jueves, 17 de agosto de 2023

Éric Vuillard Una salida honrosa

Idioma original: francés

Título original: Une sortie honorable

Año de publicación: 2022

Traducción: Juan Manuel Salmerón Arjona

Valoración:Muy recomendable 

Como escritor Éric Vuillard se ha especializado en tomar algún acontecimiento histórico más o menos célebre y desarrollarlo narrativamente, a medio camino entre la novelización del mismo y la divulgación, también con mayor o menor fortuna, aunque, sin duda, con notable éxito de crítica y público. En este caso el escogido es un momento quizá no especialmente conocido fuera de Francia, pero determinante en su Historia reciente y que marcó, sin duda, un punto de no retorno en la pérdida de su otrora pujante Imperio colonial (pérdida según la modalidad imperial clásica, por decirlo así, porque la influencia francesa sobre muchas de sus ex-colonias ha seguido siendo muy importante, por otras vías).

El acontecimiento elegido por Vuillard es la batalla de Dien Bien Phu, en 1954, una derrota del ejército francés que supuso la puntilla para el dominio galo sobre Indochina. Derrota doblemente dolorosa para este ejército porque no sólo tuvo lugar a manos de un enemigo que consideraban inferior, el Viet Minh, sino que, adema´s, se prodijo por una concepción equivocada de la situación y un grave error táctico por parte del alto mando francés, personalizado, en este caso, por el general Navarre, aunque quien en realidad las pasó bien putas canutas en el campamento fortificado de Dien Bien Phu fue el coronel Christian Marie Ferdinand de la Croix de Castries (ahí es ná), el caballero que aparece en la cubierta del libro. Y, sobre todo, los miles de soldados, la mayoría norteafricanos, encerrados en esa ratonera.

Aunque, claro, como suele hacer este autor, no se centra únicamente en este hecho histórico puntual -es más, la batalla en sí es casi lo que menos toca-, sino en los acontecimientos que lo preceden y precipitan, así como los que lo clausuran (si eso es posible en el devenir histórico), ya fueran públicos, como fue la sesión en la Asamble Nacional del 19 de octubre de 1950, en la que el diputado Mendès France mencionó por primera vez la posibilidad de rendirse en esa guerra, o restringidos, como la reunión del consejo de administración del boyante Banco de Indochina posterior a la derrota. Aunque, en verdad, Éric Vuillard va más allá: tomando como punto de referencia o ancla este acontecimiento, lo que nos ofrece es una disección del colonialismo, no ya sólo francés, sino europeo y americano -con cierto desvío hacia las injerencias estadounidenses en distintos países, durante aquellos años de la Guerra Fría, así como el asesinato de Patrice Lumumba, presidente de la República del Congo-, así como y sobre todo, de lo que había detrás, más allá de la retórica patriotera y marcial; nada más de la avaricia, el poder del dinero, si se prefiere, en forma de dividendos bancaros o beneficios de quienes se dedicaban a explotar las riquezas de esas colonias y a sus habitantes, desde la minería a las plantaciones de caucho.

Sin embargo, aun siendo este análisis bastante revelador, el punto fuerte de este libro, además de su excelente prosa -esa prosa francesa con oraciones interminables llenas de subordinadas que, no obstante cualquier previsión, se mantienen en pie como sobre un monociclo-, llena de ironía y aún de retranca, esw el retrato, no exactamente despiadado, pero sí inmisericorde, que hace de los protagonistas y secundarios, desde esos políticos que llevan toda la vida aferrados a la poltrona -Frédèric-Dupont, Édouard Herriot, Viollette-, los militares pagados de sí mismos, los hombres de negocios capaces de sacar beneficio de una guerra que dan por perdida... Todos ellos unidos por redes no sólo de favores mutuos, de clientelas y componendas, sino también familiares, endogámicas, casi incestuosas y que tejen la élite dirigente del país que representa a la burguesía, esa clase social que ha determinado el devenir de Francia y del mundo occidental desde hace más de doscientos años y a la que Vuillard parece hacer responsable (expresándolo más a través de los hechos que de las diatribas), de los crímenes cometidos durante ese largo oprobio histórico que fue el Imperialismo (y sigue siendo el neocolonialismo, en mi opinión).

En cualquier caso y para quien quiera una conclusión, éste es un libro estupendo e ilustrativo, lo mejor que he leído hasta ahora de este autor. Yo que vosotros/as no me lo perdería.

Otros títulos de este escritor reseñados en Un Libro Al Día: El orden del díaLa guerra de los pobres

1 comentario:

Carlos Ávila dijo...

Totalmente de acuerdo. Eso sí, no sé si es lo mejor porque este escritor es realmente magnífico en todo lo que escribe.