entusiastas, eso sí, pero es algo que, salvo en círculos muy reducidos, parece llamado a la irrelevancia social si no a su extinción. Por eso creo que este es un libro muy oportuno, quizá no tanto para reivindicar eso que se llamó el noble arte, pero sí para encontrarle otras perspectivas más allá de tópicos y simplificaciones.

No encontraremos aquí ni una palabra de técnica boxística, algo que seguramente a casi nadie interesa ya, aunque estoy seguro que la autora conoce con detalle. Tampoco nada, o casi, en torno a la leyenda negra, o mejor diríamos la realidad negra de ese backstage siniestro que todos tenemos más o menos interiorizado: corrupción, promotores de avaricia insaciable, manejos de los bajos fondos, dopaje, tongos. A la autora no parecen interesarle estas cuestiones, que deja de lado por demasiado conocidas o voluntariamente ignoradas. Se adentra sin embargo en otros aspectos más complejos y mucho más interesantes.

Al margen de que hablemos o no de un deporte (que doña Joyce más bien parece concluir que no), lo deslinda claramente de otras disciplinas que de alguna manera recrean las emociones de los juegos infantiles. Aquí no existe esa evocación lúdica sino el reflejo de un impulso homicida primario, una forma de lucha por la supervivencia que no solo se manifiesta en los púgiles sino que se extiende al público que vocifera alentando el castigo. El boxeo es también un ritual con sus formalidades litúrgicas (el desprenderse del batín, el ring con sus doce cuerdas, los saludos, el lanzamiento de la toalla) y una recreación de la pugna por el dominio de la manada. En este sentido, es incontestable su carga sexista, por mucho que en tiempos recientes haya quien corriese a reivindicar el boxeo femenino.

Se detiene también Oates en algo bien conocido, como es la baja extracción social de los boxeadores, al menos desde principios del siglo XX. Es casi un tópico pensar en el púgil de barrio desfavorecido, un chaval (en EE.UU. casi siempre de etnias marginadas) quizá enredado en la delincuencia, con una familia desestructurada, que busca salir del pozo a la vez que descarga su ira en el cuadrilátero. Pero lo analiza la autora, como casi todo en el libro, desde una perspectiva bastante diferente y mucho más profunda: la rabia del joven castigado por la vida puede ser lo que le empuja a pelear, pero la furia es un desperdicio de energía, poco aconsejable para un buen boxeador si no se canaliza correctamente mediante la técnica y la estrategia. El boxeo viene así a ser la formulación civilizada de esa violencia latente (o no tan latente), su sometimiento a reglas y a la autoridad superior de un árbitro. No es por tanto una metáfora de la vida, como tantas veces podemos escuchar. Es algo distinto de cualquier otra actividad, que aglutina aspectos de muchas de ellas y tiene sus propios parámetros.

Pero no solo se extiende Oates en los aspectos sociológicos o antropológicos de tan singular actividad. Con numerosos testimonios de protagonistas y referencias a combates clásicos, profundiza por ejemplo en la capacidad de sufrimiento, la facultad de encajar sin ser vencido como arma fundamental para esperar el momento preciso de un ataque definitivo. Y en relación con el sufrimiento, no podía faltar una profunda reflexión en torno a la muerte como posible desenlace, no teórico, sino dramáticamente real. Cualquier aficionado al boxeo, por mucho entusiasmo que lleve consigo, tiene siempre un momento de duda al plantearse que uno de los contendientes puede perder la vida. Es lo que sitúa al boxeo siempre alrededor del límite de lo civilizado, de lo humanamente admisible, a veces ligeramente dentro y otras clamorosamente fuera, y la autora tampoco deja de cuestionarse con crudeza este dilema.

Se podrá decir que todo esto es filosofar sobre algo muy obvio, que no merece la pena darle tantas vueltas y buscarle tanto contenido a una cosa tan bestia, que esto es una animalada y que debería estar prohibido y chispún. Bien, es una opinión respetable, pero si uno no está en un planteamiento tan irreductible, tiene alguna curiosidad por lo que ocurre entre esas doce cuerdas y por cómo se puede reflexionar sobre ello con mucho sentido y expresarlo con rigor e inteligencia, el libro me parece una opción muy válida. 

Otras obras de Joyce Carol Oates en ULAD (tranquilos, ninguna sobre boxeo): aquí

4 comentarios:

Koldo CF dijo...

Hola, compay!

Magnífica reseña de un libro que parece mostrar la versatilidad de JC Oates. Lo que más me llama la atención (como "aficionado ocasional") es ese alejamiento de los tópicos tan recurrentes a la hora de tratar de un deporte como el boxeo. Es este sentido, me encanta el antepenúltimo párrafo de la reseña.

Un solo apunte, ligado quizá a la evolución de los tiempos. Resulta curioso que en estos últimos años hayan ganado peso (más en EEUU que en Europa, creo yo) las llamada MMA, con sus combates más breves y salvajes (y tb "youtubelizables") con respecto al boxeo.

En fin: gracias por la reseña y perdón por la brasa!!

P.S. 1: No tengo tan clara la marginalidad e irrelevancia de la que hablas. En Reino Unido, Alemania o EEUU se siguen llenando pabellones y moviendo enormes cantidades de dinero
P.S. 2: ¿Siguen dando en ETB "Boxeo Izarrak"?

Unknown dijo...

Doña Joyce Carol Oates, una escritora imprescindible, está en particular no la he leído, pero la tengo en mi biblioteca con muchas otras de ella, me has motivado para leerla próximamente

Carlos Andia dijo...

Boxeo izarrak! Qué recuerdos, creo que se sigue emitiendo pero no suelo verlo porque queda fuera de mis horarios hábiles. Otra pequeña joya era Pressing Boxeo, con aquellos dos fenómenos del noble arte: Ugarte y Azpitarte, qué tiempos.

Realmente, el libro es de una clarividencia impresionante, muy lejos del anecdotario habitual que llena las páginas sobre deporte. Es una reflexión lúcida y profunda sobre la esencia del boxeo, que me atrevo a decir que podría interesar incluso a lectores no aficionados.

La verdad es que desconozco por qué nivel anda hoy en día la afición porque estoy bastante al margen. Las opiniones que dejo en la reseña son más bien una impresión personal, seguramente derivada del hecho de que los grandes medios prácticamente han borrado del mapa al boxeo y, sí, es muy posible que se esté viendo sustituido por sucedáneos de más fácil consumo, como lo que tú apuntas.

Saludos, colega.

Unknown, como te veo muy entusiasmado/a con la autora, reiterarte que efectivamente es un libro inteligente y muy bien escrito, pero no deja de ser un ensayo sobre boxeo, algo que es fácil que no interese a todo el mundo.

Gracias por el comentario.

Unknown dijo...

De nada, un placer