martes, 17 de mayo de 2016

Ricardo Menéndez Salmón: El Sistema

Idioma original: español
Año de publicación: 2016
Valoración: decepcionante

Le tengo (le tenía) mucha fe a Ricardo Menéndez Salmón, después de leer algunos de sus primeros libros; pero después de Niños en el tiempo, que me pareció una novela fallida, y de este El Sistema, que me parece una novela que consigue ser exactamente lo que quiere ser, sin que eso sea necesariamente una cualidad, mi fe empieza a debilitarse. De hecho, creo que El Sistema repite algunos de los errores de Niños en el tiempo, y añade otros nuevos.

Vamos a empezar por contar el argumento: El Sistema es una novela distópica (sí, la distopía parece ser uno de los géneros de moda); se sitúa en un universo alternativo, en el que tras la Segunda Guerra Mundial -aunque no se mencione con ese nombre- se ha abierto un nuevo periodo en la historia de la Humanidad: la Historia Nueva. En este universo se ha desarrollado el Sistema, un conjunto de "islas" controladas por sistemas panópticos de vigilancia y que están en constante alerta contra los Ajenos, los bárbaros que no pertenecen al Sistema. El protagonista, simplemente denominado como el Narrador, forma parte de este mecanismo de vigilancia externa e interna, hasta que el Sistema comienza a agrietarse y todo su mundo se desmorona...

Quienes concedieron el premio Biblioteca Breve a esta novela dijeron que era "una novela de ideas [...] que abre caminos en la narrativa contemporánea". Me temo que tienen razón en cuanto a lo primero, pero no en cuanto a lo segundo; porque distopías como El Sistema hemos visto ya muchas (y obviamente 1984 es la madre de todas las distopías que han venido después) y esta novela hace poco por apartarse de esos modelos anteriores en cuanto al universo que construye.

Y tienen también razón, decía, en lo de que es una novela de ideas, pero a diferencia de ellos yo no lo veo como una cualidad (por lo menos, no en este caso). Esta es una novela a la que se le ve demasiado el andamiaje, y a la que se le ve demasiado el fondo filosófico que su autor (licenciado en Filosofía, de hecho) quiere proyectar. Para dar solo un ejemplo, la isla en la que vive el Narrador se llama Realidad, y está compuesta por "diecisiete sustancias" que tiene "atributos" y "accidentes". Desde Platón a la Filosofía del Lenguaje, por supuesto con una sombra de Foucault, da la impresión de que Menéndez Salmón ha escrito la novela pensando en las tesis que se van a escribir sobre ella (y seguro que se escribirán) más que en crear un artefacto literario en sí mismo.

La mención a la Filosofía del Lenguaje, por cierto, no es arbitraria: el lenguaje (el Logos, el conocimiento, el saber) es uno de los grandes temas del libro, y casi siempre que aparece es en un tono celebratorio: el lenguaje crea el mundo, la literatura nos salva, narrar es comprender. Personalmente, me desagradan este tipo de autoglorificaciones, bastante comunes entre los poetas y algo menos entre los narradores. Prefiero mil veces a un escritor que desconfíe del lenguaje y lo trate como se trataría a un explosivo, que a uno que se proclame el Gran Explicador de Todo lo que Existe (y eso es precisamente lo que hace el Narrador en la novela, y me temo que Menéndez Salmón también, a través de él).

Creo que no es casual, por eso, que los dos últimos libros de Menéndez Salmón compartan un mismo problema: un estilo pedante, efectista, rebuscado, que es coherente con esta imagen de importancia autoatribuida. Quizás el autor haya intentado escribir en un estilo arcaizante para ir en consonancia con las referencias clásicas (que son bastante abundantes), pero para mi gusto usar expresiones como "pecio derrelicto", "antes esfinge que ménade", "arúspices" o "auriga invisible", no hacen que disfrute más de la lectura. También tengo una sospecha: que si se eliminasen del texto las bimembraciones y trimembraciones innecesarias, la novela perdería unas cincuenta páginas.

No me gusta ser tan duro con una novela, porque ya se sabe que en este blog somos "buenrollistas" y nos gusta hablar bien de los libros; pero confieso que solo he terminado El Sistema para poder escribir este reseña (y porque tiene 250 páginas, si llega a tener doscientas más, lo abandono). No es este el mejor libro de su autor, ni el mejor libro de su género; quien quiera leer fábulas post-apocalípticas, que lea La carretera de Cormac McCarthy, Los últimos de Juan Carlos Márquez o los relatos de Anna Starobinets. Se lo pasará mucho mejor.

También de Ricardo Menéndez Salmón en ULAD: La ofensaEl correctorNiños en el tiempo

21 comentarios:

Anónimo dijo...

Si te decepcionó es porque (tal vez?) sobrevalores este Menéndez Salmón más que lo que merece valorarse un Foucault...
Voy promediando la lectura y pinta legible, algo más de "decepcionante" merecía...

Simón

Anónimo dijo...

Últimamente las reseñas de este blog desprenden un insano tufo a lo que muchos ya saben.
Sin acritud, volved a aconsejar libros ( que es más lo vuestro),porque este jugar a críticos literarios os queda muy grande.

Paula Friera

julian bluff dijo...

Hola a todos!

A mi juicio es requisito imprescindible para que una novela sea buena, que el escritor se lo haya pasado de puta madre escribiéndola. Seguro que algo como eso se habrá dado con todos los grandes títulos que en "la narrativa" SON.

Viene ahora la pregunta del millón, los escritores españoles actuales ¿se lo pasan realmente bien escribiendo sus libros o, más verazmente, viven unas angustias de padre y muy señor mío, cada dos por tres, para conseguir salir de los múltiples atolladeros en los que, sin que vaya nadie y se lo pida, se meten voluntaria (e inconscientemente) a lo largo y ancho de sus tramas.

Esa es la pregunta que yo formulo aquí. Las contestaciones las dejo de su cuenta. ;-)

Juan G. B. dijo...

Hola, Julian.
Yo no escrito la reseña, así que dejo que quien se meta en honduras sea mi compañero santi, pero resulta que hace poco, casualmente, oí en la radio una entrevista a este escritor, en la que contaba que esta novela la había escrito durante su estancia de un año en Bamberg, Alemania, con una beca de alojamiento y salario para que pudiera dedicarse a escribir, así que supongo que mal del todo no lo habrá pasado. De hecho, él se mostraba muy contento y agradecido.
Un saludo

Juan G. B. dijo...

Y que conste que ya sé que no te referías a eso... ; )

SR tiniebla dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
SR tiniebla dijo...

A mí me parece bien que hagan este tipo de entradas. Un blog en el que haya varias voces y opiniones, es saludable. Me ayuda mucho. Sus reseñas son variadas, y si alguien se lee un libro, tiene el derecho a decir cuánto le gustó o desagrado.

José Luis dijo...

No estoy de acuerdo con julian bluff, si únicamente los autores hubieran escrito los libros con los que se sintieran bien, no existiría la literatura.

Anónimo dijo...

Yo tampoco estoy de acuerdo con julian bluff. Me parece una teoría cogida por los pelos. Creo que está bastante acreditado que la creación artística unas veces ocurre entre placer y otras entre dolor. No creo que descubra nada.

Anónimo dijo...

No estoy de acuerdo en absoluto. Esta novela me ha encantado, está repleta de reflexiones y imágenes muy potentes, bellas e interesantes. Se tendrían que apoyar este tipo de autores que intentan escribir algo intelectual y no comercial como la mayoría de cosas que existen en el mercado actualmente. El Sistema es un gran libro.

Anónimo dijo...

Me van a disculpar, pero yo les juro que no entiendo este afán tan de moda últimamente en reseñar libros (o películas, o series) que no le han gustado al reseñista, es más, que considera directamente malos, mediocres u olvidables y que incide con especial saña y énfasis en lo malos que son... No lo digo con ninguna intención de ofender ni discutir, es que sinceramente no lo entiendo. Yo reseñaría únicamente las obras que me han gustado, para recomendarlas, para darlas a conocer, y no aquellas con las que considero haber perdido el tiempo con la sola intención de hacer sangre, incomodar al autor o querer quedar como un crítico ingenioso o un "salvador de los lectores". No hay ninguna necesidad.

Santi dijo...

Buenas! Hay varios debates abiertos, muy interesantes todos ellos, voy a intentar contestar a todos más o menos.

1.- Me alegro de que haya discrepancias en relación con El Sistema; yo he dado mi opinión, pero entiendo que haya otros que hayan hecho una lectura diferente de la novela.

2.- No estoy de acuerdo con el principio abstracto que defiende Julian Bluff (hay que escribir pasándoselo bien), aunque confieso que a veces me gustaría que los escritores españoles se tomasen menos en serio a sí mismos y encarasen la escritura con más humor. Se pueden escribir novelas muy serias con mucho humor. El Sistema, por ejemplo, es una novela que no creo que provoque ni una sonrisa; tampoco es que toda la literatura tenga que ser un descojono, pero mantener el mismo tono reverencial todo el tiempo, personalmente me cansa.

3.- El debate de si se deben o no hacer reseñas negativas reaparece cada cierto tiempo. Personalmente creo que sí se deben hacer, sobre todo si se trata de novelas de escritores ya establecidos. No se trata de salvar a nadie, sino de ser honesto con los lectores y con uno mismo: si solo reseñamos libros que nos han gustado (y en este blog vamos bastante en esa línea), al final parece que solo se escriben libros maravillosos, y no: hay libros malos, libros tramposos, libros deshonestos, y libros que, como este, son honestos en su planteamiento, pero que son libros fallidos en opinión del crítico de turno. Si la reseña explica bien los motivos para esta opinión (y espero que la mía lo haga) después queda a criterio del lector fiarse o no, o leer el libro y formarse su propia opinión...

Carlos Andia dijo...

Si se me permite dar una opinión, tengo que discrepar completamente de este último comentario. Admito que es un tema controvertido, incluso entre los que escribimos cosas sobre libros. Pero yo defiendo que es perfectamente correcto reseñar libros que no nos han gustado, y no por que produzca ninguna satisfacción especial. Pienso que la finalidad de lugares como éste no es recomendar, sino opinar y, aunque habrá de todo, creo que los lectores acuden a informarse, y no sólo a buscar lecturas supuestamente interesantes. Por tanto, una tiene derecho a conocer opiniones sobre un libro, sean positivas o negativas.

No todo el mundo estará de acuerdo, seguramente empezando por los propios autores de las reseñas, pero es mi opinión.

Un saludo.

Francesc Bon dijo...

Veamos. Somos un blog amateur. Llevar nuestro ritmo es duro. Y los libros son, a veces, melones por abrir que son vendidos como grandes maravillas, en muchos casos. Así que uno lee, se decepciona o se desilusiona o sus expectativas son defraudadas, y deja pasar la oportunidad de compartirlo y pasa al siguiente, a ver si ese sí, mientras los días pasan y las 12 del día siguiente se echan encima y no llegamos. ¿Para que encima se nos tilde de blanditos? Nah. Para mí está bien así. Decir lo que nos parece, a cada uno, sin problema. Que los malos libros te los cobran igual que los buenos. Buenas noches.

Anónimo dijo...

Francesc Bon, que califiques los libros de "melones por abrir" con ese desprecio clasificador y descatalogador dice bastante de ti... igual que ese tonillo rencoroso y despótico que te sale en tus comentarios, bastante desagradable: "en mi cortijo yo hago lo que me sale a mí de los cojones y pongo verde a quien me da la gana"... así sólo consigues que tu opinión se tome menos en serio.

Francesc Bon dijo...

Bueno, respondiendo e esta cuestión te diría que la expresión "melón por abrir" simplemente se refiere al hecho de que es desconocido lo que un libro puede ofrecer hasta que se afronta su lectura. No creo que haya que sacralizarlo demasiado. Y el tono es el que sale, el que inspira el libro, porque haber perdido el tiempo con un mal libro no es agradable, y hay que salir cada día con algo nuevo, y la intención inicial es que sea bueno, pero de eso nunca podemos estar seguros. De todas maneras todo va por rachas. Aquí hay más imprescindibles que repugnantes (y por otro lado también se nos suele echar en cara). Gracias por los comentarios y por mantener la polémica. Hay que demostrar que corre sangre por las venas.

Pedro Carbonell dijo...

Veo que hay pelea. Eso es bueno, venga jaleo y follón, da vida a las cosas, como cuando en una casa hay varios niños díscolos. Yo voy a decir que a este autor aún no lo he leído, pero sí ojeado en librerías, y por lo menos me parece que presenta un buen tono narrativo, de calidad, que ya es mucho con los tiempos que corren.
Y ahora voy a comentar algo que considero de interés general: tengo una página web mediante la cual me autoedito y dejo que mis libros sean descargados gratuitamente. Con esto quiero decir que siempre se hacen críticas a autores editados de modo convencional, y a nosotros, los "pringaos" que nos pagamos la edición, jamás se nos menciona en sitio alguno. Hay buenos autores en esta área de la literatura, y me gustaría que de vez en cuando surgiese una reseña de escritores que se costean su propia publicación. Seguro que más de una sorpresa positiva se iban a encontrar.

Juan G. B. dijo...

Vaya, parece que esta reseña se ha convertido en el alma de la fiesta, así que me permito volver a meter la cuchara aquí:
Estimado Pedro, si repasas las reseñas publicadas en ULAD verás que sí hay alguna que otra dedicada a libros autopublicados y que son elogiosas, además. Otra cosa es que la inmensa mayoría sean de libros publicados por editoriales, grandes o pequeñas, pero , vaya, si por algo se caracteriza este blog es por la absoluta libertad que tenemos los reseñistas de escribir sobre el libro que nos de la gana, así que no podemos (ni queremos) establecer una línea determinada, en ese sentido o en cualquier otro: pero sí que sería interesante leer un blog de reseñas exclusivamente sobre libros autopublicados (no sé si existe ya, supongo que sí...si no, te animo a ello).
Por lo demás, sobre si en las reseñas de este blog seguimos una línea "dura" (como dice uno de los comentarios) o "blanda" (como se nos suele acusar, por lo general), sólo puedo repetir que aquí cada reseñista lee y reseña lo que le da la gana y, como es lógico, (aunque quizá no), tendemos todos a leer cosas que, a priori, nos vayan a gustar, que tampoco se trata de padecer en esta vida... Otra cosa es que si no nos gustan, lo decimos y punto, como ha hecho Santi en esta reseña. Que tampoco pasa nada... ; )

Anónimo dijo...

Hola. A mí el libro me ha gustado mucho, excepto el final, que no me convence por varios motivos. Además, la última parte del libro se hace demasiado densa. Aun así, creo que es una obra que merece la pena, que aporta mucho al lector y que hace reflexionar. El tono "filosófico" para mí es una virtud, no un defecto.
Y una observación: ¿por qué en los comentarios de este y otros muchos blogs la gente se empeña en ser desagradable al opinar? ¿Es por placer o por descuido? ¿Tanto nos molesta que los demás no piensen como nosotros?

Anónimo dijo...

Francesc Bon, compruebo que más de uno por aquí ya le tiene calado, no solo reconoce usted abiertamente no manejarse muy bien con la escritura, sino que ofrece archivos PDF de libros para ahorrarse acudir a la "tienda" (supongo que querría decir librería), lo cual roza el delito.

"http://mobas.es/blog/2009/12/19/libros-pendientes/"--> Aquí está la prueba.

Sin acritud, está usted a mucha distancia de sus compañeros de blog, y a años luz de cualquier aproximación al análisis literario o crítica. Repartir palos cuando, "santones" de la crítica, catedráticos o escritores reconocidos dan bendiciones, da mucho que pensar.

Paula Friera

Francesc Bon dijo...

Buenas noches, Paula:

Opto por el tuteo, que es como solemos dirigirnos aquí a quien nos hace comentarios. Primero de todo, agradecerte que nos leas, nos comentes, y nos transmitas tú opinión. Y que lo hagas bajo tu nombre, a diferencia de tanta gente que se escuda en el anonimato, como si de los que llevamos un blog literario pudieran esperarse terrribles represalias. Referente a mi estilo, mi escritura, mis opiniones, nada que objetar. Faltaría más. Intento mejorar, aunque ya se sabe que la fórmula segura del fracaso consiste en intentar gustar a todo el mundo. En todo caso, si te tomas la molestia de leer el escueto texto de mi perfil como colaborador, verás que en todo momento reconozco mis carencias, dado que mi formación académica y mi modo de ganarme la vida no tienen nada que ver con el mundo literario. Soy solo un lector en constante aprendizaje que intenta transmitir sus opiniones. No un "santón" como los que tú mencionas. Término bastante peyorativo, por cierto.
Ahora bien, sí que considero muy fuera de lugar tu insinuación basada en un comentario dejado en el blog de Mónica Basterrechea en 2012. Primero, porque era un comentario personal. Segundo, porque en este blog no encontrarás ningún tipo de recomendaciones de sitios de descarga, y cualquier comentario en que ficha información nos haya sido solicitada ha sido amablemente respondido con una negativa. Además, mi conciencia está muy tranquila; he comprado tantas veces Estrella distante de Roberto Bolaño para todo tipo de obsequios (incluyendo regalos del "amigo invisible") que cualquier sospecha de fomentar otra cosa que la lectura de esa esplendorosa novela está más que descartado. En todo caso, me abruma el que te hayas tomado la molestia de tamaña indagación en la Red hasta encontrar un comentario que ya había olvidado.
Y ya está. Gracias por el tono respetuoso y espero no darte muchos más motivos para quejarte de mí en el futuro. Aunque todo pinta a que voy a seguir igual. Y libros como el de Zanón o el de Rivero van a seguirme pareciendo ejercicios onanistas que no aportan nada a la literatura. O a cómo a mí me gustaría que fuera la literatura.
Saludos.