miércoles, 13 de noviembre de 2019

Teresa Pàmies: Rebelión de viejas


Idioma original: Español 
Año de publicación: 1989
Valoración: Recomendable

Rebelión de viejas, ganadora del II Certamen de Narrativa de Mujeres “Una palabra otra”, es una buena novela. Describe el reencuentro de dos amigas que hacía cuarenta años que no se veían. Dos amigas que, una vez juntas, se rebelarán contra la vejez, contra sus familiares, contra lo que se espera de ellas. De este modo, lo que podría haber sido una historia patética se convierte en una ficción entrañable. Cómo no iba a serlo, estando presente la encantadora Teodora Luzón.

Listemos ahora las virtudes de esta obra:

  • Se lee en un santiamén, pues no llega a las doscientas páginas de extensión y su prosa es dinámica.
  • Por lo general, está bien escrita.
  • La protagonizan personajes complejos, contradictorios y cambiantes, cuyas voces son verosímiles. 
  • Su ambientación es impecable. 
  • Su tono agridulce es de lo más realista.
  • Está repleta de sustanciosas reflexiones.
  • Explora temas muy interesantes (la amistad, la vejez, la maternidad, el comunismo, la libertad, el exilio...) desde perspectivas únicas. Y, por cierto, nunca retrata estos temas con burdas simplificaciones, ni romantiza gratuitamente los más fotogénicos. 
  • Entrelaza astutamente su subtexto militante y emancipador con el desarrollo del relato. 
  • A ratos es tremendamente divertida. 

A continuación, señalemos los defectos de Rebelión de viejas:

  • En determinados pasajes, la prosa de Pàmies se antoja algo rebuscada. Quizás lo que más la lastra es el abuso de sinónimos perfectamente omisibles. Para muestra un botón: en un solo párrafo se refiere a una prenda de vestir como «asqueroso gabán», «tiñoso tabardo» y «pingajo». ¡En un solo párrafo!
  • La escritora repite en varias ocasiones información que ya había dado previamente y la presenta como un dato nuevo. Evidentemente, esto cansa al lector.
  • La novela se estructura en tres partes. La central es, probablemente, la más floja. Esa «descabellada historia de viejas, pícaro y terroristas» es muy entretenida (podría haber salido de la pluma de Jonas Jonasson), pero palidece frente a la profundidad de los otros capítulos.

En conclusión, recomiendo esta obra a todo aquel que busque una narración intimista sobre la amistad de dos ancianas, centrada en desarrollar tanto la relación de sus personajes principales como su ambientación y sus temas. Creedme cuando os digo que os enamorareis de la personalidad de Teodora Luzón. Podéis llamarla Dora. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Teresa era una comunista catalana al viejo estilo que vivió cerca de cien años, muchos de ellos en el exilio tras la guerra civil. Su Testamento de Praga era la historia de su familia, en especial de su padre Tomás. Lo más curioso de este libro era la moraleja, porque no hay comunismo sin moraleja, por lo general estúpida desde una perspectiva racional: nuestras luchas por la liberación del género humano han producido regímenes más tiránicos que los desaparecidos. Pero todo será para bien por nuestra elevación ética y por nuestro sacrificio. El sacrificio de tanto militante abnegado redime a la causa de su estrepitoso fracaso. Una religión más. La puñetera realidad, sobra.

Oriol dijo...

Apuntado queda "Testamento en Praga". Me interesa el libro si, como dices, aborda el enfoque comunista de Pàmies. Adoro que, aunque la escritora era simpatizante de la causa, no la glorificara, que la presentara con sus claroscuros. Hay un momento de "Rebelión de viejas" en que la delata como propensa al dogmatismo, por ejemplo.

Por cierto, en "Rebelión de viejas" también se habla, indirectamente, de la ideología y del exilio de su autora. A fin de cuentas, la protagonista de la novela es una suerte de álter ego suyo.