Título original: Eszter Hagyateka
Traducción: Judit
Xantus
Año de publicación: 1939
Valoración: Está bien
Como no lo tengo claro, al terminar la lectura voy a ver
qué se ha dicho de otras obras de Sándor Márai en este blog, donde sé que tiene
varias reseñas: pues nada, casi todo bueno, mayoría de Recomendables, lo que
habla de autor sólido, seguramente con un estilo definido que mantiene a lo
largo de su trayectoria, que quizá no entusiasma del todo pero que en general
convence a lectores de paladar fino como son los lectores y reseñistas de ULAD,
actuales y antiguos. Veo también que el libro se publicó a finales de los años
30, la etapa quizá más prolífica del autor, y no mucho antes de la que parece
su novela más celebrada, El último encuentro.
Entonces me planteo que quizá he hecho algo mal, que no he
leído con suficiente atención o que no he sabido detectar las cosas valiosas
que el libro ofrecía. Porque, la verdad, me ha parecido más bien poca cosa,
algo que me ha podido interesar en ciertos momentos pero que ha terminado
dejándome más bien frío.
Hablamos de la herencia de Eszter, herencia en sentido más
bien metafórico, porque esta mujer, que narra su historia en primera persona,
no parece haber recibido mucho más que la vieja casa donde vive con Nunu, una
de esas nodrizas que con el paso de los años forman plenamente parte de la
familia. O no ha recibido más, o el resto se lo ha llevado Lajos, que de alguna
manera es el protagonista indirecto del relato. Lajos era un tipo de esos que
parecen tener luz propia, que atraen y conquistan con su sola presencia,
distinguido, seductor, dicharachero, de exquisita educación y que siempre tiene
algo que contar, que ofrecer, que pedir. Sobre todo esto último, porque el caballero,
que va por la vida siempre en busca de aventuras y negocios infalibles, tiene
una capacidad casi sobrenatural para sablear a todo el que se le aproxima. Préstamos,
avales, joyas empeñadas, todo es poco para financiar su tren de vida y sus inversiones.
Pero, como era de temer, Eszter sigue enamorada del
trilero, a pesar de que sus vidas han transcurrido separadas durante largos
años, y cuando se anuncia su regreso, se agolpan las sensaciones y los
recuerdos que la mujer, ya entrada en los cuarenta, nos relata con calma y como
vencida por la fatalidad. En este sentido resulta un personaje triste y
resignado, que parece no tener nada que poner en la balanza de la vida, solo
esperar, vegetar y apenas removerse al son que toca el seductor reaparecido.
Claro está que el hecho de que los personajes no nos sean
simpáticos no quiere decir que la narración no sea convincente. Pero es que parece
que la grisura de Eszter, su inmovilismo y postración durante años, se transmiten al relato
en su conjunto, y de esta forma las sensaciones que genera son siempre más que tenues, esclerotizadas. Si además consideramos que todo se desarrolla en
interiores, parece que estemos ante una obra teatral del XIX, dominada por
recuerdos y diálogos, todos ellos infructuosos, acerca de un amor juvenil que
ha cicatrizado mal porque uno de sus protagonistas no ha sabido asumir una
realidad que conoce de sobra.
Sí, el libro está escrito con pulcritud, con una prosa
digna y clara que hace agradable la lectura, está claro que es el producto de
un buen escritor, y habrá quien disfrute de las apesadumbradas cavilaciones de
Eszter, quien esté expectante ante la aparición de un Lajos ya maduro y quizá
cambiado, o a quien encandile la morosidad de esta historia un poco
decimonónica. Personalmente me parece un relato anticuado, sin chispa ni
profundidad, algo en lo que podemos invertir una tarde lluviosa pero que muy
probablemente no nos provocará ninguna reacción ni nos dejará ninguna huella.
3 comentarios:
Hola: Queria decir que Sandor Marai escribe como los ángeles , para mí debería ser un autor IMPRESCINDIBLE. Su sensibilidad en los contenidos y la belleza de su estilo son únicos, incomparables, ningún escritor se le parece. Me encantarón LA HERMANA. LA EXTRAÑA y EL ULTIMO ENCUENTRO. Divorcio en Buda y Los Rebeldes quizás un poquito menos.
Cuando leo que hay escritores "rollo patatero" o simplementes malos escritores como Javier Marias...puagg... o Murakami... un simple OKEY... encunbrados a los altares ... sonrio para mis adentros... lamento el tiempo que perdí con Corazón tan Blanco y pienso en que aún me quedan obras del maestro Sandor Maria por descubrir... pero claro, puede que no todos puedan apreciarlo :-)
Leer a Sandor Marai por primera vez para mí fué una verdadera experiencia apasionante
ahora voy a buscar esta sin falta
EAA
(lease con humor)
Al margen de tus opiniones sobre esos otros autores que citas (algunos por aquí cerca aplaudirán con las orejas), solo puedo decir que me alegro de tu entusiasmo acerca de Márai. En mi caso, este el el único título que conozco, y se me ha quedado un poco tibio, la verdad. Es cierto que escribe muy bien, pero la historia no me ha convencido demasiado. De todas formas, cuando la leas espero que nos aportes tu comentario, a ver que te ha parecido.
Elena, ¿ya leíste La Herencia de Eszter? en tal caso, ¿qué te pareció? saludos.
Publicar un comentario