jueves, 19 de mayo de 2016

Martin Amis: La zona de interés

Idioma original: inglés
Título original: The zone of interest
Año de publicación: 2015
Traducción: Jesús Zulaika
Valoración: muy recomendable


Unas decenas de páginas antes del final de esta novela Amis nos regala una escena particularmente inquietante. Un oficial nazi tiene una idea tras comprobar que un soldado inglés, al que están torturando para que desvele quien está tras unos sabotajes, se está mostrando particularmente tenaz en su resistencia al suplicio. El oficial envía a que busquen entre las prisioneras a una "Sara guapa", con el, suponemos, cruel objetivo de ablandar al torturado apelando a su empatía ante el dolor ajeno.

Amis detiene la escena ahí. Parece que se dé cuenta de que ya ha derramado bastantes demostraciones de crueldad y tema ya franquear la última barrera, un poco reconociendo que hasta ese momento ya ha sido bastante.

Hace algunos días, esta novela surgió en cierta conversación y había gustado "con reservas". Y hay que entender y aceptar que parte de esta valoración proceda de la premisa de que, a estas alturas, la literatura sobre "lo" nazi, sobre el holocausto, etc. es un campo mucho más que trillado, incluso que, contando con los imprescindibles testimonios de primera mano como referencia pura y absoluta, cualquier hipótesis o especulación o incluso desplazamiento del contexto de gravedad es una peligrosa incursión en terrenos colindantes con su banalización.

Así que Amis, casado con una mujer judía y, por lo tanto, autorizado de forma implícita, puede ser objeto de esa puesta en duda cuando sitúa La zona de interés en un territorio poco explorado. La óptica del criminal, el lado opuesto a la víctima. Y no solamente con un personaje: todos los personajes principales de La zona de interés son, en un grado u otro, colaboradores en la organización criminal del campo de concentración. La narración presenta a las víctimas como un colectivo en el que no se destaca a nadie. Primera apuesta arriesgada. Personajes con nombres y perfiles definidos masacrando a un colectivo que Amis nos muestra de forma casi anónima.

La historia parece un triángulo amoroso. Golo Thomsen, en la treintena, sobrino de Bormann, un líder nazi (y, por tanto, aparentemente intocable) está a cargo de las cuestiones industrialmente productivas del campo. Con una actitud glacial, selecciona entre los trenes que llegan a quienes pueden ser útiles para el trabajo. Calcula plazos, rendimientos, porcentajes. Junto a su amigo militar, Boris, emplea el tiempo libre de sus ocupaciones en sus asuntos con las mujeres. Pero se encapricha de alguien equivocado. Es Hannah Doll, joven esposa de Paul Doll, comandante del campo con el que tiene dos hijas. Curioso que éste, el personaje más odioso, sea a la vez el más fiel a sus perversos principios. Paul Doll es el arquetipo de la crueldad más absoluta, pero siempre podemos prever que actuará conforme a esa condición. Por miedo a que su posición se debilite, por miedo al ridículo, por traición o por venganza, es, en lo personal y en lo público, una alimaña capaz (y en esto entorno este concepto da escalofríos) de todas las bajezas, sin mostrar sentimiento ni empatía. En el polo opuesto, Szmul, sonderkommando, colaborador con fecha de caducidad que va saliendo adelante en una mezcla inquietante de instinto de supervivencia y sentido de la oportunidad. Personajes, muchos de ellos, difíciles de olvidar, y situaciones, muchas de las descritas, que se impregnan a la memoria. 

Así que la novela de Amis es útil en esa finalidad de la rememoración constante. Dicen, algunos de sus editores habituales rechazaron publicar esta novela por su crudeza. No puedo negar que hay pasajes, como el que menciono al principio, en que el lector sensible habrá de parar, incómodo, turbado, casi molesto, a valorar cómo es posible que eso sucediera hace solo siete décadas. Pero esquivar el efectismo tratando de este tema es difícil. Casi imposible. Amis no lo ha buscado, pero tampoco lo ha evitado, y nos aporta un punto de vista diferente, pero no creo que su intención sea frivolizar. Esta novela es excelente, por mucho que sepamos cómo todo se desarrolló y cómo todo acabó, Amis no da respiro, y si este recurso es demasiado socorrido o simplemente ha intentado buscar polémica en la elección del registro y el planteamiento de la perspectiva tomada, no se me ocurre otra cosa que invitar a salir de dudas y recomendar mucho, muchísimo a cualquier lector, para que le dedique media docena de horas a su lectura. Dudo que nadie vaya a quedar indiferente.

También de Martin Amis en ULAD: Aquí

7 comentarios:

Anna dijo...

Suena bien.
Amis me había decepcionado un poco con "Perro callejero"; le daré otra oportunidad.

Anónimo dijo...

A mí me costó mucho entrar en el libro, hay que darle una oportunidad porque las primeras páginas (aproximadamente las primeras 80) son bastante áridas, o por lo menos, a mí me lo parecieron. Pero sí, en general un libro muy interesante y que motiva a reflexionar. No se merece las críticas que obtuve, acerca de que trataba el tema con demasiada ligereza.

Anónimo dijo...

Francesc eres un crack. Pero tienes un fallo. Puntuas todo de muy recomendable a imprescindibles. Es cierto que vas a lecturas contemporaneas "seguras" y especialmente de Anagrama pero te falta saña! Un saludo!

Francesc Bon dijo...

Gracias por los comentarios. Gran novela, y no entiendo que se le pueda achacar frivolidad. Personajes frívolos, quizás, pero siempre en ese contexto de crueldad. Y Anónimo: intento que me gusten los libros, claro que sí, afinar el tiro es legítimo. Pero he hecho valoraciones de todo tipo, aunque he de decir que las valoraciones tibias no se me dan bien.

Anónimo dijo...

La de Karnaval me dejó tibio..

Ali dijo...

Una de las cosas que más me impactaron fue, como comentas Francesc, que las víctimas fueran un grupo indiferenciado. Porque el lector tiene ya todos, muchos, de los nombres propios y les damos su singularidad anulada por el narrador. Es cruel.

Castro Ardura dijo...

Aún no lo he leído, pero lo haré, me gusta mucho Amis. Francesc no lo hace nada mal, mantiene el tipo respecto a los otros Comentadores o "críticos" de Un Libro al Día, al menos según mi criterio. Solo comentar que Amis no es judío, lo es su esposa