miércoles, 29 de mayo de 2024

Agatha Christie: El espejo se rajó de parte a parte

Idioma original: inglés

Título original: The Mirror Crack'd from Side to Side

Año de publicación: 1956

Traducción: María Dolores Raich de Ullán

Valoración: recomendable

Como muchos otros millones de personas (sé que no soy especial), durante mi adolescencia fui un lector voraz de las novelas de Agatha Christie y seguramente a ella debo en buena medida la persistencia ente vicio afición que me ha traído hasta aquí, a perpetrar reseñas de lo que leo, con más entusiasmo que acierto... Confieso, además, que de todas sus novelas, las que más me gustaban eran las protagonizadas por Miss Marple (Poirot me resultaba un tanto fatuo...aunque supongo que esa era la intención. pero es que, además, la señorita Jane Marple , aunque se tratara de una anciana, me parecía un modelo de detective más moderno e innovador), esa amable viejecita que resolvía crímenes mientras tomaba el té en su casa de St. Mary's Mead... qué menudo pueblo, por cierto, donde el índice de asesinatos por habitante debía de ser más alto que una favela de Rio de Janeiro.

En cualquier caso, en este libro, ambientado ya en los años 50 del siglo pasado, en St. Mary's Mead se han producido algunos cambios; ya no es ese pequeño villorrio típicamente inglés, cerrado sobre sí mismo, pues han llegado nuevos habitantes que rompen el status quo social, inquietando a los vecinos de siempre (¿de qué me sonará a mí esto?): jóvenes matrimonios provenientes de la ciudad han ido a vivir al nuevo barrio del Ensanche, donde los chavales tienen pinta de gamberretes... En fin, que ha llegado el siglo XX al mundo de las tacitas, por decirlo así. Por si fuera poco, la mansión de Gossington Hall ha sido adquirida por una estrella de Hollywood, aunque de origen británico, la actriz marina Gregg junto a su marido, el productor americano Jason Rudd. Este aporte de glamour (no es difícil pensar que se trata de un trasunto de Elizabeth Taylor, que a su vez fue quien interpretó al personaje cuando la novela se llevó al cine) gusta más a los vecinos/as de St. Mary's Mead, claro, hasta que resulta que una de ellas, la señora Badcock, muere envenenada durante la recepción que los nuevos dueños ofrecen en la mansión. Aunque, según apuntan todos los indicios, el objetivo del asesino o asesina no era esta buena señora, sino la misma Marina Gregg...

El misterio está servido. Y la señorita Marple acabará por resolverlo desde su casita, informada por los cotilleos que les cuentan las visitas y su joven asistenta Cherry. Con sus habilidades deductivas y, sobre todo, con su conocimiento de la naturaleza humana, sorteará pistas falsas e increíbles casualidades 8ay, doña Agatha...) hasta dar con la terrible verdad, como no podía ser de otra manera. También, no debo olvidarlo, con la inestimable ayuda de Alfred Tennyson, cuyos versos sobrevuelan toda la novela: 

                                    "Voló la telaraña y flotó lejos

                                                El espejo se rajó de parte a parte;

                                                -La maldición ha caído sobre mí- exclamó

                                                La dama de Shalott

(Una vez más, no me puedo resistir a poner una de las magníficas cubiertas de la editorial Molino para los libros de esta autora)

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