jueves, 23 de abril de 2020

AL FIN ME LIBRO DEL DIA DEL LIBRO

Puede que el título de la entrada de hoy os parezca un tanto chocante, provocador, quizá, o un simple clickbait para que nos hagan casito. Pero es que, por razones que huelga comentar, este año el Día del Libro, resulta de lo más anómalo; más aún, cabe suponer, en Barcelona, donde las tradicionales colas ante las mesas de los escritores del día de Sant Jordi son sustituidas por algunos ciudadanos que sacan a pasear al perro (varias veces al día, eso sí) o, sencillamente, la bolsa de la compra... Lo mismo ocurrirá cuando lleguen las fechas de la afamada Feria del Libro de Madrid o de las que se hacen en muchas otras ciudades. Las librerías están cerradas, sine die, en todo el país y en medio mundo, que sepamos; muchas de ellas, además, se enfrentan a un futuro complicado cuando vuelvan a abrir (si es que lo hacen y tocamos madera). Lo mismo parece esperar a muchas pequeñas editoriales, como consecuencia de una situación excepcional en la que, paradójicamente, es posible que estemos leyendo más que nunca.

No obstante, durante estas semanas de cuarentena / confinamiento / encierro (según lo lleve cada cual), ha habido por parte del sector del libro -entiéndase desde quien los escribe y los publica hasta quien los distribuye o vende- diferentes propuestas e iniciativas que, al mismo tiempo que alabanzas, también han generado críticas negativas o, en cualquier caso, cierto debate al respecto, que además, lejos de ser puramente especulativo, se revela crucial en estos momentos tan delicados: 
  • Por una parte, algunas editoriales e incluso directamente muchos escritores han ofrecido descargas gratuitas de sus libros, para solaz, se entiende, de quienes debemos quedarnos en casa. Iniciativa que fue muy aplaudida en un principio, pero que pronto despertó las objeciones de otros autores y editores que no lo han hecho y que consideran el ofrecimiento de libros gratis no sólo como una competencia desleal, sino una forma de devaluar todos los productos culturales (y perdón por emplear el término "producto" para estas cosas, pero estamos hablando de dinerito, al fin y al cabo...).
  • En segundo lugar, aunque relacionado con el punto anterior, está el de la venta de libros on line, dado que los puntos físicos de venta de libros están cerrados. Aquí las que se ven perjudicadas son las pequeñas librerías frente a las grandes cadenas comerciales (o, directamente, las propias editoriales) que, como es lógico, tienen una capacidad operativa mucho mayor. hay alguna editorial, empero, que ha ofrecido donar la parte correspondiente a la librería de la venta (un 35%) a aquella que le comprador prefiera. Claro, que también algún gran grupo editor ha tomado esta iniciativa para retorcerla de una extraña manera: el 10% del importe de las ventas se sortearán en forma de cupones de 10 € para gastarlos en librerías cuando pase el confinamiento disfrazándola de una supuesta solidaridad con las librerías que ya se ha visto que no es tal...
  • Y, enlazando con el tema del cierre de las librerías, también hay quien ha abogado por su reapertura, siquiera de forma parcial, por considerar los libros como un bien de primera necesidad. Curiosamente, o quizá no tanto, entre quienes han defendido esta idea se encuentra alguno de los escritores que más se leen -o que más venden- en España...
  • También se ha hecho evidente la gran descoordinación y falta de liderazgo, una vez más, por parte del gobierno (estatal o autonómico) que no haya tomado cartas en el asunto de manera rápida para buscar u ofrecer soluciones, dejando a cada uno a su suerte, ya sea librerías, distribuidores o editoriales. Eso ha generado que cada uno se buscase la vida, incluso estableciendo “soluciones” poco solidarias con el resto de afectados o con incluso los mensajeros (quienes ponen en peligro su salud haciendo llegar los libros al hogar de cada comprador). Por suerte, hay librerías o directamente editoriales que confían en la solidaridad y consciencia social de los aficionados a los libros que compran adelantando el importe y piden que les guarden los libros hasta que puedan ir personalmente a la librería a recogerlos cuando la situación se restablezca.
  • Y, por último, y dejando evidente lo apasionante y bonito que es el Día del Libro, ¿es positivo para el sector centrar gran parte de las ventas en un solo día (o semana)? ¿Tiene sentido que aproximadamente el 10% de las ventas de libros se concentren en tan poco tiempo, sometiendo al sector a un nivel de estrés muy grande, ya sea en editoriales para sacar libros antes de la fecha, librerías que reciben montones de novedades, lectores abrumados por tanta oferta? ¿No sería mejor, repartir los esfuerzos en diferentes momentos? ¿Tiene sentido dar al libro ese carácter de excepcionalidad en lugar de plantearlo como algo que continuamente debería estar presente y promocionado?

En esta entrada hemos intentado sintetizar el impacto que ha tenido el Covid19 en un sector tan delicado como el de la cultura; delicado por importante, pero también delicado por arrastrar desde hace tiempo una falta de inversión económica a nivel político que ha llevado, en muchos casos, a cierre de librerías. Habrá que repensar, desde las instancias gubernamentales hasta el último eslabón de la cadena, como redefinir un modelo en perpetuo estado de inestabilidad.

Nuestra propuesta hoy desde Un Libro Al Día es que vosotros dejéis vuestras opiniones en los comentarios a esta entrada y entre todos establezcamos un debate sobre los problemas y el futuro de este mundo del libro al que todos amamos. Incluso aquellos, que también los habrá, que podáis estar hasta el gorro de sesiones de firmas, casetas, mesas redondas y shows varios que se montan, otros años, en días y ferias del libro como el que NO se celebra hoy y viváis este día tan anómalo con no poco alivio. Eso sí, mientras no dejéis de leer... a ser posible, buenos libros como los que os recomendamos aquí. Y que seguiremos haciendo, por más que se empeñe cualquier virus en lo contrario... ; )


24 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenos días,

Hoy como los últimos 40 días será un día de mierda. Casi 23.000 muertos ya. 4.600 contagiados y es bastante dudoso que salgamos de esta espiral pronto.
Sobre el día del libro, Sant Jordi y demás.. Conozco a un librero, inteligentísimo, que cada año me dice lo mismo. "La gente que compra libros hoy me ayuda a salvar el año. Si bien, tengo poco de que hablar con ellos". El panorama que se nos presenta es DESOLADOR. Y me estoy quedando cortísimo. Y como decía Tolstoi: "Antes de dar escuelas a nuestros niños, convendría pensar si no se está muriendo de hambre".
Veremos como salimos de ésta, lo que está muy claro es que cuando salgamos seremos menos y más pobres.
Y creo, ya para terminar, que el día de hoy no debería ser de los lectores ni para los lectores. Los protagonistas hoy deben y tienen que ser los Libreros! Y, por favor, si tenéis pensado comprar libros, no lo hagais hoy. Ni por Amazon, ni por ninguna empresa multinacional. Esperad a que todo esto pase y acudid a vuestra Libreria. Ésa será la mejor forma de ayudarles.
Saludos.

Koldo CF dijo...

Venga, empiezo! Lo primero: Feliz No Día del Libro a todo el mundo! Y voy un poco en el orden de la entrada:
- Libros gratis: Me parece una acción de marketing puro. El lector habitual bien tiene un pila de libros por leer, bien tiene acceso al catálogo digital de la biblioteca, bien puede releer 1000 cosas que tenga en casa.
- Pequeñas librerías, bonos, anticipos, etc: Algo tienen que intentar en vista de que las ayudas son más bien "escasas" (ojo igual de escasas que para autónomos, pymes...)
- Reapertura de librerías = ombliguismo
- Concentración de ventas = absurdo total

Y ya me he cansado de escribir.

Ánimo, que ya nos queda poco para poder salir!

Anónimo dijo...

Muy buenas,

pues recogiendo la invitación mis reflexiones a vuestras reflexiones:

. Dar gratis libros... en fin, brindis al sol, quien quiere libros gratis los puede conseguir con tanta facilidad que solo afecta al aspecto "moral" de la cuestión.
. No entiendo el cierre de las librerías, actualmente se pueden abrir todos los comercios dotando de medidas de control, ya no solo lo esencial puede/debe abrir. Que las librerías abran y controlen el aforo, como un supermercado o cualquier otro establecimiento.
. Si, concentrar todo es un día genera un estrés alto a todo el sector, pero seamos realistas, si no se hace de esa forma la gente compraría a lo largo del año lo que se compra en estas fechas de ferias y celebrarciones? No lo creo.
. Sobre la falta de ayudas... en fin, y hay un gobierno de izquierdas, con otro tipo de gobierno no se si en cuestión cultural lo hubieran hecho peor (¿se puede hacer peor?)

Anónimo dijo...

En Sant Jordi no es posible controlar el aforo. Se pueden formar colas a fuera de la libreria. Y las mismas librerias han pedido no abrir si no se garantiza la seguridad y salud de sus clientes. Y, lógicamente, no éstan los libreros para andar vigilando en la puerta del establecimiento.

Lupita dijo...

Hola:
Voy a intentar ser objetiva y autocriítica.

Me gustan las librerías y las bibliotecas tanto que su falta contribuye a que me sienta más triste. Esto es algo personal, como al que le gusta andar en bici, pescar o ir al cine, por ejemplo. Cualquiera de estas actividades, como la lectura, enriquecen la vida, pero no son vitales. Decir que abran las librerías, cuando otros no pueden, es, como ha dicho Koldo, ombliguismo.

Los libros gratis no responden ni a una necesidad perentoria ni ayudan a incentivar la lectura. El lector habitual ya adquiere libros online o tiene una buena lista de pendientes en casa. Yo no descargo nada gratis ni compro online, pero es porque soy muy moralista, anticuada y pesada.

El día del libro es un día muy bonito; si se ha convertido en el blanco de una estrategia de márketing es algo consustancial a los tiempos. No sé qué pensar al respecto de la concentración de ventas porque para los libreros que conozco es como maná caído del cielo. Yo lo vivo a mi manera, y lo paso bien.

Lo que sí tengo claro es que pienso salir corriendo a las librerías habituales cuando abran; mientras, seguiremos intentando mantener la salud mental, si es que no se nos acaba secando el seso, como a don Quijote.

Nunca perdáis el espíritu crítico, ULAD
Saludos

Diego dijo...

Buenos días. Muy buena la entrada.
Lo que voy a dejar es mi opinión como lector, la cual no pretende llevar razón y, tampoco creo que se pueda comparar a la opinión de un lector que viva en Barcelona, por ejemplo.

El día de San Jordi me da asco. No es nada personal contra este Santo en particular ni contra los libros. (También me da asco el día de la naturaleza y dedico gran parte de mi tiempo a pelear por esa diosa). Me da asco porque es un día en que mis conocidos y familiares me amanecen con un watsupp que lleva de texto "Feliz San Jordi" y, lo que es peor, viene acompañado por varios emoticonos de libros o libretas o caras de tipos con hepatitis y gafas.
Esto no sería tan molesto si a lo largo de lo que queda del año yo pudiera hablar con alguno de estos contactos sobre libros. Pero la verdad es que si alrededor de la paella de los domingos hago un comentario sobre libro, autor o relacionado, me siento como si hablara a la pared porque, básicamente, para ninguno de estos saludadores del día del libro significa más que el saludo que institucionalmente o tradicionalmente se da en este día particular.
Todo esto me parece directamente ligado al hecho de que Hoy España compre una desmesurada cantidad de libros en comparación al resto del año.
Por eso da Asco. Porque es un signo de que la lectura no tiene el valor que se merece y, lo que es peor, es un signo de que básicamente somos una panda de payasos.

En cuanto a que las librerías físicas van a seguir desapareciendo, sí, creo que es un hecho y responde a un proceso más largo que a una pandemia.
Yo compro casi todos mis libros por internet, tratando de hacerlo directamente en una librería y pasando de plataformas que solo me hacen la función de buscador, yo compro prácticamente todos mis libros por internet. No me siento mal por ello. También me aproveché de que una editorial regalaba algunos títulos hace un par de semanas y, coincidiendo con que uno de los títulos estaba en mi lista, me lo pillé gratis sin despeinarme.
Tampoco me siento mal por ello.
Me considero un buen lector, gasto al mes un promedio de sesenta euros en libros. No me hace falta San Jordi, ni que una editorial me los regale ni estar haciendo cuarentena para que mi vida trate de leer. Así, estoy dispuesto a anteponer la preferencia de mi compra a librerías pequeñas, pero no me da remordimientos recurrir a Amazon si es mi única opción y mucho menos recurrir a Alcana Libros en Madrid sin sacarme el pijama desde mi casa en Castellón. Esto último lo veo como un regalo. Para mi acceder a Alcana, Marcial Pons, el Desván... etc, a pesar de estar a cientos de kilómetros de distancia me parece un buen uso de la tecnología, y no dudo de que las pequeñas librerías van a tener que seguir adaptándose a este método de distribución si quieren seguir vendiéndole a lectores que vivan al margen de las promociones literarias y los Santos varios.

Como último apunte con respecto al trato que el gobierno le da a la cultura en particular o a todo en general, me parece de recibo leer a cualquiera de nuestros últimos grandes filósofos o sociólogos para enterarse de que llevamos décadas la mar de contentos con unos Estados que pierden poder de actuación. Si ahora nos acordamos todos del Estado vamos a tener que tratar de tenerlo siempre en mente. Digo yo.
Ahí también damos asco.

Antonieta dijo...

Holas de mar!!!
No sigo ningún "día comer$ial". Promuevo las bibliotecas, el libro usado y los textos de quienes escriben solo por gusto. No acumulo libros, prefiero que circulen. Las historias están en mi cabeza y en la calle, en observar la vida. Creo que cada persona es un gran, emocionante y buenísimo libro. Me encantan las historias que crean lxs niñxs, mejor si son con dibujos. Conozco locxs que escriben maravilloso. Un ABRAZO GIGANTE.

Juan G. B. dijo...

Hola a todos. Si se me permite intervenir, aunque yo sea uno de los miembros del equipo reseñador, mi opinión particular sobre algunos de estos temas es:
-Sobre el ofrecimiento de libros gratuitos, creo que en un principio fue tan sólo una iniciativa bienintencionada, aunque luego haya quien lo pretendiese utilizar como promoción, además de que es comprensible que los editores independientes y con menos capacidad de asumir esto se hayan sentido "dumpeados"...
-Sobre el cierre de las librerías, confieso que yo antes de la cuarentena, cuando no parecía que la situación fuera a ser tan grave, pensaba que no era necesario que cerrasen; simplemente bastaría con controlar la afluencia (que de todas formas tampoco es masiva). Ahora pienso de otra manera y estoy de acuerdo con que estén cerradas, sobre todo para proteger a los libreros (recordemos que los clientes de las librerías solemos tocar mucho el "género", por ejemplo). Por lo que a mí respecta, voy a esperar para comprar los libros que tenía pensado. Y en librerías independientes, nunca por Amazon.
-En último lugar, que no me quiero enrrollar más, el último punto me parece el más crucial de todos. El problema, creo yo, no es que el 10% de las ventas del sector se concentren en un día, sino que eso significa que al resto de los 364 días les corresponde menos del 0'25 % a cada uno. Y en realidad, a 340 de eos días mucho menos, porque también se vende mucho en las ferias de libro de mayo y junio y en los días previos a las Navidades. Es decir, que el problema es que en Espña se compran pocos libros porque se lee poco (y ya sé que hay una muy buena red de bibliotecas públicas, pero por experiencia os digo que no son usadas por algran mayoría de la población, sobre todo a partir de los 10 años). De ahí que hagan falta acontecimientos especiales como este Día del Libro o los premios literarios que, en realidad son promociones más o menos disimuladas. A los lectores habituales nos puede gustar o no, pero sin todos estos "eventos"(o "teatrillos"), los autores, editores, librerías... estarían en una situación aun más precaria. ¿Que ojalá fuera de otra manera, sobre todo para ser uno de los países donde más producción de libros hay y con un mercado potencial de cientos de millones de lectores (que ésa es otra...)? Pues sí, pero por diferentes causas, esto es lo que hay. Mientras tanto, ojalá salgamos de ésta más o menos como estábamos (que va a ser que no: ya hay librerías que han anunciado su cierre y sospecho que habrá editoriales que también lo hagan). Como decía el del chiste, Virgencita, Virgencita, que me quede como estoy...
Un saludo a todos y ya lo dejo, que os quitto tiempo para leer cosas mejores ; )

Diego dijo...

El par de minutos que se invierten en leer tu comentario, están bien invertidos, Juan.

"Fiesta en la madriguera", de Villalobos, fue el título que me agencié gracias a los regalos de Anagrama. Que eso haya sido promoción o buena voluntad de la editorial es algo que no me importa mucho. Asumo que un poco de las dos y más de la primera.
Al adquirirlo me alegré ya que me sorprendió encontrar uno-de-la-lista entre sus regalos. Poco sentimiento más que ese porque asumo que Anagrama está contenta conmigo y si el regalo no se hubiera producido, tarde o temprano se los hubiera comprado a ellos. Fin de la historia.
Mi opinión parte de que como lector sigo a autores que me interesan. De que quiero que determinadas personas sigan contando historias. La industria que hace esto posible cambia y cambiará. Las historias se seguirán contando.
Que mil personas compren libros que nunca van a leer a quién mantiene? A la literatura o a una industria que la gestiona? Como he dicho otras veces, yo soy comprador de usados en un 80% y encuentro patético ver que el 90% de esos usados fueron marcados y dejados en las primeras cincuenta páginas.
O sea, perfecto, mantenemos una industria con el día del libro pero esto no hace que la gente lea más. Y cuál es la finalidad de los libros? Ser vendidos o ser leídos? Por eso este día tiene su parte asquerosa. Porque es el día de generar oxitocina consumiendo como todo el resto de los días, pero hoy con la literatura como pretexto. Nunca como fin.
No creo que los lectores habituales debamos echarnos a las espaldas sostener una industria que hace demasiados libros y nos intenta vender la mitad de las veces gato por liebre.
En este sentido, no sé hasta qué punto El día del libro es realmente el día del libro o solo es otro día más de generar basura para entretenernos gastando plata con el pretexto de sostener un sistema del siglo pasado.

Òscar dijo...

Amig@s, por entradas como esta me gusta tanto vuestro blog.
- Descargas gratuitas de libros: como soy malpensado con los grandes grupos editoriales, me ha parecido una estrategia promocional para llegar a sus clientes saltándose las librerías. En condiciones normales, no sería una iniciativa muy bien recibida (en general) por la opinión pública, pero ¿no será que ahora la visten de iniciativa solidaria para que a los lectores le parezca normal y aceptable comprarles libros directamente? Que alguien me ilumine sobre este tema, porque no lo conozco bien. Aparte, el colectivo de traductores no lo hemos visto con buenos ojos, porque no se nos ha preguntado.. En fin, a mí nunca me han pagado los royalties que me correspondían y han cedido los derechos de mis traducciones sin consentimiento, así que simplemente es una más.
- Venta de libros en línea: espero que las administraciones hagan un esfuerzo, una vez pasada esta crisis, para promocionar y ayudar a las librerías frente a los gigantes de la distribución que ahora se están comiendo todo el mercado. Aparte, la famosa plataforma que ha surgido en Catalunya para comprar libros durante la pandemia desvía a los lectores de las páginas web de las librerías que venden en línea y exige a los compradores que se registren brindando datos personales que a saber dónde van a parar.
- Apertura de librerías: lo veo improcedente en el contexto de las medidas que se nos han impuesto, aunque, como buen cuñao, creo que, con más previsión, había otras formas de gestionar esta pandemia sin las diversas consecuencias negativas del confinamiento tan prolongado, sin afectar tanto a la salud física y mental de las personas, sin tantas pérdidas de empleos y aprietos económicos para las empresas (entre ellas las librerías), etc.
- Descoordinación de las administraciones: véase el punto anterior.
- Concentración de ventas en el Día del Libro: me he reído bastante con el comentario de Diego. Es cierto que Sant Jordi (hablo de Catalunya) es el día del postureo y que algunas personas consideran que cumplen el cupo anual y que ya les vale para poder comentar con sus amistades que han comprado o que les han regalado tal y tal libro. También sirve para otras cosas: las asociaciones de traductores hemos aprovechado todos los años para visibilizar nuestra labor a través de diversas actividades.
Feliz día post-Sant Jordi a todos ��

Lupita dijo...

Ay, tanto pensamiento crítico me va a hacer estallar la cabeza. Ayer celebré el día del libro leyendo un cómic de El Quijote de Davis y me reí muchísimo; para mí eso es el día del libro.
Ayer no hubo intercambio de mensajitos con nadie al respecto, algo que agradecí porque no me apetecía. El panorama en todos los aspectos es ahora muy difícil y nos estamos hartando de mensajes "buenistas", pero hay que intentar no amargarse la vida en lo posible.

Cada librería es una isla, leer un libro en papel un acto de resistencia y yo una idealista. Ayer día 23 habríamos hecho un taller de marcapáginas con los niños y estaríamos preparando el concurso anual del club de lectura. Ese es mi día del libro; el otro, el comercial, no lo vivo, pero si ayuda al sector, me alegro.

Diego, tienes mucha razón en todo, pero yo lo sigo intentando. Resistiremos. Sitios como ULAD, las librerías, las bibliotecas y los clubes de lectura ayudan mucho.

Saludos quijotescos

Juan G. B. dijo...

Hola:
Para ser justos, es cierto que lo de regalar libros el 23 de abril se da sobre todo en Cataluña, pero hay mucha gente en otros lugares que también aprovecha el día para comprarlos. Y en cuanto al postureo, sospecho que también se da bastante durante la Feria de Madrid, por ejemplo, aunque más repartido a lo largo de varios días...

Òscar dijo...

¡Entonces los madrileños lo hacéis mucho mejor! Vamos a proponer una semana de Sant Jordi. ;)

Diego dijo...

Estimada, sí, como dije en la entrada de Francesc sobre el libro de Amazon es una mierda, vosotros tenéis muchos números para merecer el aplauso. No solo por ser consumidores responsables, como defendía aquel día Marc; mi aplauso extra se debe a lo que aquel día defendía Juan: el valor de esperarse porque es mucho más rico para él pasar un día en una librería que hacer click en dos segundos desde el metro. " Mirar las golondrinas", fue tu manera de expresarlo.
A mi ese motor me parece más admirable que el de ser consumidores responsables, incluso me parece que es el único que sostendrá a un limitado número de librerías-museos, ya que el ser consumidor responsable es un concepto bastante enclenque cuando la pura verdad es que el consumidor, así como el autor, tienen mucho menos poder de decisión que el distribuidor.

Ojalá fuéramos en el camino del decrecimiento, estimada, que se sustenta en la belleza de tus golondrinas y de Juan manoseando libros entre las estanterías. Pero como parece que, en el menos peor de los casos, vamos en el camino del Green new deal, en donde a los niños ya no les hacen falta los canales de TV y a los adultos no nos hacen falta las fajas de las editoriales porque los elegimos en base a opiniones de iguales que hacen blogs como este. Es decir, donde el arte y la cultura se difundirán con menos intermediarios o intermediarios distintos... sostengo: si la base de la que parte el lector es que se sigan contando buenas historias, y no el de mantener a una industria de la que tenemos interiorizada la idea de que es ella la que hace posible la literatura y no al revés, entonces, mi comentario sobre fucking día del libro así como aquella crítica de Francesc a la crítica contra Amazon son válidas.

En el pueblo donde vivo hay dos papelerías que son lo más próximo a librerías. Han seguido abiertas durante el confinamiento. Yo recurro a ellas para comprar papelería y el material escolar de los niños así como los libros en Valencià recomendados por sus docentes. De reojo se puede ver al entrar, la gran estantería donde se ofrece la literatura de ficción, esto es Ken Folllet, Gordon, Reverte y las cincuenta sombras de Grey tomando el sol...

Si la industria actual es la que ha generado esto no seré yo quien me quede sin el abanico que me ofrecen nuevas maneras de distribución. También hace que me pregunte cosas, por ejemplo: ¿Es beneficioso el sistema actual de distribución de libros para las pequeñas editoriales que apuestan por una literatura alternativa? ¿O mantiene un status quo donde cuatro tienen el poder sobre todo el resto que se cree que necesita de esos cuatro para seguir leyendo?

Un saludo.

Juan G. B. dijo...

Se me olvidaba comentar que también hay una iniciativa en muchos lugares (no sé si en todo el territorio español) que consiste en que las bibliotecas te llevan los libros que solicites a casa. consultadlo en vuestra biblioteca de referencia, si os interesa, aunque yo pienso que , por loable que sea la intención, no deja de ser también una forma de exponer a un peligro a las personas que trabajan en las bibliotecas.

Emi Lee dijo...

Lo de la paella me ha llegado, tal cual me ocurre a mí.

Anónimo dijo...

Y a mí, no tanto con mis familiares como con mis amigos de siempre. Algunos libreros tampoco me aconsejan bien, no todos los libreros son esa persona leída, instruída que escucha y encuentra lo que necesitas. Sinceramente si no llega a ser por blogs como este y amistades nuevas que he hecho por afinidades como la lectura estaría muy huérfano en este sentido. Mucha gente de mi entorno lee pero mi acercamiento a la lectura es totalmente diferente al suyo y eso, creo, nos pasa a unos cuantos.

Anónimo dijo...

Yo compro bastantes libros unos los leo. Otros los regalo.. Igual que periódicos los leo y luego los regalo.. Soy testigo cuando llega el repartidor... Ese quiosquero hoa tras hora esa librería.. Vivo en un pueblo de la profunda Castilla la vieja y hago mis pedidos a la capital de la provincia prefiero pagar el porte a seur que comprarlo a Amazon.. Pido unos cuantos ejemplares.... Claro está. Mil gracias por vuestro blog. Mayor Thompson

Anónimo dijo...

Usted mayor Thompson. Es un romántico y eso le honra.. Un hurra por Thomson. Y por ulad. Agradecido siempre. Kempes 19

Juan G. B. dijo...

Hola otra vez. Intervengo de nuevo para dejar aquí el enlace a este artículo o reflexión que acabo de leer y que quizá vaya en contradicción (en parte) con lo que algunos estamos comentando aquí, pero que me parece muy interesante:
http://www.bernat-ruiz.com/2020/04/24/la-carga-de-la-brigada-del-libro/

Diego dijo...

Muy interesante el artículo y también uno de los comentarios que lo secundan.

Marc Peig dijo...

Interesante artículo, Juan, el de Bernat Ruiz, con el que en alguna ocasión he hablado via Twitter y que es bastante directo a la hora de decir verdades u opiniones. Pero sí, hay que aprovechar lo sucedido para repensar bastantes cosas.
Saludos
Marc

Diego dijo...

Lo segundo peor es que cuando uno abre la boca para decir algo relacionado a un libro, en cuanto termina de emitir el sonido se encuentra con un silencio incómodo y muchos ojos que te miran como si hablaras chino. Entonces un cuñado te salva -porque te quiere- dando la mejor respuesta que tampoco tiene mérito porque es la única: "Aaaaa..."

Lo más peor es vivir en un mundo donde a veces pareciera que tenés que pedir perdón porque te encante leer.

Francesc Bon dijo...

Buenas: igual este comentario debería haberlo introducido como anónimo, pero, qué narices, pit i collons como decimos aquí.

Soy barcelonés, de izquierdas, independentista, lector contumaz cuando la concentración me lo permite, lector porque leer me distancia más de quien no lee, y ahí paro yo con mis defectos que luego no queda espacio para las virtudes.

He pasado por todos los estados respecto a Sant Jordi, incluyendo el que me parece ahora más criticable. Que es el que habla de "fiesta del libro" y todas esas zarandajas y justifica a los panolis que se compran el libro para obtener la firma del escritor de turno (que suele ser el presentador o tertuliano de su programa de TV más afín ideológicamente) y solo hacen que leerlo, si llegan a ello, para confirmar sus convicciones.
A esos habría que cambiarles el texto por uno completamente diferente y esperar a ver sus convulsiones.
Os recuerdo que hay otros trescientos sesenta y pico días en el año en los que se puede acudir a la librería y ese día el librero te atenderá mucho más tranquilo y te lo agradecerá más porque ni siquiera vas a exigirle el descuento.

Y no sé el motivo de mi progresiva acritud. Sé que es irreversible y seguramente muestra de una condición asocial porque el del libro es un placer íntimo y solitario. No he echado de menos Sant Jordi con sus insoportables rankings que provocan vergüenza ajena.
Tampoco el regalo de las rosas con su quintaesencia machistoide.
Leo un día, te quiero un día.
Pero si esta actitud mía es hasta, en el fondo, buenista, cojones. Queridos compradores de esos días señalados, hacedme un favor: comprad los libros por Amazon, metedlos en el Kindle donde ni pillan polvo ni ocupan demasiado espacio (nadie se enterará si los tiráis), dejadnos a los demás con nuestras paranoias y nuestras lecturas y nuestras miradas de desaprobación cuando nos interrumpís.
Haced la foto para el IG y extractad algún párrafo que os toque la fibra. Podéis hacerlo hasta el día 30 de abril para demostrar que el libro lo habéis empezado, va.

Luego ya os vais a tomar viento, hipócritas.

P. S. El artículo de Bernat Ruiz, cojonudo.