domingo, 17 de noviembre de 2019

Katixa Agirre: Las madres no

Idioma original: euskera
Título original: Amek ez dute
Año de publicación: 2018
Traducción: Katixa Agirre
Valoración: Muy recomendable

1.- Una madre, Alice, ahoga a sus dos hijos en la bañera; los envuelve en una toalla, los deposita delicadamente en la cama y espera pacientemente a que llegue su niñera. Este acto, aparentemente incomprensible e inasumible, hace que la narradora, que conoció a la infanticida hace años y que también acaba de ser madre, se embarque una búsqueda obsesiva de un sentido o una explicación: ¿cómo es posible que una madre mate a sus propios hijos? ¿No es el acto más antinatural imaginable? ¿Estaba deprimida, drogada, loca? ¿Y si no estaba loca, qué le llevó a hacerlo? ¿Por qué nadie hizo nada para ayudarla o detenerla? Por el camino, la propia se plantea su propia maternidad, sus miedos, frustraciones, esperanzas y trivialidades cotidianas, confrontándose con algunos tabús contemporáneos y con sus propias dudas como madre, mujer y escritora.

2.- Se oye (por lo menos en mi cabeza) un coro de voces: "¿Otra novela más sobre la maternidad? ¿Cuándo va a pasar esta moda, para que podamos hablar de la Guerra Civil o de la crisis de los hombres de mediana edad, temas verdaderamente importantes y universales?". A lo que en primer lugar se podría contestar: ¿y si es otra novela sobre la maternidad, qué? Después de siglos hablando de la muerte, ¿no podemos hablar también sobre el principio de la vida y sus consecuencias? Y en segundo lugar, no, esta no es una novela más sobre la maternidad y sus misterios místicos, sino que ofrece una aproximación a sus caras más oscuras, más invisibles, más materiales. No se trata solo del infanticidio como crimen absoluto, sino también del dolor del parto, del puerperio o de la lactancia; de los infinitos miedos que acechan a los madres [y padres] primerizos (no ser capaz de cuidar del bebé; que el bebé muera en algún accidente ridículo o improbable; que nuestra vida desaparezca consumida por el bebé, etc.); y también del interminable aburrimiento que supone intentar mantener entretenido (o dormido) a un ser que solo sabe mamar, llorar y cagar. [Como padre reciente, no me cuesta mucho identificarme con muchos de esos miedos, fobias y culpas, y reconocer en otros momentos la experiencia de mi pareja durante estos meses pasados. "La paternidad es el origen de miedos y odios insospechados", me dijo, en palabras más o menos aproximadas, Iban Zaldua en un twit hace poco].

3.- Esta que podríamos llamar no bullshit approach a la maternidad impone también un léxico y una retórica: médica (calostro, episotomía, percentil, oxitocina), legal (asesinato, homicidio, infanticidio) y, en general, a un campo de lo concreto cotidiano que huye tanto de la abstracción filosófica como de la mistificación new age. No es que no haya reflexión en el texto, o mejor, detrás del texto, sino que esta reflexión se encarna en un catálogo de "malas madres" (la peor de todas, la asesina, pero también la madre adúltera, la irresponsable, y hasta la propia narradora, que se siente aliviada-y-culpada por dejar a su hijo en la guardería) y en el coro de personajes secundarios que las rodean. La alternancia entre los capítulos sobre la investigación del crimen y los dedicados a la vida de la narradora, que huye siempre que puede de sus obligaciones maternales, tienden a colocar a ambas mujeres en un plano semejante: el de las madres que no son como deberían ser, a juzgar por lo que el resto de la humanidad piensa que deben ser las madres.

4.- En algunas reseñas he visto que se compara Las madres no con A sangre fría de Truman Capote, y es cierto que comparte con esta obra clásica la indagación detenida en un crimen horrible, pero no el método ni el género (la famosa "novela de no ficción"). Para mí, en cambio, el modelo más cercano, consciente o inconsciente aunque (creo) no explícito, es El adversario de Carrère. En Las madres no, como en El adversario, la figura de la escritora que investiga ocupa tanto espacio (en realidad, más) como el crimen investigado; la búsqueda de la verdad, esquiva y oscura, acaba por resultar más importante que esa propia verdad. Los separa, eso sí, el nivel de autoficcionalidad: mientras que el Carrère narrador de El adversario está más cerca de ser un trasunto literal del autor, en este caso la narradora es también una escritora vasca, pero que se separa de la Katixa Agirre real en aspectos no menores (uno de ellos, por ejemplo, haber ganado un Premio Euskadi de Literatura que le permite dedicarse en exclusiva a la investigación del doble crimen que da origen a la novela).

5.- A este modelo genérico se suma, además, una serie de rasgos que, por la comparación con Atertu arte itxaron, parecen ser característicos del estilo de su autora: el humor, la autoconsciencia, la distancia irónica, la crueldad consigo misma (con la narradora, en este caso) y con sus personajes, y una serie de juegos formales y experimentales, menos habituales y extensos en esta que en la novela anterior, como la introducción de listas, repeticiones, entrevistas, o ese capítulo que va siendo punteado por las ostras que se va comiendo la protagonista. También las digresiones históricas, sobre el infanticidio o sobre el sexo durante el embarazo, contribuyen a construir esa narrativa autoconsciente e irónica (y el humor, como ya se sabe, es a veces un mecanismo de autodefensa. Como la propia escritura.

6.- Las madres no fue publicada originalmente en euskera (Amek ez dute); la traducción española es de la propia Katixa Agirre, y ha sido publicada en la editorial Tránsito, dirigida por Sol Salama, que está haciendo una labor encomiable en su corta (por ahora) trayectoria, con la publicación de obras de escritoras como Fernanda Trías, Arelis Uribe, Claire Legendre o Margarita García Robayo.

Coda.- Por esas casualidades que tiene la vida, leo este libro mienras Portugal se conmociona con esta noticia: una madre abandonó a su hijo recién nacido, todavía con restos del cordón umbilical, en un contenedor de basura en Lisboa. El suceso choca con el mismo tabú que Las madres no: ¿cómo puede una madre abandonar, probablemente para matarlo, a su propio hijo? ¿No atenta eso contra los instintos más primarios y los valores más esenciales? En el caso portugués, sin embargo, dado que la madre era inmigrante y sin techo, también plantea otras preguntas de tipo más colectivo y político: ¿en qué situación se encontraba la madre para llegar a tomar esa decisión? ¿Fallaron los mecanismos sociales que deben dar apoyo a mujeres en situaciones tan extremas? ¿Por qué optó por una solución tan extrema y cruel, y no por otras como el aborto, la adopción o el abandono en una institución que acogiese a la criatura? A partir de estas preguntas podría construirse otra historia, también compleja y oscura, que quizás podría leerse como complemento a Las madres no.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por esta reseña tan buena que invita a leer el libro. Otra cosa es que el libro no esté a la altura de la reseña je je. Katixa Agirre es una de las escritoras en euskera más prometedoras y compañera del también escritor Jon Bilbao. El anterior libro de Agirre Los turistas desganados tuvo una buena acogida en este blog. Me lo prestaron, lo leí y me pareció interesante, aunque esta especie de road movie por Euskadi tenía demasiado tinglado para mi gusto: muchas digresiones, excesivas pretensiones críticas y una tendencia a la fragmentación narrativa que acaba por resultar mecánica y artificiosa. Pero era un libro original y diferente. Este según parece es una especie de indagación sobre las razones del mal, si es que el mal tiene razones. Carrere en El adversario no encontró otra razón para explicar el crimen del protagonista de su novela que la sencilla mentira que era su vida. Mejor matarlos a todos que tener que confesarles que era un farsante. A partir de una mentira agrandada por los años se acaba desencadenado una salvajada tremenda. Tampoco los protagonistas de A sangre fría tenían muy claro el porqué del asesinato de los Clutter. Los mataron porque sí, por maldad pura, para no dejar testigos de un robo de 50 dólares. Y es que los "malos" suelen ser muy decepcionantes. Hanna Arendt hablaba de la banalidad del mal refiriéndose a Eichmann. Sus crímenes eran inauditos, pero él era normal y absolutamente convencional en su vida cotidiana. No siquiera ese probo funcionario que era Eichmann era del todo consciente de su culpabilidad moral aunque aceptaba plenamente su responsabilidad material. Y hay quien lanza a los críos por la ventana por aburrimiento, por no saber qué hacer, que diría Max Aub. Cada día estoy más convencido que que los actos crueles e inexplicables muchas veces brotan más del vacío anímico o de la estupidez que de una maldad consciente y perversa. Camus en El extranjero aceptó de pleno.

Juan G. B. dijo...

Mi opinión sobre la paternidad/maternidad se resume en este video:
https://youtu.be/QOnnHIbm2pc

Pedro Lopes dijo...

Meu pais de Portugal tem tantos problemas sociais, economicos, xenofobicos, racistas e muita, muita pobreza. Portugal e um pais muito fraca e a vergonha do mundo inteiro.
Aliancas com o ingleses ha mais de 500 anhos? Mentiras e muita Merda! Macons, PNR, Duarte Pio, e Costa eles sao problemas muito grandes. Praticamente todos os politicos em portugal sao macons, e um fato. E tudos que acreditam que portugal e uma republica sao cegos e ignorantes. Portugal nao e uma republica. E um país controlado cem por cento pelos macons. Sem eles, talvez tenhamos uma oportunidade de melhorar?

E mais, A nossa história triste e inventada de portugal girou com uma infinidade de mentiras para os outros é quase tão "falsa" quanto o que os britânicos inventaram. Nós portugueses cometemos genocídios graves no Brasil, Índia, África e Ásia. No Sri Lanka, éramos os piores dos piores, mas ninguém parece querer falar sobre esse fato no exterior e em casa? Até cometemos o genocídio de Wiriyamu, Moçambique nos tempos modernos (1972) e ele é completamente ignorado pela grande mídia? Começamos a escravidão em 1441, tivemos a Inquisição portuguesa em 1536 matando judeus e árabes e rejeitando nosso próprio fenótipo cigano; só para depois inventar a palavra Luso, porque soava melhor. Ainda hoje fazemos genocídio cultural por conta própria dos mirandeses, que são uma minoria de língua não portuguesa que desejam se separar de nosso país. Somos verdadeiramente uma vergonha e o pior colonizador que já invadiu a soberania dentro das nações. Precisamos chegar a um acordo com nossa Realidade Colonial Brutal do passado, se quisermos pegar os pedaços quebrados do que é um país destruído hoje.

Lupita dijo...

Ufff... hay libros como que no, y este es uno de ellos.Lo que sucede es que las dos portadas (euskera y castellano) merecerían estar en un especial cubiertas de Beatriz Garza. La de euskera es desasosegante como poco. Por lo demás, a mí me encanta ser madre, soy madre vocacional y pesadísima, de esas que se sienten madres de todo el mundo. Algunas amigas son como yo, otras para nada, y que cada uno sea como quiera.
Juan, por cierto..¡Viva Pocoyó!
Saludos a todos

Santi dijo...

Muchas gracias a todos por los comentarios!

Anónimo, efectivamente las tres obras comparten en cierto modo una búsqueda de las raíces del mal, aunque en este caso se suma el que ese mal proviene de una madre, lo que parece cortocircuitar muchos tabús y convenciones. Creo que el libro de Katixa tampoco da respuestas a esta pregunta, al final (sin querer destripar nada) su propia maternidad parece que acaba por imponerse y alejarla de esa búsqueda quizás sin sentido.

Juan: me identifico al 154% con ese vídeo.

Pedro Lopes: concordo completamente contigo em que Portugal (como Espanha, de resto) tem ainda de fazer um trabalho profundo de reconsideração do seu passado colonial. Não sei se chegaria a afirmar que é "o pior colonizador" (há colonizadores bons?) nem com outras afirmações sobre a situação actual de Portugal, mas sim com esta necessidade de reconsideração do legado colonial, para acabar com o mito do "lusotropicalismo"...

Y Lupita, claro que sí, cada m/paternidad es diferente y se vive de acuerdo con la personalidad, experiencias y exepctativas de cada uno. Quizás habría que acabar (y en esa línea se han publicado ya unas cuantas cosas en los últimos años) con la idea de que solo hay UNA forma de ser buena madre (o buen padre), y que todo lo que se salga de ese modelo es digno de reproche... Si empezase a hablar de la experiencia que hemos tenido con el tema de la lactancia, por ejemplo...

Juan G. B. dijo...

Me siento obligado a aclarar que a mí siempre me ha gustado mucho Pocoyó; a quien no le gusta es al "pantomimo" del video...