Año de publicación: 2009
Valoración: Decepcionante
Si
algún valor posee esta novela, radica en su propósito antes que en el
resultado. Su autor pretende servir de portavoz de una inquietud muy extendida
hoy día, la de averiguar quién nos manipula, quien coarta y amenaza en esta
sociedad hiper-tecnificada que conoce todos los movimientos casi desde antes
que se produzcan y que posee medios suficientes para impedirlos cada vez que le
plazca. He visto –y puede que me esté equivocando- la huella de Houellebecq, ciertas técnicas, contenidos y rasgos estilísticos me han recordado a los del
autor galo. Incluso, he leído la expresión partículas elementales, una sola
vez y de pasada, pero no creo que esté ahí casualmente.
Un
argumento centrado en el mundo del cine cuyo estilo, no obstante, es todo menos
cinematográfico, ya que el primer defecto que salta a la vista es su exceso de
abstracción. El autor no consigue –o no quiere- materializar su intuición y la
deja en su estadio argumentativo, sin describir actos, caracteres o entornos.
Aparte de sus larguísimas especulaciones – repetitivas y prolijas en exceso- no
existe más que un remedo de argumento y unos cuantos diálogos tan afectados que
resultan increíbles. Personalmente, no conozco a nadie que reciba a dos
desconocidos en su casa y les espete: “No
me diga que el resentimiento contra ellas le viene de los problemas con su
miembro viril”. Ejemplos como este, y mucho más cargantes, se
multiplican a lo largo de la novela. Por fortuna, las conversaciones no se
prodigan mucho. Sobre todo porque los personajes son casi intercambiables, mero
instrumento de alocadas elucubraciones, y aparecen y desaparecen sin motivo
aparente. Ferré tampoco siente empacho ninguno en introducir apresuradamente
datos que se le han escapado con anterioridad, en lugar de volver sobre sus
pasos y remediar el despiste.
Mediada
la novela, parece haber caído en la cuenta de ese exceso especulativo, ya que
se esfuerza en remediarlo introduciendo de repente enormes dosis de erotismo
gratuito, maquinal y, sobre todo, soporífero. Su táctica consiste en presentar
a las mujeres como corderitos articulados a los que se pone en marcha con la
vista, lo que no creo que suponga un aliciente para lectores de ningún tipo.
Las escenas homosexuales están, si cabe, aún más fuera de lugar. Parece que su
pretensión es contentar a todo el mundo pero no veo nada estimulante para
ningún lector medianamente exigente, y los otros han desertado antes de acabar
el primer párrafo. En el fondo, peca de una ingenuidad que solo puede hacernos
sonreír. O sonrojarnos, pero no a causa del alto voltaje sino de la impericia
narrativa, al menos en este aspecto.
En
cuanto al protagonista –y casi único personaje, pues todos los demás son
comparsas- es tan irreal, tan inconcreto y tan desvinculado de la realidad que
es imposible identificarse con él, pero tampoco suscita antipatía, esa
irrealidad suya incluso imposibilita que lleguemos a odiarle. En realidad nos
importa un pimiento su suerte, y si nos da igual lo que le ocurra a él, los
altibajos de la novela, incluido el desenlace, lógicamente, nos trae al pairo.
En
literatura, la cultura es necesaria pero no suficiente; no solo la banalidad,
también un exceso de pretendido culturalismo puede arruinar completamente un
producto. El que ha alumbrado Ferré es denso, aburrido, repleto de alusiones a
una realidad inmaterial, a complots históricos o actuales, a actitudes sin
ningún fin concreto, cuyo objetivo es demostrar algo que no solo no convence al
lector sino que ni siquiera le importa. Por otra parte, los modelos son
necesarios, incluso para saltárselos. En principio, hay que tenerlos en cuenta,
más tarde quizá pueda dejarse por el camino lo mucho o poco que creamos
conveniente. Ignorar lo que han hecho quienes nos han precedido solo conduce a la
creación de obras tan delirantes que no pueden provocar más que indiferencia.
También de Juan Francisco Ferré en ULAD: Karnaval
También de Juan Francisco Ferré en ULAD: Karnaval
3 comentarios:
Acabas de definir tu relación con la literatura: "no conozco a nadie que reciba a dos desconocidos en su casa y les espete: ..." Triste, pero cierto.
Dicho esto, poco me importa el calificativo "Decepcionante" por no ajustarse el texto a las expectativas que habías puesto en él.
Cómo logran valorarlo de "Decepcionante".
quisiera saber el o los criterios.
Gracias
Pues, Daniel, los criterios están en la reseña. Si no quieres leerla entera, los he resumido en el último párrafo.
Como supongo que no estás de acuerdo con mi valoración, te pregunto. ¿Cuál sería la tuya? ¿Por qué?
Muchas gracias :)
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