viernes, 14 de septiembre de 2018

VV.AA.: Poshumanas y Distópicas: Antología de escritoras españolas de ciencia ficción

Idioma original: español, catalán, italiano
Año de publicación como antología: 2018
Valoración: recomendable para el público en general, imprescindible para aficionados al género

Hay dos prejuicios a los que se enfrenta esta antología: la primera, que en España no se escribe ciencia-ficción, eso es cosa de los americanos, y como mucho de los soviéticos; la segunda, que la ciencia-ficción es un género de hombres y para hombres. Y esto, en un año en que tanto se está hablando de la precursora Mary Shelley, y en que N. K. Jemisin ha ganado el Premio Hugo por tercera vez consecutiva, resulta ya un poco difícil de defender. Frente a estas ideas, esta antología muestra una larga lista de relatos de ciencia ficción de escritoras españolas, desde el siglo XIX (con la presencia, también precursora, de Emilia Pardo Bazán) hasta nuestros días (incluidas varias de las autoras más importantes del género en la actualidad), organizados temáticamente en dos volúmenes: Poshumanas (con relatos que tratan fundamentalmente de la interacción entre tecnología y biología) y Distópicas (en que se nos presentan diversos universos, futuros o no tan futuros, tenebrosos y desasosegantes).

En este caso, no cabe duda de que las dos antólogas, la escritora y académica Lola Robles, y la profesora e investigadora Teresa López-Pellisa, están perfectamente preparadas para organizar y presentar estos volúmenes, por sus anteriores trabajos teóricos, históricos y críticos sobre este género y su desarrollo en España. Hay que tener en cuenta, en todo caso, las limitaciones con las que inevitablemente han trabajado: en algunos casos, los cuentos incluidos son los únicos de ciencia-ficción escritos por sus autoras; en otros, se trata de relatos escritos por autoras que son más frecuentemente asociadas a la novela; algunos de los cuentos se deben a mujeres de las que no se sabe prácticamente nada, y otros fueron originalmente publicados en lenguas diferentes al español... Ha sido por lo tanto necesario un trabajo de investigación, recopilación y (en algunos casos) traducción, realizado en colaboración con los alumnos del master de edición de la UAM, que da como resultado una antología doble que, si bien es irregular como casi todas las antologías, tiene algunas joyas que sin duda merecían ser rescatadas.

Quizá uno de los relatos más memorables de ambos volúmenes sea el de Sofía Rhei, la escritora que, de acuerdo con la dedicatoria del libro, dio la idea para esta iniciativa. "Informe de aprendizaje" es un cuento que se sitúa en el "giro lingüístico" de la ciencia ficción (a lo Arrival), ya que la protagonista es una intérprete jurada que debe aprender el idioma Eek -O1, con la ayuda de un juguete pedagógico que quizás sea un artefacto tecnológico, o una modificación genética de otro ser. También es notable "Crisálida", de Blanca Mart, el relato con el que se abre el volumen Distópicas, una historia de conflictos entre especies con un innegable aire a Bradbury. "Hambre", de Cristina Jurado, una especie de cuento de náufragos espaciales, es probablemente el relato más oscuro e inquietante de la antología. Por su parte, "Bifurcaciones", de Susana Sussmann, representa en esta antología al subgénero de los viajes en el tiempo y sus infinitas paradojas, en un cruce de El efecto mariposa y Cronocrímenes.

Ambos volúmenes incluyen también algunos nombres fundamentales de la literatura de ciencia ficción en español, o de la literatura española en general. Por ejemplo, Elia Barceló, la escritora más conocida y antologada, cuyo relato "La mujer de Lot" es una indagación psicológica sobre las decisiones vitales y los lugares a los que nos conducen, o Rosa Montero, autora de novelas de ciencia ficción como Lágrimas en la lluvia o La carne, que contribute al volumen Poshumanas con un cuento sobre la autoconsciencia de los androides muy en la línea de su Bruna Husky. La propia Lola Robles, una de las antólogas, participa en la antología con un relato ("Mares que cambian") sobre un mundo en el que las identidades sexuales y de género se han diversificado al mismo ritmo de la evolución tecnológica.

Algunos de los relatos pueden considerarse como alegorías filosóficas o incluso políticas. Es el caso de "Cuento absurdo", de Ángeles Vicente; de "La cabeza a componer" de Emilia Pardo Bazán; de "La droga" de Roser Cardús; de "Electroamor" de María Laffite, que por otra parte quizás sea el más interesante desde el punto del vista del estilo, o "La casa de Àngel" de Rosa Fabregat, uno de los cuentos que, personalmente, menos me han interesado. "El jardín de alabastro", de Teresa Inglés, que tiene una base de ciencia ficción más tradicional, también se sitúa en cierto modo en el campo de la alegoría literaria, estética y filosófica. Por su parte, "Hombres por correo Lohmann" de Laura Fernández, adopta un tono humorístico y desenfadado que no encontramos en muchos relatos de este género, mientras que "Pastor de naves", de Felicidad Martínez, recuerda, por su tema y su protagonista, a El juego de Ender.

No faltan, por último, relatos de anticipación que pueden arrojar luz sobre problemas actuales. Es el caso de "Casas rojas", de Nieves Delgado, una historia sobre la utilización de androides (o "ginoides") diseñados únicamente para satisfacer las necesidades sexuales masculinas, sin tener en cuenta su propia naturaleza o necesidades; de "La vida sin cáncer" de María Zaragoza, que corre el peligro de caer en el ludismo en su denuncia de un avance científico (médico, en este caso) que no se ve correspondido por un avance humano paralelo; o de "Eternidad", de María Angulo, que podría apuntar hacia los peligros de la selección genética mal empleada. Varios de los relatos ya mencionados, por otra parte (por ejemplo "Casas Rojas", "Mares que cambian", "Crisálida" o "Quimiums", de Mª Concepción Regueiro), inciden en algunos de los debates más actuales en cuestiones de género, con reflexiones sobre las diferencias de género o sobre el control biopolítico de los cuerpos y su utilización como objeto de consumo.

Como toda antología, esta también está abierta a la crítica por lo que incluye y lo que excluye; en dos volúmenes con una docena de relatos cada uno, es inevitable que no todos mantengan el mismo nivel, o que no todos resulten igual de atractivos a todos los lectores. De lo que no cabe duda es de que las antólogas han conseguido ofrecer un panorama amplio, en lo cronológico, lo temático y lo estilístico, en la que además se encuentran muchos de los nombres más reconocibles del género en la actualidad. También la mayoría de los subgéneros de la ciencia ficción (los viajes espaciales, los viajes en el tiempo, la distopía o el relato de anticipación, el relato de androides...) tienen sus representantes en el conjunto.

Creo que estas antologías pueden ser interesantes para varios tipos de público: a quien le guste la ciencia ficción, encontrará aquí seguramente textos y autoras que no conoce; a quien no sea tan aficionado al género, aquí puede encontrar un buffet libre con un poco de todo para aproximarse a él; también puede ser útil para quien esté interesado en la historia de la literaria española, o en la literatura de autoría femenina en los últimos dos siglos. Por último, quien esté interesado en profundizar en la ciencia ficción española, puede querer profundizar en la línea abierta por estos libros; puede, por ejemplo, buscar la Historia de la ciencia ficción en la cultura español, de una de las antólogas, Teresa López Pellisa, o navegar (y nunca mejor dicho) por La Nave Invisible, donde encontrará mucha información sobre estas y otras autoras de género fantástico y de ciencia ficción.

2 comentarios:

Lupita dijo...

Hola, Santi:

Parece que hubieras escrito la reseña para mí. Te digo que va a ser el próximo libro que me compre, fíjate lo que me ha gustado.
Me he empezado a interesar de verdad por la ciencia-ficción hace pocos años, pues pensaba, equivocadamente, que era un género "menor". La culpable de ese interés fue Rosa Montero, con su personaje de Bruna Husky, a la que adoro hasta tal punto que fui a comprar su libro el primer día que se puso a la venta. Hasta entonces había leído sólo a los clásicos, y siempre he estado muy interesada en la distopía, subgénero por el que siento auténtica debilidad.

A partir de esa lectura he ampliado mucho mis lecturas, y conocido más la ciencia-ficción. Algunos subgéneros no me gustan mucho, como los viajes espaciales o los que contienen datos muy técnicos, pero, en general, no me ha defraudado nada.

Este libro parece tenerlo todo para gustarme: varias de mis escritoras preferidas, variedad dentro del género de la ciencia ficción, y está compuesto por relatos; el cuento y la poesía están entre mis géneros predilectos.

Por último, quiero aconsejaros una antología de relatos que me gusta especialmente. Se llama "Mañana todavía" , publicado en 2014. El relato con el que acaba, "Los centinelas del tiempo " es uno de los mejores que nunca he leído.
Saludos y mil gracias

Esperanza dijo...

Hablando de Rosa Montero, creo que en el texto hay un error puesto que La carne no es ciencia ficción. Quizá habría que sustituirlo por El peso del corazón