sábado, 2 de marzo de 2019

Reseña coral 10º aniversario: Casa tomada de Julio Cortázar

Idioma original: español
Año de publicación: 1945 (en la revista Los Anales de Buenos Aires) 1951 (formando parte de Bestiario)
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Santi:

Hay obras (quizás sean esas que se suelen llamar "clásicos") que consiguen multiplicar sus lecturas a través del tiempo y de los lectores. Intentar reducir estas obras a un significado único es siempre empobrecedor, porque reduce su capacidad para producir nuevos sentidos. "Casa tomada" tiene esa capacidad: aunque se ha intentado dar una interpretación (política, filosófica, psicológica) a su trama, a pesar de su brevedad sigue siendo un relato escurridizo y polisémico. Así, cada miembro del equipo ULAD puede tener su propia visión del texto, y todas son relevantes, y ninguna es definitiva.

Beatriz Garza:

Casa tomada es una metáfora de la abulia de la sociedad acomodada que no me resultaría tan inquietante si no fuera por un elemento imprescindible: el contraste entre la gravedad de lo que se explica con el tono anestesiado, casi frío, del narrador en primera persona. Hace que un relato comprometido y muy bien escrito se convierta en algo superior, capaz de trascender el papel y dejar al lector aturdido. La frase: «Estábamos bien, y poco a poco empezábamos a no pensar. Se puede vivir sin pensar» es un mantra de nuestros días.

Oriol Vigil:

Casa tomada es un relato turbador, cuya ambigüedad espolea la imaginación del lector. Decía @Blau_Oblit en un tweet que habría que adaptar esta narración en formato videojuego, y me estremezco de placer (y horror, por qué negarlo) con sólo pensar en lo que eso nos podría deparar...

Carlos Andia:

Yo escribí, sin saberlo, Casa tomada. Bueno, la casa no era tan grande ni había una hermana tejiendo. Pero también había un recodo en el pasillo, y el miedo era el mismo.  Algún tipo de presencia, algo que se siente, que se escucha en la casa de Cortázar, que se ve en la mía. Una parte de esas habitaciones que queda ya fuera de nuestro alcance, las debemos olvidar para siempre, porque algo se ha apoderado de ellas, quizá los que vivieron antes, o algo que no podemos entender pero que está.
Claro, yo escribo muchísimo peor que Cortázar, pero el sueño es el mismo, o parecido, y el escalofrío seguramente recorre la espalda de la misma manera. Así que, por las dos razones y por otras más, ahora solo escribo reseñas, y aprovecho para festejar la ecuación del día: Benedetti + 3.652 = Cortázar. No está mal, no señor.

Carlos Ciprés:

La verdad es que no vale la pena hacer el esfuerzo vano de intentar decir algo ocurrente, original, valioso o interesante acerca de este texto, al que, seguro, ya le han dedicado miles de tesis, estudios literarios y psicoanalíticos, reseñas, comentarios y análisis de texto. Apenas me queda un recurso. Constatar como, con apenas un puñado de palabras escogidas, la literatura puede agarrarnos  por el pescuezo para depositarnos en el borde mismo del inmenso precipicio que es la mente del lector. Y lanzarnos al vacío…

Juan G.B.:

Receta para el cóctel Casa tomada:
-Una base de slivovice checo marca Kafka.
-Un tercio de moonshine casero (o sea ilegal), destilado por Stephen King.
-Un golpe de bourbon Shirley Jackson.
-El gusano de un mezcal de la casa Juan Rulfo.
-Ralladura de lima porteña, y adorno con una ciruela Borges.
Agitado , no mezclado. Servir en vaso corto.
(Se pueden volver a obtener los ingredientes por medio de decantación, centrifugado, etc... pero es posible que el resultado sea un combinado de licor Mariana Enriquez. Por ejemplo...)

Koldo C.F.:

Habemus casa espaciosa y antigua, familia de rancio abolengo venida a menos y habemus relato de variadas lecturas: lectura textual (casi terror psicológico), lectura en clave político-social-cultural ("desde 1939 no llegaba nada valioso a la Argentina"), lectura existencialista o en clave de renuncia ("se puede vivir sin pensar"), etc. Muy buen relato, limpio de polvo y paja, de esos que da qué pensar. Eso sí, no es mi favorito de Cortázar, pero casi. Me quedo con "La autopista del sur". ¿Vosotros?

Montuenga:

Casa tomada es un relato de inspiración esotérica que narra cómo los habitantes de una casa solariega son arrinconados primero y expulsados después por unos enigmáticos seres de ultratumba.
No. Lo que cuenta en realidad es la apacible existencia de dos hermanos que viven en mutua compañía, sumidos en sus cavilaciones y sin necesidad de ganarse la vida, y acaban trastornados debido a la inactividad y el aislamiento.
En absoluto. Se trata de una ficción alegórica con claro contenido político, que denuncia a los totalitarismos como causantes del exilio –tanto interior como real– de los ciudadanos que no se adhieren a sus dogmas.
O más bien nos habla de un hecho común a todas las vidas. La biología nos expulsa de la infancia, la necesidad de independencia de casa de nuestros padres, diversas circunstancias o personas se convierten en engranajes que nos fuerzan a abandonar el trabajo, una pareja, nuestra ciudad de origen, esa casa que amábamos tanto… Y no siempre conocemos las causas. Puede ser que ni siquiera el día anterior a estas expulsiones fuésemos conscientes de que ya habíamos perdido lo que hasta entonces considerábamos nuestro legítimo territorio.
Y está contado tan magníficamente y con tal economía de medios, la intriga está graduada con tal perfección, el misterio expresado tan vívidamente, que notamos cómo se nos blanquean los nudillos y se nos crispa la mandíbula.
Cortazar viene a decir que el peligro más temible es aquel cuya identidad no conocemos, y cualquier lector sabe que es verdad.

Francesc Bon:

¿Por qué media docena de páginas me dejan tan inquieto? Miro la fecha de publicación, 1946, pienso si entonces Cortázar ya valoraba lo de ir a Europa a residir entre las ruinas de la II Guerra Mundial . Seguro que era muy consciente de lo que había pasado. Pienso en esa velada alusión a una relación incestuosa entre dos hermanos ya talluditos, y tampoco me resisto a entregarme a alguna divagación adicional. Que ese relato de puertas que se van cerrando y esas partes que se van aislando de la casa no sea una mezcla bastarda del juego de misterios de Poe o Lovecraft, una metáfora del totalitarismo como elemento invasor de la existencia individual, una intromisión sin respiro, una tan sutil como genial creación de atmósfera asfixiante, Kafka también asoma por ahí, tras esos espacios que se estrechan sobre uno y ese precipitarse hacia la puerta. Miro hacia adelante: ¿leería King ese cuento, lo leería Auster, lo leería Bolaño? Casa tomada debe tener cientos de interpretaciones, desde la más prosaica hasta la más freudiana, claro. En seis páginas de nada.

Marc Peig

Leo el relato en dos claves, por una parte, la introspectiva, por otra la de una sociedad en claro declive. Ambas lecturas pueden ir de la mano, pues una va en parte ligada a la otra. Así, la casa tomada lo es en tanto que espacio físico, donde se va de más a menos, dándose cuenta uno que no necesita tanto como posee y que, al perder parte de ello, se echan de menos cosas, pero también aumenta el confort al verse identificado en lo que queda. Y eso puede extenderse a la sociedad o también introspectivamente a uno mismo, pues sólo cuando conocemos todo aquello que somos, podemos ser felices, aún y a riesgo de acabar perdiéndolo, por la evolución de la vida o su decadencia; el paso del tiempo mengua ese espacio vital y las posibilidades que uno tiene, y la angustia transmitida por esa casa tomada se evidencia en un peligro que se acerca y acecha. Puede ser por el paso de la edad, con sus consecuencias, o por una economía en decadencia, según se mire. O por ambas. O por más posibles lecturas, pues el relato abre tantas puertas como las que existen en esa casa inicial, donde parece no haber límites. Ahí radica el principal valor del relato.


También de Julio Cortazar: Todos los fuegos el fuego, Rayuela, La vuelta al día en ochenta mundos, Un tal Lucas, Cartas a los Jonquières

9 comentarios:

Gabriel Diz dijo...

No terminan los festejos! Gran entrada sobre un escritor fundamental de la literatura argentina. Aunque acuerdo un poco con cada uno de las opiniones creo que Carlos C. ha dado en la tecla. Fenomenal cuento que da para múltiples lecturas y eso, para mí, es lo maravilloso de la literatura. Para terminar pregunto por qué han elegido Casa Tomada para la reseña coral.....

Saludos

Montuenga dijo...

Pues, Gabriel, porque 1) era un texto corto -que no nos entorpece la marcha lectora-, 2) obra cumbre de la literatura 3) lo suficientemente complejo para que podamos explayarnos. Además, es un clásico que todo el mundo ha leído al menos una vez.

Unknown dijo...

Un cuento formidable; lo leí no hace mucho y me dejó... ¿Cómo decirlo? Pues eso: sin palabras.

beatrizrodriguezsoto dijo...

¡Qué precioso cuento! Limpio, breve, enigmático, tranquilo, con múltiples interpretaciones que dan lo mismo...Al leerlo me hace recordar la película Los otros. ¿Serán ellos los fantasmas? ¿Una pesadilla, una metáfora política? Pero saberlo no le añade nada, mas bien le resta.

Hace unos meses me interesó Manuel Mujica Lainez. Y me llamó la atención el amor que siente por las casas. En La casa y casi en Bomarzo, la casa es el principal personaje. Yo he sentido también esa fascinación. Hablo de casas con muchos años, que han visto muchas vidas, alumbramientos, muertes; forradas por tapices de difícil adquisición, con objetos grabados con muchas iniciales que ya nadie sabe interpretar, con ropas de personajes increibles como escapados de un cuadro, con libros rubricados que se adivinan muy mimados y acariciados, con muchos búcaros que se imaginan llenos de flores. En fín, mucha vida entre sus paredes.
Acaso Cortazar tuviera una casa así.
A lo mejor está influído por Juán Rulfo. Él leyó Pedro Páramo muchas veces; le encantaba.
Sin duda también quería jugar: En otro cuento da instrucciones para subir una escalera, en otro sus personajes escupían muñequitos azules y rosa. Su obra Rayuela es un juego con la literatura.
La dedicación de todos los miembros de ULAD al blog es admirable. Muchas gracias.
Saludos a todos

Marcela dijo...

Tener acceso a ULAD es como pertenecer a un grupo de lectura! Hoy me he maravillado de todos sus comentarios .
Lo que puede evocar a cada Lector el mismo cuento.
Un aplauso a ustedes en especial, y un gran aplauso a todos nosotr@s que leemos, razonamos e imaginamos ....Ésto es vivir!!!

lupita dijo...

Hola, amigos de ULAD:
Qué bonito juego habéis propuesto; sin duda, es un relato maravilloso, donde la trama mínima, pero condensada en pocas páginas y con un trazo tan limpio, da lugar a que quepan todas las interpretaciones posibles.

He leído este cuento varias decenas de veces, y cada vez, dependiendo del momento vital, encontraba algo distinto. La primera vez que lo leí, fue una lectura superficial, adolescente, que me dejó con la boca abierta. Más tarde, con unos años más, recuerdo sentir el abismo, el miedo al futuro (una vida con mi hermano, me muero..)y cuando mis abuelos murieron y su casa se reformó, volví a leerlo ý sentí cómo habíamos sido expulsados de la casa de los veranos de nuestra infancia. Lo curioso es que el cuento me ayudó a entender qué estábamos viviendo.

Mi interpretación del cuento está muy cercana a la de Beatriz Garza. Se muestra a dos personajes con una vida monótona y acomodada, de la que son expulsados, y esto se describe con un tono totalmente aséptico. Ese tremendo contraste es lo que más choca en el cuento, ya que no hay asombro, ni dolor ante lo que sucede, ni siquiera rabia. También la importancia de las casas que ha comentado Beatriz Rodríguez me parece muy destacable. Estoy totalmente de acuerdo con ella. Corporativismo femenino a tope.

Y, para darle una vuelta de tuerca más, añado que ,al leer estos textos de hace varias décadas, se observa la enorme transformación de la sociedad. En esa casa viven dos hermanos en total armonía, entregados a una vida apacible y sin sobresaltos. Se tienen el uno al otro, tienen sus rutinas, y sus pequeñas aficiones. Han conseguido lo que era para muchos el objetivo en la vida: un día a día sin carencias ni "sinsabores". En la vida actual, donde se saca el móvil para esperar el medio minuto del semáforo, las expectativas de lo que debe ser una vida plena son mucho más altas: hay que viajar, divertirse, socializar con los amigos, ver series, no hacerse nunca viejo, ir al gimnasio, estar bronceado, y no sé cuántos "must" más. Al protagonista y su hermana Irene parece gustarles vivir así, incluso se puede decir que es su pequeño paraíso, del que son expulsados. Y ahí está el quid de la cuestión. ¿Qué ha tomado esa casa?, ¿por qué se resignan así?
Ahora el decidir si la casa ha sido tomada por el polvo, y se han hartado de limpiar, por una sombra oscura salida del infierno, por el aburrimiento, o por políticos corruptos, puede convertirse en un divertido pasatiempo, pero el resultado sería el mismo: una gran obra maestra abierta a tantas interpretaciones como lectores.

Ah, y no nos podemos olvidar de la costumbre tejedora de Irene, que está en la mitología y en bastantes personajes femeninos de la literatura, como Amaranta, de cien años de soledad.

Y para acabar, creo que este cuento, "Continuidad de los parques" (de Cortázar también), algunos de Monterroso, y "Miro por la ventana" de Quim Monzò, son mis favoritos. Aunque igual otro día diría algo distinto.

Saludos, amigos

Dr. Fabián dijo...

Excelente la entada y la elección del cueno.
Quizás sea redundante y conocido, pero dejo el link en la voz del autor.
https://www.youtube.com/watch?v=uGGOv3t3BMo

Juan G. B. dijo...

Buenos días:
Me permito apuntar (aunque probablemente ya lo sepan muchos de nuestros seguidores) que este cuento, uno de los primeros de Cortázar publicados, lo fue en 1946, en la revista "Los anales de Buenos Aires", donde fue recogido por el mismo Borges, que decidió su inmediata publicación.
¿Cómo sé yo esto, que nunca he sido demasiado cortazariano? Pues porque estoy leyendo estos días un estupendo cómic biográfico titulado, justamente, "Cortázar", de Jesús Marchamalo y Marc Torices (habrá reseña, claro).
Un saludo a todo el mundo.

Anónimo dijo...

LOL! Lo sabemos porque lo habéis puesto arriba al lado del libro. LOL!

Borja Mari