viernes, 10 de mayo de 2024

Azorín: El chirrión de los políticos

Idioma original: Español
Año de publicación: 1923
Valoración: De plena actualidad

Escribo esta reseña pasados unos días del amago de dimisión / paripé / período de reflexión (y aquí cada uno que lo llame como le de la gana) del presidente Pedro Sánchez. Y creo que el libro que hoy traemos a ULAD le viene como anillo al dedo a la situación de la política patria.

Porque este "El chirrión de los políticos" de Azorín es, al menos en su parte central, una feroz sátira política sobre la España de la Restauración (período en el que la propia generación del 98 tuvo que ver desde el punto de vista intelectual) y su lenta decadencia hasta la dictadura de Primo de Rivera allá por 1923. Es el tiempo del turnismo, de las prebendas, de colocar a los amiguetes en buenas posiciones, de elecciones amañadas, de palabras vacías y palmadas en la espalda, de escándalos ficticios en uso y beneficio propios, de ruido y furia que no es otra cosa que un teatro de marionetas con el que unos y otros mantienen entretenido al populacho al tiempo que se reparten cargos y beneficios entre trepas, jetas y algún que otro ingenuo de buena fe. Y, aunque en el momento en se sitúa el libro gobiernan los liberales, los conservadores tampoco salen bien parados. Al fin y al cabo, hoy por ti y mañana por mi. Con sus actualizaciones y demás, pero os resulta bastante familiar, ¿no?

A medio camino entre el relato, el ensayo, el reportaje periodístico y el género epistolar, el bueno de Azorín reparte a casi todas las instituciones del Estado: Consejo de ministros, oposición, ministros, parlamento, etc y dibuja un panorama desolador de la clase política, espejo, por otra parte, de la sociedad a la que dice representar.

Como contrapunto a esta, tanto en el prólogo como en el epílogo se nos presenta lo que podría ser una especie de ideario político "azoriniano" a través de Don Pascual, político e intelectual (que no es lo mismo, oigan) retirado. Trasunto quizá del propio Azorín, este Don Pascual refleja el desencanto de la intelectualidad con la clase política de la época, pese a (o precisamente por) haber pertenecido Azorín a esa clase política en ciertos momentos de su vida.

En fin. No he leído nada más de Azorín (a veces nos centramos en las "modernidades" y quizá deberíamos volver la mirada a nuestros "clásicos") e imagino que esta será una obra menor del alicantino. En cualquier caso, resulta un interesante testimonio de los tejemanejes de una clase política y de un país que, aunque es indudable que han cambiado a mejor, quizá no estén, en ciertos aspectos, tan alejados como podría parecer. Veremos qué nos depara el futuro. 

También de Azorín en ULAD: Capricho

1 comentario:

Javier Angosto dijo...

El capítulo "El ministro en provincias" es desternillante.
- Impagable lo que escribe Azorín sobre las promesas en boca de los políticos.
- Y curioso observar cómo ya en aquellos años los políticos nacionalistas catalanes eran maestros en el arte de hacerse los ofendidos.