Año de publicación: 1972
Valoración: recomendable
Libro de cuentos de la felizmente reivindicado Concha Alós, que data de hace más de cincuenta años (ignoro la repercusión que tuvo en su momento, pero esta reedición, a cargo de La Navaja Suiza, sí que ha tenido bastante ; positiva, se entiende). Reúne nueve relatos protagonizados e incluso narrados en primera persona por mujeres -excepto el que da título al volumen, que trata sobre un personaje masculino, y otro, Mariposas, donde la protagonista es una mujer, pero está contado en tercera persona-; de hecho, bien se podría considerar, o casi, que todos los demás cuentos están protagonizados por la misma mujer y los distintos relatos son momentos diferentes o variantes de la misma historia, relatados siempre por una hija de buena familia, de la burguesía barcelonesa o mallorquina, que se ha casado con un individuo de distinta clase social, contra el criterio de sus padres, y con el tiempo se encuentra desdeñada y engañada por su marido o pareja. Es más, dos de estos cuentos, Cosmo y La coraza, tienen literalmente los mismos personajes y uno puede considerarse como una segunda parte o, más bien, un relato inscrito dentro del otro... sólo que La coraza cuenta con un ingrediente fantástico -quizá tan sólo en la imaginación de la protagonista, pero da igual- del que carece el otro.
Aunque otros relatos, en cambio, se alejan en mayor o menor medida de estas premisas: en el ya mencionado Mariposas, la joven Pompeia Lorena convalece por un embarazo complicado, tras haber perdido a otro hijo, pero su marido parece bastante dócil, mientras que en Paraíso la protagonista sí que ha tenido amores con un forastero, si bien su familia es más bien del tipo artístico-bohemio; aunque, como en el resto de los casos, la chica tampoco parece capaz de alejarse de su influjo. Por otro lado, en el que para mí es el mejor cuento de todos, El leproso, una adolescente se siente acechada por unos perseguidores que padecen esa enfermedad, en un relato que discurre entre el terror y la angustia de la chica ante su despertar sexual.
El sexo y el deseo femenino, de hecho están muy presentes en casi todos los cuentos, de una forma sorprendente ente explícita en un libro publicado en aquella funesta época, más aún siendo escrito por una mujer. Alguno que otro incluso se puede considerar como una metáfora -o apología, más aún- de la "liberación femenina", en auge por aquellos años en todo el mundo occidental (igual en España un poco bastante menos, por mor de las condiciones políticas). En todo caso, se trataría de una liberación femenina tomando como referencia al hombre, al "macho castigador" que es infiel o desprecia a su mujer, de forma que ésta se rebela. El empoderamiento, que se dice ahora, parece, pues, más consecuencia de un desengaño que de una toma de conciencia feminista... pero como no me considero la persona más apta para disertar al respecto, lo dejo aquí.
El cuento que se sale de la corriente general, Rey de gatos, trata sobre la misantropia y la diferencia, y, como el resto, aunque de forma más evidente, guarda en su interior un componente cruel que justifica el subtítulo de esta recopilación: Narraciones antropófagas. Porque, además del punto de vista femenino ya mencionado y del elemento fantástico que aparece a menudo, la otra característica de los relatos es ese punto de crueldad o de inmisericordia que sufren -o ejercen- los personajes, incluso cuando parece evidente que la autora sentía simpatía o hasta se identificaba con ellas y ellos. Quizá porque sabía que la vida puede ser muy cruel y tampoco quería engañar a sus lectores, no sé...
También de Concha Alós y reseñado en Un Libro Al Día: Las hogueras, Los enanos
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