Idioma original: inglés
Título original: Sontag
Traducción: Rita Da Costa
Año de publicación: 2020
Valoración: Casi imprescindible
Vida y obra. El subtítulo explicativo (ausente en el título original) podría parecer innecesario, pero hay que poner al lector en antecedentes, que nos enfrentamos a ochocientas veinticinco páginas (intercalo suspiro melancólico al no atisbar futura TochoWeek en que encajar esta reseña) y no es cuestión de sentirse engañados ni un segundo. Por si no la conocemos o no entendemos el contexto, la de la portada es Susan Sontag y esta es - sin menosprecio de otras - una biografía completa y exhaustiva que recorre su existencia en lo personal y en lo literario.
Aunque quizás debiéramos decir "en lo intelectual". Si bien en este blog tardamos algo en prestarle atención, y uno quizás especularía si no fue acaso por esa avasalladora imagen de pensadora aplicada a muchos campos y a muchos canales no siempre estrictamente literarios. Porque Sontag, ensayista, novelista, periodista, reportera, es una figura capital de la escena cultural norteamericana prácticamente a lo largo de cualquier década de su existencia adulta. Y Benjamin Moser, ya tocaba mencionar al autor, acomete en estas páginas un estudio profundo y secuencial de su carrera. Un dato: los agradecimientos y las notas para documentar todas las referencias representan unas ciento veinte páginas de este volumen. Un trabajo descomunal que le reportó a su autor un merecido Pulitzer (un premio de esos que aún mantienen prestigio).
En cualquier caso, es muy de agradecer que a Moser no se le nubla el juicio al acometer un proyecto tan ambicioso. Lejos de representar una rendición constante, Moser indaga y usa testimonios de primera mano y las reverencias están cuando se justifican. Sontag mantuvo una obra en público pero su existencia fue objeto de mucho seguimiento y especulación. Sus volúmenes de diarios, a los que Moser accedió, aportan, aunque no siempre de una forma clara y directa, información adicional sobre aspectos de su vida personal, que por capilaridad asomaban en su obra. Porque Sontag no se limitó a aportar su contribución literaria, a la que la lectura de este libro empuja irremisiblementem, sino que contribuyó con su decidida existencia: mujer en un mundo, el comunicativo, monopolizado por los hombres, estandarte de una sexualidad libre y desinhibida, aunque hubiera de pagar el peaje de la época y mantuviera ocultas sus relaciones sentimentales, la última de ellas con la célebre fotógrafa Annie Leibovitz.
Primorosamente escrita y reportada, esta biografía muestra igualmente sus flaquezas, que no sabremos nunca si fueron causa o consecuencia de su turbulenta personalidad, marcada tanto por su poderoso atractivo físico como por su capacidad intelectual, una erudición no siempre asequible al público medio, la de una voraz lectora y una persona con una enorme preocupación por lo que pasaba a su alrededor, que le llevó a manifestarse de forma muy contundente en lo político. Pero Moser no solo escribe sobre la intelectual de izquierdas que incomodaba por su valentía y su determinación. También lo hace sobre una mujer impetuosa y visceral que no encajaba en los estereotipos que se esperaban de ella. De una persona que a veces sometía a la gente que la rodeaba a situaciones difíciles por lo tormentoso que podía ser, ocasionalmente, su caracter. Hay capítulos enteros dedicados casi a analizar psicológicamente cómo su inquietud y su actitud hacia el mundo dificultaron sus relaciones con su madre, con sus parejas de ambos géneros, cómo ella misma puso en tela de juicio si había sido una buena madre para su hijo, el también escritor David Rieff. Sontag no es una hagiografía y esto se agradece. Quizás porque a estas alturas el lector ya dispone de muchos canales de consulta y contraste. Ello tampoco lo convierte en una especie de recorrido dramatizado que busque desmitificar. Todo está allí de forma transparente y objetiva, y leerlo es un gran placer que desboca nuestra curiosidad.
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