sábado, 7 de mayo de 2016

Carlos Zanón: Marley estaba muerto


Idioma original: español

Año de publicación: 2015
Valoración: tópico hasta la extenuación 

Oh. Premio Dashiell Hammett 2015. Todos en pie. O no. Porque el libro anterior de Zanón, Yo fui Johnny Thunders, había salido en no sé qué lista como el libro del año y, bueno, no sé. No me produjo mucho entusiasmo. Bueno, ningún entusiasmo. Y un escritor no tiene la culpa de que le premien, aunque sí la tiene de alardear de ese premio. Y ahí está, en la portada. Pero hay que dar segundas oportunidades, alguno seguro que se la merece poco, pero he visto a Zanón entre los colaboradores de la reedición del Watusi y me he formulado un propósito de enmienda, y he pensado que a lo mejor me ocurre lo mismo que con DeLillo, que el primer intento no fue bueno, pero luego fue a mejor...
Entremos en materia. Ventajas del formato este del relato urbano son, por ejemplo, el que está tan justificada la unidad como la dispersión, ambas permitidas en cualquier medida. O que no hay necesidad de crear tramas que cerrar patilleramente como en Yo fui Johnny Thunders. Puede optarse por conceptos tan refrescantes como el situacionismo. Puede escribirse algo que sea una pura escena. Pueden usarse esbozos de novelas fallidas. Es el mundo del relato y aquí todo vale. El relato corto es tan freestyle que ni siquiera hace falta corrección. Se escriben unas paginitas, se pone un poquillo de humor negro, algo de tono reivindicativo, cuatro referencias underground, un poquitín de absurdo por aquí, todo combinado con historias de perdedores y salpimentado con diálogos en catalán (que no estaría de más traducir) empotrados con calzador. Así sale lo que sale, por ejemplo:
"Busco un espejo, un reflejo, el protagonista de mi novela encerrado por su autor desquiciado, desnudo, pidiendo explicaciones por las ofensas, apestando a alcohol y pánico. Una cárcel de canciones tristes mientras, bajo el frontispicio, Pilatos pregunta '¿qué es la verdad?'.
Quizá solo canciones tristes.
Cuando vas a besar a alguien por primera vez, te preguntas qué habrá dentro de esa boca un instante antes del beso.
Nadie lo sabe.
¿Y después de ese primer beso?
¿Qué queda? ¿Qué se esconde en la boca después de ese primer beso?
Quizás ese misterio sea la verdad."

Ni Risto Mejide cuando se ponía tierno en Urbrands. Entendedme: no es que Marley estaba muerto sea todo el rato así. Pero sí que es, casi siempre, insulso, previsible, sin un solo concepto fuera del lugar que se espera. Un desastre. Personajes estereotipados, denuncia social que es pura pose, repetición de estructuras, de recursos, todo tan intercambiable que nos van a intentar colocar como universo propio lo que son clichés repetidos sin descanso, sin lógica. Y, lo que es peor, sin el mínimo estímulo para leer el siguiente o el de más allá. Pruebo con el relato que le da título al libro. Que algo de representatividad o de brillantez habrá que suponerle. Nada, cuarenta páginas con más de lo mismo, historias de Navidad, la presencia constante de calles y barrios barceloneses y que, rehuyendo del tópico azucarado, acaban de bruces en otro peor, que podría definirse como síndrome de autenticidad a ultranza. Y que tiene un concepto tan vacío como suena, exactamente, aunque, me temo, lo único auténtico aquí es la impostura y la repetición. En fin. Ya me hubiera gustado entregar una reseña interruptus y no tener esta desagradable sensación de pérdida del tiempo empleado en esta lectura empapada, no, pringada, de trascendencia, cuando es vacía, fallida y superficial. Pero este sacrificio mío es un deber. Ahorraoslo vosotros, que podéis.

Otras obras de Carlos Zanón en ULADYo fui Johnny Thunders

21 comentarios:

julian bluff dijo...

De Zanón he leído "No llames a casa" que me sorprendió gratamente: las escenas de "la bolsa en el metro" y "el parking de Gavá" me resultaron cojonudas. Y también he leído "Yo fui Johnny Thunders" que, sin llegar a superar a la anterior, me pareció que aguantaba el tipo.

Aunque, la verdad, el motivo de entrar al blog es porque he visto que contiene una crítica de "El Enano", de Lagerkvist, y he querido haceros partícipes, a vosotros y a vuestros lectores, de la que, justo, acabo de concluir.

Uno, que es un gentleman, sabe que no se puede entrar un blog, únicamente, para tirarse el moco ¿Capici?. ;-)

julian bluff dijo...

Se me había olvidado pegar el enlace.

¿Lo ven como no estoy acostumbrado al autobombo?

http://www.julianbluff.blogspot.com.es/2016/05/critica-de-el-enano-de-par-lagerkvist.html

Resolvido.

Manu dijo...

Menudo complejazo de Tongoy tiene el Francesc Bon este...

Manu M. dijo...

Manu, te llamas Manu de casualidad, los Manus no vamos por la vida emulando a Mambrú.

Anónimo dijo...

Jajaja, es verdad, qué poco estilo de reseña, qué aburrido está el patio de la opinión literaria, ya se copian hasta unos reseñistas a otros...

Anónimo dijo...

Es verdad!!! Ha escrito igual que tongoy!

Anónimo dijo...

Juas. Yo he pensado lo mismo al leerla, qué copia barata. ¿Esperará la palmadita de su ídolo? Pobre, da penica y todo.

Santi dijo...

Habla de copia barata el tercer anónimo que pasa por aquí a decir lo mismo :D Me recuerda a esa escena de La vida de Brian en que Brian dice: "¡Todos sois diferentes!", y la masa responde, "¡Sí, todos somos diferentes!" :D

Francesc Bon dijo...

Buenas: aquí pseudoTongoy, aka Doypenica. Pues hace seis años que escribo en internet y mi blog personal, que aunque tarde en actualizar está activo desde 2010, cuando ni sabía quién era Tongoy. Ahí podéis comprobar lo que queráis. Es obvio que leemos a Tongoy, está en nuestro blogroll y estoy seguro de que nosotros NO estaríamos en el suyo si el lo tuviera. Y me gusta cómo expresa su opinión, sí, aunque discrepemos a menudo y aunque sea inevitable cierto contagio cuando uno sintoniza con el tono, cosa que me puede pasar con Houellebecq o Foster Wallace, pero no se lo digáis a él. Más ego sería insoportable. Al margen de estos comentarios, que atribuyo al espíritu jovial y desinhibido de los jovenzuelos internautas, uno esperaría algún defensor del texto reseñado en cuestión. Pero comprendo que es más divertido machacar, sí, claro, sigamos con eso, qué coño.

Anónimo dijo...


Qué acritud en la respuesta. Hay que aceptar la crítica con un poco más de normalidad.

Anónimo dijo...

Cómo se ha picado el complejines... El mismo que hace críticas negativas y espera que se las tomen bien. Curioso.

Anónimo dijo...

No opinamos del reseñado porque no lo hemos leído, te hemos leído a ti, Francesc Bon, opinamos de ti, ¿algo que objetar? Ya veo que sí. Te copio tus palabras, esta vez referidas a ti: " insulso, previsible, sin un solo concepto fuera del lugar que se espera. Un desastre."

Manu M. dijo...

Ánimo, Francesc, no caigas en estas cuentas, sus sumandos restan.

Anónimo dijo...

Ya lo pillo. Que los reseñistas podéis decir barbaridades si queréis de todo dios pero en cuanto os pagan con la misma moneda lloráis.

Manu M. dijo...

No disimules que tú nunca pagas, Polianónimo. Lo que quieres es irte a la cama con alegría y satisfacción.

Anónimo dijo...

Hacía tiempo que no visitaba el blog y me ha sorprendido leer estos comentarios contra Francesc. No porque se le critique sino por cómo se hace. Creo que cualquiera está en su derecho a discrepar con una reseña de este blog y también con el estilo de alguno de sus reseñistas, faltaría más pero observo bastante falta de educación y mucha inquina contra Francesc....creo que se merece que se le trate con respeto aunque solo sea por el hecho de publicar sus reseñas por amor al arte y para satisfacción de muchos. Lamentablemente parece que se confunde el hacer una crítica negativa con la ofensa gratuita, eso quita credibilidad a la crítica en mi opinión además de decir muy poco de la educación de los comentaristas.

Francesc Bon dijo...

Gracias, Anónimo, por el apoyo y la comprensión. Aunque soy de esos a los que los ataques estimulan.

Anónimo dijo...

Se ve que al señor Francesc no le cae muy bien el señor Zanón. La crítica negativa de una novela que no la merece resulta muy llamativa, y por eso estamos aquí. La técnica literaria de Marley es impecable. Las tramas de los relatos, originales, duras, algunos te golpean, otros enternecen, etc etc. En conjunto es un libro que sobresale especialmente por lo bien escrito que está, y la prueba es lo bien escrito que está el trozo que el reseñante utiliza como prueba de lo contrario. Ahora, si el autor no pertenece a sus elegidos gustosos y lo disimula atacando una colección de relatos estupenda, él sabrá. Él sabrá si lo hace para tener visitas en el blog, o para intentar ser un tongo de Tongoy. Pero repito, atacar un libro que, como mínimo, es brutal, buenísimo y desde mi punto de vista, un imprescindible, me parece una boutade. Y lo peor, triste. Habiendo cientos de libros malos, peor escritos y deleznables, elegir un libro bueno para destrozar. Para nada, la verdad...

Francesc Bon dijo...

Hola Anónimo. Primero de todo ofrecerte que, dada la claridad y contundencia de tu opinión discordante, tienes la posibilidad de enviarnos una "contrareseña". Referente a Zanón, apenas lo he visto un par de veces (la que recuerdo más en un reportaje en el programa de Anna Guitart sobre la reedición del Watusi) y no me cae ni mal ni bien. No tengo animadversión alguna, aunque de los temas tratados en sus libros deduzco cierta intención social, una deriva hacia el malditismo, como si quisiera convencernos de que vive en una pensión del Raval, cosa que estoy seguro de que no. Sobre el párrafo que usamos como ejemplo de nuestras opiniones contrapuestas, pues ya emplazo a los lectores a que lo valoren cada uno. A mí me parece, el párrafo, de una mística impostada y sonrojante ¿qué va a haber en la boca? Coño, pues saliva, joder.
Gracias por el comentario. Mencionando a Tongoy, pero con educación, así da gusto.

Anónimo dijo...

Un vistazo a este blog para ver que el Señor Bon, Fransecs Bon se relame con Soto Ivars y ya empieza a dar la risa floja sobre su gusto literario.

Francesc Bon dijo...

Hola: Francesc, no Fransecs: puedes usar el copia y pega. Soto Ivars lo has escrito muy bien. No leo mucho a este señor, pero me suena. Supongo que lo de hablar de gusto literario en una reseña de Zanón es un acceso de sarcasmo, verdad. Gracias por el comentario.