martes, 26 de noviembre de 2019

Eduardo Halfon: El boxeador polaco

Idioma: español
Año de publicación: 2009 y 2010 (aunque reunidos todos los relatos de esta edición, 2019)
Valoración: recomendable

Acordaos de mis palabras: algún día a Eduardo Halfon le darán un premio gordo, tipo Cervantes o Nobel; bueno, digo algún día porque para el Cervantes es aún un pimpollo, como quien dice, pues sólo se concede a quienes ya bordean o están en plena senectud. Aunque para el Nobel ya está en edad, ciertamente, y a saber por dónde les da la ventolera a los suecos, habida cuenta además, que este escritor reúne varias características que suelen gustar a esa gente: escribe en una de las lenguas más habladas del mundo, pero desde una posición digamos "exótica" (cierto es que si alguien nos lee ahora mismo desde Guatemala, no lo considerará tan exótico, claro... Que piense entonces en su ascendencia multicultural); es además un autor conocido, pero quizás no del gran público y sobre todo, ha ido forjando una obra sólida y coherente, de lo más personal -de hecho, es de los pocos practicantes del onanism autoficción que merecen la pena, creo- y, por supuesto, de una calidad literaria enorme y constante; una especie de Messi literario, vaya... Porque, vamos, el tío escribe que da gusto: bonito y facilito (de leer), capaz de sacar oro molido de cualquier tema, incluso anecdótico, con esa elegancia y soltura que se detecta en otros grandes (pero no grandilocuentes) escritores como Dovlátov o Ítalo Calvino, a quienes uno imagina pergeñando una maravilla de texto en una servilleta de un restaurante, en una libretilla, de pie en la parada del tranvía o en un papel cualquiera, torcido sobre la mesilla de noche de un hotel. 

En fin, como ya digo, a Eduardo Halfon algún día le darán un premio de los tochos y entonces ustedes, vosotros, lectores acérrimos de Un Libro Al Día, podréis daros pote comentando que eso ya lo sabíais y que es un autor de una obra sólida, coherente, constante, personal y de gran calidad, y poner como ejemplo este El boxeador polaco, compilación de relatos -más o menos- que ha tenido este mismo año una reedición, ampliada, en Libros del Asteroide, puesto que su primera edición de 2009, en la valenciana Pre-Textos, era ya inencontrable, para desespero de los muchos admiradores de este escritor. Además, para esta ocasión el libro se ha fundido -o soldado con estaño, por emplear la metáfora que insinúa su autor- con otro, La pirueta, publicado en origen por la misma editorial y que en su momento -2010- ganó el premio de novela corta José María de Pereda; porque aunque se pueda leer como relatos independientes y como tales se presenta, los que formaban parte de este libro constituyen una auténtica novela corta (o más o menos, también). El caso es que además, existe una relación entre los dos libros originales y elementos del primero aparecen en el segundo, por lo que incluso más que nada deberíamos hablar de una imbricación entre ellos -algo característico, en realidad y haasta donde yo conozco, de toda la obra de Halfon-; soldada también, si se quiere.

Los primeros relatos son independientes entre sí, aunque todos tienen un aire en común, escenarios y ambientes similares, además de cómo no, un protagonista que es el propio Eduardo Halfon -o un tipo que se llama como él- y que también es profesor de literatura en una universidad guatemalteca, de familia judía, ha estudiado ingeniería en Estados Unidos y frecuenta la hermosa ciudad de Antigua, en su país natal. En el primero (no quiero desvelar mucho, aunque tampoco es que la sorpresa sea el factor determinate de estos ¿cuentos?, Lejano, el profesor Halfon, aburrido de dar clase a estudiantes estultes o desinteresados por su tema, descubre en un alumno indígena becado a un poeta excepcional, Fumata blanca nos cuenta cómo se liga a una turista israelí. Y ya. Twaineando relata un coloquio sobre Mark Twain al que asiste en Durham, Carolina del Norte (o del Sur, no sé), ciudad donde él mismo había estudiado años atrás. Epístrofe, cuando entra en relación con un pianista serbio medio gitano que le fascina por su forma de entender la música y su relación con el mundo que le rodea (es fácil colegir que Halfon hace una analogía con la literatura). Y en El boxeador polaco, que da título al libro, narra cómo su abuelo, judío polaco superviviente de Auschwitz y Sachsenhausen, le cuenta a su nieto la historia de los números que llevaba tatuados en el brazo y cómo salvó la vida, justamente gracias a un boxeador de su misma ciudad de Polonia. Es, sin duda, el relato más redondo de todos, quizás no el más sugerente, empero, pero sí el que sirve de piedra de toque del resto, pues en general, casi todos tratan de la identidad cultural o incluso étnica-no quiere decir que sea el único tema- y de cómo huir de ella o no conseguir huir de ella o buscarla y no encontrarla, o encontrarla y que se te escurra entre los dedos. 

El resto de relatos o capítulos, más bien, corresponden al libro La pirueta, y enlazan con Epístrofe. Halfon, obsesionado con la figura nómada del pianista serbio Milan Rakic, se interesa también, a través de éste, por la música gitana y por los propios gitanos balcánicos, hasta el punto de viajar a Belgrado para investigar entre esta comunidad el paradero de su amigo (epistolar, más que nada). La búsqueda se convierte en una auténtica aventura, que aunque no resulte tan verosímil como otros relatos más "autoficcionales" de este escritor, sí que gana en cierto lirismo, en colorido ambiental y en una fascinación que el autor logra transmitir al lector. Que luego esa fascinación se pueda convertir en una metáfora de algo -en el caso de Halfon, de la creación literaria- ya depende de la interpretación de cada cual.

Adjunto, de paso, un par de reflexiones sobre lo que es la literatura que nos deja este escritor y me han gustado (quien no quiera por miedo a un spoiler de ésos, que no las lea):

"La literatura no es más que un buen truco, como el de un mago o un brujo, que hace a la realidad parecer entera, que crea la ilusión de que la realidad es una (...)"

Y también: 

"Así, exactamente, es la literatura. Al escribir sabemos que hay algo muy importante que decir con respecto a la realidad, y que tenemos ese algo al alcance, allí nomás, muy cerca, en la punta de la lengua, y que no debemos olvidarlo. Pero siempre, sin falta, lo olvidamos."

Antes de acabar, dos notas, más bien anecdóticas: una es sobre el contenido del libro. Hay un refrán español que dice "quien parte y reparte se lleva la mejor parte". En este caso, Eduardo Halfon reparte y nos cuenta que, en al menos dos de los relatos del libro, hay bellas muchachas que se sienten atraídas y flitean, por no decir algo más, con él o un protagonista llamado como él. Asimismo, en la parte correspondiente a La pirueta, él o un protagonista llmado como él mantinen una relación sexualmente de lo más activa con una joven doctora muy deshinibida en ese terreno... y que además después de cada coito se dedica a representar gráficamente sus orgasmos. En el libro salen muchos y muy variados. Estos orgasmos, me refiero... ¡Hombre Eduardo, que se te ve mucho el plumero, como decimos por aquí!

La segunda anotación es incluso más superflua: me he dado cuenta de que con está ya van dos cubiertas seguidas de libros reseñados en las que aparece alguien montado en una bicicleta... Sólo puedo decir que es casualidad, pero también que no será la última... con permiso de Koldo, claro ; )



Otros títulos de Eduardo Halfon reseñados en Un Libro Al Día: MonasterioSignor HoffmanDueloBiblioteca bizarraSaturno

5 comentarios:

Unknown dijo...

Da placer leer vuestras reseñas lo bien que lo hacéis amen de darme una paz que no veo a nuestro alrededor.. Gracias Juan por esta reseña. Juan viejo

Juan G. B. dijo...

No te creas, Juan Viejo, que también tenemos algunas moviditas...je. Pero gracias en cualquier caso.

Koldo CF dijo...

Aquí la sección "Ay qué turra con la autoficción" al habla. Desde luego, Halfon es de lo mejorcito en ese rollo, al menos de lo que yo he podido leer. Así que este que es cortito va a la lista para la próxima visita a la biblioteca, compañero. Ya te contaré.

Gerónimo dijo...

Hola,

Leí hace unos meses "El boxeador polaco". Muy de acuerdo con la reseña y con la calidad de Halfon, es un gusto leerlo, da igual el tema que toque.
Había leído "Mañana nunca lo hablamos" y si bien se adivinaba nivel, no me gustó tanto.
También de acuerdo en que da un pelín de rabia su personaje de irresistible "torito bravo"

Saludos y gracias por vuestro trabajo

el chico de la consuelo dijo...

En mi opinion es un libro de cuentos que se lee como una novela. Me cuesta imaginar la pirueta desligado del resto. Yo creo que es mejor inventor de personajes que de historias q a veces se le atascan. Pero vamos es mi opinion.
Os felicito pq por muy raro q me parezca un libro q hata leido, vengo aqui y siempre encuentro una reseña.
Un abrazo