sábado, 22 de noviembre de 2025

Catherine Lacey: Nunca falta nadie


Idioma original: 
inglés

Título original: Nobody is ever missing

Año de publicación: 2016

Traducción: Damià Alou

Valoración: recomendable

Pues aquí finaliza mi (completamente) particular retrospectiva de la obra de Catherine Lacey. Como era de esperar, no ha publicado nada desde que empecé reseñando su celebrada Biografía de X, así que aún es pronto para saber si esa cuarta novela fue una confirmación de un talento en progresión o una puntual cúspide de ambición, como parece apuntar su temática y su extensión. Me ahorro valoraciones conjuntas que serían meras especulaciones sobre si es simplemente una escritora joven en progresión o uno de esos fenómenos que se desvanecen a la que una novela flojea, porque sí que he de reconocer que esto sucede con excesiva frecuencia,en un mundo editorial que está sobrecalentado en su volumen de publicación, y congelado en su potencial masa receptora. Paseaos por el transporte público de cualquier gran ciudad y observad qué concentra la atención de las nuevas generaciones. O especulad cómo se  combate con una hoja de papel escrito contra el scroll infinito. Vaya ripio, joder.

Lacey empezó su carrera con esta novela sobre una mujer joven que deja su vida, su relativamente confortable vida y se va a Nueva Zelanda, en un desplazamiento que es a la vez huida y búsqueda, y como no puede ser de otra manera en cierto tipo de novelas, esa escueta frase resume la trama y todo lo que surge de ella son causas y consecuencias. Un matrimonio que no es feliz ni infeliz, sino meramente funcional, algún eco que resuena de una tragedia íntima en el pasado. Como reza el tópico, es nada y es todo. Un planteamiento minimalista sobre el que Lacey desarrolla un ejercicio de un marcado perfil psicológico, pues Elyria (curioso nombre) se debate entre dudas y episodios de rememoración, entre angustia e inmersión en su propia personalidad, sin que la novela (la no-vela) parezca aventurarse hacia final alguno al uso, cuestión que la emparentaría con algunos otros autores en lo que yo denominaría literatura de situación.

Vista de modo retrospectivo, la obra de Lacey evoluciona alrededor de un esquema algo flexible en que sus protagonistas, siempre mujeres, aparecen de la nada en entornos extraños, no siempre amigables, escenarios a los que deben adaptarse a costa de algún tipo de sacrificio. Repito, es pronto, con cuatro novelas, para ver si Lacey llegará a la grandeza que algunos ya se han obstinado, digamos mejor empeñado, en otorgarle. Ha desarrollado un estilo propio y con Biografía de X salió a tomar aire, aunque sea retóricamente, de cierta dinámica claustrofóbica algo existencialista, de personajes que persiguen la soledad como si esta fuera la auténtica proyección de la personalidad. Leeré, por supuesto, esa supuesta quinta novela que supongo estará preparando en el futuro.

El resto de la obra de Lacey reseñada aquí

 

 

No hay comentarios: