lunes, 13 de mayo de 2019

Elisa Victoria: Vozdevieja


Idioma original: Castellano
Año de publicación: 2019
Valoración: Muy recomendable

Retratar la infancia y salir airoso del empeño tiene mucho mérito literario. Es el caso, desde luego, de Vozdevieja, el relato del verano del 93 que Marina Marrajo, nueve añitos, depara en primera persona a través de las doscientas cincuenta páginas de esta sorprendente novela. Marina está por supuesto desorientada, confundida y temerosa pero también es curiosa, atrevida y resulta tan divertida como inquietante y seductora. La gracia de todo esto radica –en mi opinión- en todos los ingredientes (claridad, mesura, desparpajo, verosimilitud) que Elisa Victoria (Sevilla, 1985) ha sabido aunar en su escritura para caracterizar sobre todo tres personajes que son los surcos por los que va rodando la novela; la propia protagonista además de su madre y su abuela.

Aunque pueda sonar a Perogrullo, un primer acierto radica en no caer en el error de querer construir el personaje de Marina poniéndose en la piel y expresándose  como se supone que lo haría alguien de esa edad; lo que siente y nos cuenta la protagonista tiene la dosis precisa de elaboración y sofisticación como para resultar interesante y atractivo. También su contexto. Ambientada un verano después de la celebración de la Expo en Sevilla, Marina nos va retratando a su madre, joven y soltera, enferma y luchadora, humilde y malhablada, con sus novios raros, sus vaivenes, sus recaídas y, sobre todo, su íntegra insolencia: “Me ha tocado nacer en un hogar frágil y cambiante. Lo único que permanece en mi vida es ella. Donde esté ella estará mi casa”. Quizás ese halo misterioso y ausente de la madre, con muy poca presencia directa en las páginas, sirva para proporcionarle una nueva capa de significado; ya no se trata sólo del propio personaje sino del personaje recreado con los ojos de la niña, con todos los matices que implica, como puede ser la relación que establece con sus novios.

Por su parte, la abuela de Marina tiene setenta y dos años y se nos informa que es bajita, barrigona y no se arrepiente de nada. Exhibe como no podría ser de otra manera, costumbres, hábitos y creencias firmes pero a la vez prodiga atención, cariño y complicidad en abundancia, lo que confiere a la relación con su nieta fluidez y densidad. Así se nos pinta el mundo de Marina Marrajo, frágil y entrañable, humilde pero vigoroso, lleno de estímulos y posibilidades Y decididamente femenino: “Mi herencia viene transmitida solo por mujeres, nadie más cuenta las historias familiares, nadie más toma las decisiones importantes”. Y probablemente la autora haya intuido que en definitiva los tres personajes bien podrían ser el mismo, la misma niña con diferentes edades.

En cualquier caso, Vozdevieja está envuelta en una atmósfera luminosa y sugerente. El personaje de Marina es enrevesado, tiene momentos tiernos y momentos afilados, tiene juegos con muñecas y juegos eróticos, destila ingenuidad y segrega mala baba y se sabe un angelito de Satán. Tiene, por supuesto, esa imperiosa necesidad de quemar etapas, de saltarse los obstáculos que le impiden tener a su disposición todo lo que intuye le gusta a los adultos, aunque por supuesto ya hace sus incursiones en ese territorio prohibido cuando, por ejemplo, logra agenciarse alguna revista de cómics o de contenido guarrillo. Pero lo que le confiere un ritmo, una cercanía y un atractivo tan potente, tan mágico, es, a mi entender, el sentido del humor, el humor corrosivo que desprende: “No tardes, Señor, en permitir que me apodere de la parte prohibida del diccionario. Consiente, querido Señor, que esta sierva se esté ensuciando pronto la boca”. En definitiva, una novela tan cautivadora como recomendable.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Para mí junto con Milkman la sorpresa positiva del año.

Es tierna y divertida, la protagonista tiene una personalidad tremenda.

Una autora que espero que sea muy prolífica, porque me apetece leer más cosas suyas

carlos ciprés dijo...

Coincido con anónimo. En lo que llevamos de año, una de las lecturas más gratamente sorprendente.