Título original: Crooked House
Año de publicación: 1949
Traducción: Stella de Cal
Agatha Christie vuelve a estar de moda, si es que alguna vez dejó de estarlo. Quizá se deba a que en los últimos años se han vuelto a adaptar varias de sus novelas al cine -como la que ocupa esta reseña de hoy-. pero también han tenido éxito otras películas de whodunit como Puñales por la espalda (que, por otra parte, tiene bastante que ver con la novela reseñada hoy). Además, existe cierta fascinación por la desaparición voluntaria de esta escritora en 1926 y, por último, en esta época de justa reivindicación de las mujeres escritoras, su figura literaria ha cobrado nueva relevancia, más allá del favor popular, que nunca ha abandonado a sus libros.
Lo mismo ocurre con respecto a sus personajes habituales, como el peculiar Hercule Poirot o la entrañable, pero siempre certera, Miss Marple; aunque en el caso de esta novela el detective protagonista es otro: el joven diplomático Charles Hayward, hijo de un comisionado de Scotland Yard y novio de Sophia Leonides, la nieta del acaudalado y excéntrico Aristide Leonides. Cuando éste muere en circunstancias sospechosas, Charles acude junto a ella a la mansión familiar, Three Gables -la "casa torcida", literalmente, aunque el título también es una metáfora de la idiosincrasia de esa familia y la personalidad del patriarca-; allí conocerá al resto de la parentela y tratará de encontrar al culpable del asesinato de Leonides.
En fin, no voy a desvelar más de la trama, que justamente es la gracia principal de las novelas de Agatha Christie. también lo es el retrato, más o menos certero, pero siempre fascinante, de las clases alta y media británicas, con sus virtudes y, sobre todo, defectos; en este caso, su proverbial desconfianza e incluso desprecio hacia los extranjeros, por más que hayan demostrado su talento y valía. otro punto fuerte de sus novelas, y de ésta en particular, es la creación de personajes, un tanto acartonados, si se quiere, pero, sin duda, originales e interesantes, desde los rencorosos hijos de magnate difunto a la nueva y joven esposa Brenda, ex-cigarrera de cabaret o, sobre todo, su nieta pequeña, hermana de Sophia, la repelente Josephine.
Según las propias palabras de doña Agatha en el prólogo de alguna edición de esta novela, éste era uno de los libros de los que más orgullosa se sentía. También es una de mis favoritas de esta autora. Tal vez no tenga el renombre de Asesinato en Orient Express o El asesinato de Rogelio Ackroyd (no voy a decir Diez negritos... es decir Y no quedó ninguno, porque resulta un tema peliagudo), pero, sin duda, es de sus novelas más fascinantes, tanto por revelar los entresijos de la familia Leonides como por el escenario donde se desarrolla la historia, esa "casa torcida" tan expresiva y turbadora.
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1 comentario:
El factor más extravagante en todas sus obras policíacas, es que ella se dedicaba a ofrecerle toda la información para que el lector pudiera solucionar el crimen de la obra. Antes de que el detective tuviera la solución, Agatha era muy meticulosa y se aseguraba de ofrecer al lector los datos suficientes para que pudiera resolverlo por su cuenta.
Muy buen trabajo!
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