Idioma original: español
Año de publicación: 2012
Valoración: recomendable
Quede claro que, con una situación social, política y económica tan caótica como la que vive el estado español, la publicación de este libro en mayo de 2012 (apenas hace un año, y la coyuntura no ha hecho más que empeorar en todos y cada uno de los campos) ya constituía una jugada editorial algo oportunista. Hasta su precio, unos asequibilísimos 5 euros en edición papel - curiosamente el mismo que los panfletitos de Héssel - a cambio del cual se ofrecen una veintena de ensayos de plumas generalmente bastante autorizadas. Es lógico que algunos gusten más que otros, y es lógico que a cada lector le gusten los más afines a sus opiniones personales.
La tónica, el leit-motiv del libro es, para mí, algo forzada: la existencia de una especie de "campaña" general orientada a que la escena cultural del post-franquismo evitara los elementos proclives a una excesiva confrontación, a través del silenciamiento u omisión de las posiciones más radicales. A partir de ahí, cada uno de los "ponentes" opta por mayor o menor concreción, por más o menos datos específicos o mayor peso del aspecto filosófico o ideológico. En su conjunto, una realidad que sí que es abrumadoramente real: en comparación a, por ejemplo, la presencia internacional de las empresas, o los triunfos destacados en disciplinas deportivas, ¿qué aporte cultural ha surgido en más de 30 años que pueda considerarse capital a nivel mundial? El libro viene a decir que sólo casos muy aislados, como pocos escritores o algunas películas, por ejemplo, de Almodóvar (ejem, obviamente no les dio tiempo a incluir la última) alcanzan ese nivel.
Se menciona adocenamiento y acatamiento de medios, voluntad unificadora y conciliadora de grupos editoriales y de comunicación, de políticas culturales públicas, de toda suerte de elementos, como si formaran parte de una campaña orquestada, cosa que, perdonad que intercale una opinión, no veo nadie capaz de tener tanta astucia como para diseñarla. En cualquier caso, por su profusión de datos y su rigor en exposición de ejemplos (tanto de omisiones lamentables como de éxitos inmerecidos), un interesante documento donde siempre se encontrarán tanto hechos poco difundidos como suficientes elementos a tener en cuenta para establecer un juicio por uno mismo. Ensayos más amenos, algunos más chirriantes y, cierto, una premisa algo sesgada en algún caso, que es algo que sí se le puede recriminar: para tanta variedad de colaboradores opinando, la sensación cohesiva en las opiniones es algo descompensada. Interesante debate, en cualquier caso.
8 comentarios:
"...como la que vive el estado español..." Estado español? Te refieres a España, no? lo siento, pero estas cosas dan vergüenza ajena en un blog que debería limitarse a la literatura.
Discúlpame, anónimo, pero ¿en dónde está escrito que este blog "debería limitarse a la literatura"?
No lo sé, Santi, pero el nombre del blog puede dar alguna pista...
Yo, la verdad, no entiendo por qué no pasa nada cuando leemos acerca del Estado francés, del Estado alemán o del Estado checo (por poner tres ejemplos cualquiera) y, sin embargo, cuando alguien dice "Estado español", resulta que da vergüenza ajena.
Siempre hay alguna crítica que esta fuera de lugar.
Si podemos opinar, y plasmar una realidad, pasada o actual, en un libro.
¿ quien dijo que no se puede reflejar en el blog ?
Si no me equivoco estas personas que hacen realidad este proyecto lo hacen sin ánimo de lucro. Vamos por amor al arte...
Que escriban libremente, mientras se pueda
Buenas: como autor de la reseña estaría muy contento si en vez de cuestiones de este tipo se hablara del contenido del libro.
En todo caso, gracias por los coementarios a todo el mundo.
Anónimo, los que escriben en este blog lo hacen voluntariamente y por lo tanto se pueden expresar como ellos deseen. Izas, me parece bien que defiendas a Francesc pero cuando alguien utiliza la expresión Estado español para referirse a España está claramente expresando su nacionalismo y esto no hace falta que lo explique yo, lo sabemos todos. Dicho esto, me gustaría aclarar que a mí me da igual, no es la primera vez que Francesc deja ver su posición política en este blog y podemos hacernos una ligera ídea de como piensa, pero aunque seguramente no me iría de copas con él, yo visito este blog cada día porque me encantan sus reseñas, escribe sobre libros interesantísimos y tiene la delicadeza de contestar a todos los comentarios. Y si le sale urticaria por escribir España pues que escriba Estado español, como ya he dicho, a mí personalmente me da igual.
Gracias por los halagos, que de verdad no se merecen. Me encanta compartir puntos de vista sobre lecturas y me encanta participar del diálogo con los que los leen. No me representa ni esfuerzo ni molestia, de verdad. Y procuro mostrar mis ideas lo mínimo, y no hacer que nadie se sienta ofendido. Es difícil, lo sé. Pero de verdad, impresionado por esas últimas frases, que son un auténtico empujón. Empujón que merecen todos los que hacen que este blog salga cada día desde de hace más de cuatro años, que yo soy un simple novato haciendo méritos (para luego echarse a dormir).
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