Año de publicación: 2023
Valoración: Se deja leer
Aunque a alguien le pueda parecer lo contrario, no tengo prejuicios contra el relato corto. No es lo que más me atrae pero hay en este género ejemplos extraordinarios que todos conocemos. Pero es indudable que el formato tiene sus propios códigos, que no son los mismos que para la novela, y obligan a valorar cosas diferentes, esas que los maestros del género, en mi opinión un puñadito muy reducido, dominan a la perfección. Sin esos atributos decisivos, difíciles de formular pero fácilmente detectables cuando no están presentes, el cuento o relato breve queda en algo intrascendente y olvidable. Y entonces, aunque de casi todo se puede sacar algo aprovechable, en la mayoría de los casos solo lo detectamos en pequeñas dosis.
Con esto ya lo he dicho casi todo, creo yo. Jon López de Viñaspre (bilbaino de origen alavés, lo cual es casi un oxímoron) es promotor de la interesante editorial Lapislàtzuli, y autor de al menos una novela, además de la colección de relatos que constituye El clan de los increíbles. Aquí se trata concretamente de siete textos de extensión media, heterogéneos aunque de caracteres bastante reconocibles: buenas dosis de imaginación, lenguaje sencillo aunque con cierto gusto por el adorno, algunas gotas de algo que podríamos relacionar con el realismo mágico, personajes con un punto extravagante, entornos más bien intemporales y exóticos. Las historias son más bien de poco desarrollo y se utilizan para plantear situaciones en las que la vida pone a prueba al individuo, o es este quien la somete a juicio. Así, los improbables enamorados circenses de El increíble hombre bala, el marino de La leyenda de Inverglass, o el ermitaño eventual de La piedra.
El inicio de este último relato, La piedra, es uno de los momentos más poderosos del libro, cuando Joaquín, decidido a buscar ‘todas las incertidumbres de este mundo’, trepa hasta una de las peñas más elevadas del macizo de Montserrat para permanecer allí, en solitario, durante tiempo indefinido, en una imagen que recuerda al Simón del Desierto en su columna. La cosa tiene cierto tono de parábola bíblica con toques zen, sin olvidar citas de Queen y Lou Reed, ciertamente un cóctel algo extraño. Otra cosa es que ese impacto inicial vaya quedando diluido en el relato como una buena idea a la que le falta continuidad. Esta misma inconsistencia la observamos en todos los demás títulos, siempre con un núcleo atractivo, más o menos original, alrededor del cual se dan demasiadas vueltas sin que termine de tener un desarrollo que lleve a alguna parte. Son como pequeñas novelas en las que nunca terminan de ocurrir cosas decisivas.
Desde este punto de vista narrativo, quizá el más redondo de los relatos sea el último, Los formidables Rocktabour, donde se reúnen algunos personajes presentados antes, y por el que desfilan viejas glorias del circo para una última actuación. Así que, aunque bien escrito y lleno de imaginación, al libro habría que buscarle cualidades en esos destellos de brillantez que iluminan los cuentos, como la enfermedad de Kantuta, que no puede evitar leer sin pausa un libro tras otro (tomad nota, reseñistas y lectores del blog), o los disparatados intentos de suicidio del poeta Otavio. Son momentos que atrapan la atención, que sorprenden, pero que desgraciadamente quedan casi siempre envueltos en una hojarasca de nombres, lugares y personajes que confunden más que aportan, un revoltijo de fantasía que se acaba tragando lo que pudo ser un desarrollo interesante.
No creo que el autor, aparte de la novela a que me refería al principio, haya escrito mucho más. Puede ser lo que le falta, ese punto de madurez para construir un itinerario narrativo sólido. Habrá que esperar a ver lo que es capaz de hacer más adelante, porque no le falta imaginación, tiene capacidad para sorprender y no se corta a la hora de exhibir materiales heterogéneos. El poso que vaya adquiriendo y el fruto del trabajo como escritor tendrá que demostrarlos.
Y por si a alguien le interesa escuchar al autor hablando en torno al libro, puede dedicarle unos minutos a la entrevista que se muestra en este enlace.
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