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jueves, 19 de junio de 2025

Carlton Mellick III: Cada vez que quedamos en la heladería, te explota la puta cara

Idioma original: Inglés
Título original: Every Time We Meet at the Dairy Queen, Your Whole Fucking Face Explodes
Traducción: Hugo Camacho
Año de publicación: 2016
Valoración: Entre recomendable (especialmente para raritos) y está bien

Ethan se ha enamorado de la chica rara, y ella le corresponde. Aunque los dos son muy tímidos, empiezan una relación. Pero su noviazgo resulta algo difícil, pues a la joven Telaraña le explota la cabeza cuando se emociona, tiene sangre anestesiante y desprende un olor corporal que atrae a las arañas.

Esta es la premisa de Cada vez que quedamos en la heladería, te explota la puta cara, novela corta de Carlton Mellick III (prolífico escritor cuya obra figura entre la más destacada del movimiento bizarro). Novela que funciona a la perfección como pasatiempo fácil de leer, extravagante, divertido y a ratos sangriento, y que incluso soportaría una lectura alegórica sobre la intensidad del primer amor de adolescencia. Novela que alberga ideas magníficas, un par de escenas francamente potentes y un final loquísimo.

Sin embargo, le pondría una pega. Y es que Cada vez... sobreexplica sus ideas, cosa totalmente innecesaria (al menos a mi juicio) en una obra adscrita al bizarro. O sea, ¿hace falta saber, por ejemplo, que las rarezas de Telaraña se deben a los cambios evolutivos de su linaje? ¿Necesitamos conocer el origen de los injertos de piel que usa su familia? Toda esta sobreexplicación, aunque competente y hasta creativa en su ejecución, resta potencial absurdo y grotesco al conjunto.

Asimismo, dicha sobreexplicación impone una lógica interna que Mellick III no es capaz de mantener consistente. E insisto, una obra adscrita al bizarro no tiene por qué tener una lógica interna consistente. Pero en este caso, como el autor trata de justificar ciertas cosas, muchas otras empiezan a chirriar. Y es que no resulta plausible que la peculiaridad de Telaraña deba mantenerse en secreto, pero que aún así su padre permita a ésta que vaya al instituto o a la heladería con su novio, y menos todavía cuando ya le ha estallado la cara frente a testigos. Tampoco me convence que Ethan no pueda volver a ver a sus padres cuando huye con Telaraña y su familia, por miedo a que la policía les siga la pista, pero aún así asistan tanto él como su pareja a un nuevo colegio (como si un nombre falso pudiera ocultar sus caras remendadas).

Sea como fuere, Cada vez... es una novela original y divertida, que recomiendo tanto a amantes del bizarro como, por qué no, a lectores eclécticos abiertos a nuevas experiencias. Que no acabe de abrazar todo su potencial absurdo y grotesco no quita que sea una obra por momentos delirante, sumamente entretenida y que goza de cierto subtexto. ¿Qué más se puede pedir?


También de Carlton Mellick III en ULAD: Aquí

martes, 1 de octubre de 2019

Lucía Baskaran: Cuerpos malditos

Idioma: español
Año de publicación: 2019
Valoración: se deja leer (con algún momento que está bien)

Alicia es una joven de un pueblo de la costa vasca que poco antes de la boda pierde a su prometido, Martín, atropellado por un automóvil. El comprensible shock que le causa esta desgracia y la consiguiente depresión las afronta de las siguientes maneras:

  1. Bebiendo y entrando en una vía autodestructiva, en general.
  2. Buscando un refugio afectivo en Ane, su amiga de la infancia y amante adolescente.
  3. Buscando un refugio afectivo y sexual en Otto, el hermano de Martín.
  4. Buscando un refugio social en sus amigas -y algún amigo- que constituyen para ella su verdadera familia.
  5. Rememorando los episodios y circunstancias de su vida que le causaron algún trauma, desasosiego o incomodidad de tipo afectivo, sexual y social.
Con estos elementos se puede escribir una novela intensa, desgarradora, perturbadora... pero también otra que no pase de ser una actualización modernilla y subidita de tono de la novela "romántica" de toda la vida (de cierta clase de novela romántica, al menos). Este libro va oscilando entre ambos planteamientos narrativos (no creo que adrede por parte de su autora), algo que acentúa el hecho de que su estilo varíe también entre los capítulos o párrafos de una mayor intensidad , no diré que poética, pero sí más ambiciosa en la creación de imágenes literarias, y otros en los que, en cambio, el tono es más pedestre o doméstico, meramente descriptivo o incluso un poco naif, por más que se hable mucho de follar, de masturbarse, mamadas y todas esas cosas tan entretenidas.

En cualquier caso, más allá del desparpajo sexual, digno de aplauso, la novela en lo que abunda es en situaciones, complicadas tramas o problemas de todo tipo: desde la ya mencionada viudedad de la protagonista al abandono por parte de su madre, las autolesiones, el bullying, la sexualidad infantil -variante homo-, las infidelidades dentro de la pareja, el autismo, etc... Además la autora aprovecha para ejemplificar conceptos poco conocidos fuera del feminismo (o incluso dentro de éste, tal vez): body-shaming, body-monitoring, self-objectification... Para remachar, aclara tales conceptos en una serie de notas con largas explicaciones psicológicas más o menos académicas, lo cual resulta muy educativo, pero desvirtúa un tanto la novela, como narración (aconsejo, pues, no leer esas notas hasta haber terminado la novela en sí).

Entiendo que el objeto de este libro es trazar una parábola que recorre la protagonista desde su primera posición, condicionada por su relación con algún hombre -novia o viuda de-, hasta su "liberación" por medio de la autoconsciencia y la ayuda de sus amigas (no me atrevo a llamar a esto "sororidad", puesto que a las rivales se le pone de vuelta y media). Percibo, sin embargo, varios problemas en la consecución de tal propósito: en primer lugar, no resulta convincente que esta autoconsciencia de la protagonista se vaya produciendo según descubre lo muy capullos que resultan ser su novio muerto y el hermano de su novio muerto. En segundo término, la historia queda un tanto diluida en una especie de Melrose Place giputxi (conste que no creo que la autora hubiese nacido cuando daban esa serie): mi amiga se enrolla con mi otra amiga porque su novia la ha dejado, yo me enrollo con mi cuñado, que a su vez se enrolla con... bueno, así todo. Y, por último, el catálogo de agravios y problemas que he mencionado antes resulta tan exhaustivo que acaba por desdibujar el posible impacto que se pretendía causar en el lector.

Algo parecido ocurre con lo que se supone es la "idea fuerza" de la novela (según he leído en alguna entrevista a la escritora): la violencia o variadas violencias que la sociedad heteropatriarcal ejerce sobre el cuerpo de las mujeres; no sólo desde la mirada masculina, sino también desde la que se obliga o se convence a las propias mujeres para tener sobre sí mismas. Es un concepto que va apareciendo de vez en cuando a lo largo de todo el libro, pero creo que también queda bastante disuelta en el conjunto de la narración, aparte de que en ocasiones parece un poco metida con calzador...

Dicho todo lo cual y por resumir, en mi opinión esta novela, aun y teniendo momentos interesantes e incluso algún que otro capítulo entero -la mayoría son bastante cortos- de un nivel literario notable, en conjunto resulta algo inconexa, destensada, deslavazada... En ocasiones muestra la energía de una explosión de vida y dolor, de un disparo contra el mundo... pero con bala de fogueo, me temo.


Otros libros de esta escritora reseñados en Un Libro Al Día: Partir

martes, 24 de julio de 2018

Walter Scott: Ivanhoe

Idioma original: inglés
Título original: Ivanhoe 
Año de publicación: 1820 
Traducción: Juan Tomás y Salvany 
Valoración: recomendable

¿Qué leía la chavalería (palabra vintage a recuperar) antes de, qué sé yo, Geronimo Stilton y Harry Potter y los libros del detective esqueleto como se llame y de María Frisa y Laura Gallego? Pues qué va a ser, los Cinco, los Tres Investigadores, las novelas de Julio Verne, de Emilio Salgari, de Karl May, La isla del tesoro, Mujercitas (chicas y chicos, eh...) y, last but not least, libros de Walter Scott: Ivanhoe, preferentemente. En versión adaptada y reducida, por lo general, puesto que la obra original, resulta quizás demasiado "tocha" y prolija para los tiernos lectores prepubescentes. Aunque quizás sea esa minuciosidad en el detalle, amén de sus otras cualidades, claro, lo que la hace más atractiva para el lector adulto. Otra cosa es si este lector adulto está interesado además en el rigor histórico, pues si bien el escocés Walter Scott está considerado, con justicia, como uno de los progenitores de la novela histórica, también es cierto que fue, ante todo, un escritor romántico, y por tanto,  también proclive a la exageración o mixtificación de los hechos y personajes con los que trataba, para que sirviesen de acuerdo a sus fines estéticos. Así, esta novela, ambientada a finales del siglo XII, cuenta la historia de un caballero sajón, Wilfred de Ivanhoe, que ha partido a las Cruzadas junto al rey Ricardo Corazón de León, el cual posteriormente ha sido capturado por sus enemigos y mantenido en cautividad en Austria. Mientras tanto, el reino de Inglaterra está bajo el gobierno del príncipe Juan (sí, el de Robin Hood, que tampoco es un desconocido en esta obra) y los nobles de origen normando, que mantienen una agresiva rivalidad con los conquistados sajones.

Sin entrar en detalles argumentales, hay que decir que en esta novela encontramos todo una panoplia de personajes y situaciones clásicos de cualquier novela de aventuras medievales: caballeros misteriosos que se baten en torneos y se apresuran a salvar a las damiselas, nobles que anteponen su honor a cualquier otra cosa, frente a otros que no hacen más que felonías, intrigas por el poder, bandidos de buen corazón,  siniestros templarios, fieles siervos de la gleba, juicios por brujería, batallas para conquistar castillos... en fin, un poco de todo, que hace que la lectura de esta novela sea un disfrute para el amante del género de aventuras. Ya digo que quizás el estilo decimonónico  pueda ralentizar la lectura, al menos para lo que estamos acostumbrados en las novelas "históricas" de hoy, pero eso, a quien le pille el punto, no dejará de acrecentar su disfrute.

Cierto es, ya digo, que la precisión histórica de la novela resulta cuestionable -por ejemplo, parece que el verdadero rey Ricardo era bastante más capullo menos presentable de lo que aparece aquí-; aún así, en la misma podemos encontrar varios asuntos que resultan fundamentales para el estudio de la Historia medieval (hasta donde yo recuerdo), como son las rivalidades entre los distintos grupos étnicos o nacionales que  configuraban la sociedad europea de la época -con los judíos llevándose la peor parte-; competencia entre el rey y los nobles por quedarse con el botín las rentas campesinas; importancia creciente de las órdenes religiosas  militares -auténticas multinacionales de ese momento-, la incipiente expansión europea por medio de las Cruzadas, con la excusa de la religión... en fin, un panorama de lo más interesante, antesala, además, del primer atisbo "constitucionalista", con la Carta Magna que firmaría pocos años después -bien que obligado- el rey Juan Sin Tierra. Pero esa, amigos, ya es otra historia...


Otras obras de Walter Scott reseñadas en Un Libro AL Día: La novia de Lammermoor

miércoles, 24 de mayo de 2017

Julia Strachey: Precioso día para la boda

Idioma original: inglés
Título original: Cheerful Weather for the Wedding
Año de publicación: 1931
Traducción: Laura Salas Rodríguez
Valoración: está bien

Encuadrada dentro de ese peculiar género  que podríamos denominar "literatura humorístico-romántica británica del periodo de entreguerras" (seguro que existe un nombre más sintético, pero yo lo ignoro) y que en los últimos años ha estado de moda entre algunas editoriales españolas, (no sé si sigue estándolo), facilitándonos asi el acceso a divertidos autores como E. F. BensonNancy MitfordD. E. Stevenson o Stella Gibbons, encontramos también a esta Julia Strachey (ya acabo la frase, tranquilos), escritora que, sin embargo, tiene un par de peculiaridades con respecto a otros del mismo registro: en su vida sólo publicó un par de novelas  y además  perteneció a un grupo de lo más selecto dentro de la cultura británica, el conocido como Círculo de Bloomsbury (entre otras cosas, porque era sobrina del irónico y elegante Lytton Strachey). De hecho, esta Precioso día para la boda fue publicada en su momento por Hogarth Press, la editorial fundada por Leonard y Virginia Woolf.

Y eso que, en un principio, la novela no parece adscribirse a un argumento demasiado "intelectual" (pongamos todas las comillas del mundo, por favor): estamos en la casa de la acomodada familia Thatcham, en plena campiña inglesa, junto al mar, un ventoso día de marzo. La casa está repleta de parientes y otros invitados porque es el día en que la hija mayor, Dolly, va a casarse con Owen Bigham, un joven y prometedor diplomático. Ahora bien, mientras su madre y hermana -con no pocos nervios- tratan de organizar el evento, dando órdenes al servicio, atendiendo a los invitados, etc... la novia, mientras se prepara, no puede dejar de sentir las consabidas dudas prenupciales, centradas en su caso en la figura de un amigo, también presente en la casa, el aún estudiante Joseph.

Esta premisa, unida a un panorama de personajes secundarios preñado de excentricidad e ironía, parecen conducir de manera inevitable hacia una de esas novelas que he mencionado antes, "humorístico-romántico-costumbrista". La sorpresa -y quien siga a partir de aquí lo hace por su cuenta y riesgo, si es que pensaba leer la novela- es que no: la historia evoluciona, o quizás es más exacto decir "se diluye", hacia un principio de drama cuasi existencial, al menos en lo que concierne a la (no) pareja protagonista. Drama que tampoco cuaja del todo, hay que señalar, por lo que, al quedar en agua de borrajas tanto en la vertiente humorística como en la dramática -también es cierto que su brevedad impide que se desarrolle convenientemente en cualquiera de las dos- el libro deviene en un inesperado híbrido, ni carne ni pescado, habitante de una tierra de nadie literaria...

Lo que no quiere decir, y aquí viene la siguiente sorpresa, que sea una mala novela: el estilo, sobre todo, es preciso y elegante, demostrando un especial talento y esmero de su autora en la descripción tanto ambiental como de personajes, cuyos diálogos son, además, ingeniosos y punzantes sin perder por ello la verosimilitud. Es una lástima, pues, que Strachey no tuviera una visión más general al escribir la novela o cambiase de opinión sobre su objetivo a media escritura; de haber guardado una mayor coherencia, en un sentido u otro, nos encontraríamos ante una obra notable y, sobre todo, más memorable de lo que al final resultó ser.



jueves, 5 de noviembre de 2015

celso castro: el afinador de habitaciones

Idioma: español
Año de publicación: 2010
Valoración: recomendable

y bueno, no es que yo sea de fiarme mucho de los digamos -criterios- de los demás, que cada cual tiene el suyo propio y mal que bien, mis sudores y horas de lectura me ha costado el mío. pero claro, tampoco es lo mismo el criterio de unos que de otros y en este caso -en este preciso caso- me fío bastante de la opinión de quien pone a este escritor por las nubes, alguien de un blog colega en esto de reseñar -alguno ya sabrá de quién se trata-, así que me dije -por qué no- cuando dí con el libro, que total es un libro delgadito y parece de lectura ágil. y a ello que me puse

y mira, resulta que no está mal. nada mal. la cosa va de un chaval, más bien un -joven- que vive con su abuela y trabaja con su tío en una biblioteca y aprovecha para leer de todo. y bebe coñac,  para calmar su ansiedad. y escribe versos. y liga con chicas. porque, de hecho, el libro está dividido en tres -capítulos- dedicados a tres chicas diferentes. y vive atemorizado por el espíritu de su madre. ya muerta, claro. y tiene unos amigos de lo más -peculiar-. y lee más.  filosofía

un chico que, mira tú, nos cuenta toda esta historia en primera persona. porque, de hecho, este libro es el primero de una -trilogía del yo-, pero sólo he leído éste. y ya veré si leo los demás, aunque el primero me ha dejado lo que dicen -buen sabor de boca-, la verdad. así que igual sí

aunque en realidad en este librito no sólo puedes encontrar esta historia. también hay otro relato más corto titulado -la cuervo- que tiene un escenario parecido. y unos protagonistas parecidos. y un estilo parecido. y deja un regusto parecido, entre nostálgico y generacional, y sobre todo -inquietante- que está muy bien. casi me gustó más que el otro, oye. pero lo cierto es que las dos historias tratan de lo mismo: de la desazón de ser joven. y del amor. y del alcohol. y del desamparo. de la gente que está a punto de ahogarse en él. y de la cultura como tabla se salvación, aunque sea ilusoria. de la música. de la literatura. de la filosofía. la poesía. y del amor, otra vez

y lo de poner o no mayúsculas no me parece sustancial, la verdad.aunque claro que llama la atención. pero en todo caso sirve para hacer la prosa más -fluida- la lectura más rápida. aunque igual no era eso de lo que se trataba, no sé. y hay oralidad, mucha oralidad. en todos los -sentidos-. pero mira, que yo creo que lo que importa de una historia o -narración- es que lo que cuente te interese. y que lo haga bien. que te guste. y a mí me gustó. ya está

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Hillel Halkin: ¡Melisande! ¿Qué son los sueños?

Idioma original: inglés
Título original: Melisande! What Are Dreams?
Año de publicación: 2012
Traducción: Vanessa Casanova
Valoración: recomendable (imprescindible solo para románticos empedernidos)

Debo ser yo, la verdad: debe de ser cosa mía, que me he vuelto cínico o descreído o duro, o algo. Debe ser que he perdido la capacidad de emocionarme con las historias bonitas sin poner algún tipo de distancia. Porque a todo el mundo le ha encantado este libro, todo el mundo lo recomienda con grandes muestras de emoción, lo mismo libreros que críticos que lectores. Y a mí, pues sí, me ha gustado, sí, pero no me ha encantado, por motivos que luego explicaré.

Es verdad que ¡Melisande! ¿Qué son los sueños? es un libro bonito: es una historia de amor y amistad, un triángulo amoroso entre dos amigos, Ricky y Hoo, y una mujer, Mellie (la "Melisenda" del título) que tiene algo de Manic Pixie Dream Girl, un término polémico nacido en la crítica cinematográfica para definir a "esa criatura chispeante y superficial que existe solo en la imaginación febril de escritores y directores sensibles, para enseñar a taciturnos hombres jóvenes los infinitos misterios y aventuras de la vida." Es verdad que Melisande no es una cáscara vacía, sino que tiene su propia evolución, sueños y esperanzas, pero sigue existiendo (o eso me lo parece a mí) como objeto del amor y el deseo de los personajes masculinos.

Es innegable que la historia está bien contada, con sensibilidad, interés y una técnica bien escogida: el narrador, ya mayor, regresa a los recuerdos de su adolescencia, en que conoció a Ricky y a Mellie; narra después el proceso de colapso mental de Ricky, su acercamiento a Mellie y (la parte más bonita del libro) su larga relación y su matrimonio lleno de todas las cosas buenas y malas de la vida. Algunos pasajes (como cuando Ricky quiere deshacerse de su dinero, dólar a dólar, o cuando Hoo encuentra las notas domésticas de Mellie escondidas en medio de sus libros) son realmente memorables.

Y sin embargo la pega mayor que yo le pongo a este libro es que cada cierto tiempo cae en lo cursi, que sé que es un término y un límite difícilmente objetivable pero que también creo que es indudable que existe. Cuando Mellie cuenta un cuento de hadas y "una solitaria lágrima rueda por su mejilla", eso es para mí el epítome de lo cursi; o cuando en el día de su boda Mellie y Hoo se encuentran bajo la "lluvia lunar"; la nota que Hoo le envía a Mellie antes de casarse con ella, a muchos lectores les habrá parecido deliciosa, pero a mí también me ha parecido cursi, y bastante tópica además.


En un párrafo de La insoportable levedad del ser que me viene a la memoria a menudo, Milan Kundera define así lo kitsch:


El kitsch provoca dos lágrimas de emoción, una inmediatamente después de la otra. La primera lagrima dice: ¡Qué hermoso, los niños corren por el césped! La segunda lágrima dice: ¡Qué hermoso es estar emocionado junto con toda la humanidad al ver a los niños corriendo por el césped! Es la segunda lágrima la que convierte el kitsch en kitsch.
Si se sustituye la palabra kitsch (que entre tanto se ha pasado de moda) por la palabra "cursi", y así es como yo veo esta novela. Si entras en el juego y te emocionas con el resto de la humanidad, entonces la disfrutarás hasta el infinito y más allá. Pero si eres como yo y esos momentos particularmente empalagosos te provocan escalofríos, entonces le pondrás algún pero al bueno de Halkin. Y eso a pesar de que, como digo, me sigue pareciendo una novela bonita.