Título original: La setta degli angeli
Año de publicación: 2011
Traducción: Juan Carlos Gentile
Valoración: más que recomendable
Última novela publicada hasta la fecha en España de don Andrea Camilleri -aunque la original es de 2011-, en la que abandona su habitual escenario de la ficticia localidad de Vigatà para ambientar la acción en otra llamada Palizzolo, similar en muchos aspectos, pero con ciertas características propias:
"Pueblo de siete mil habitantes, situado justo en el centro de grandes latifundios, en 1901 Palizzolo presumía de contar con dos marqueses, cuatro barones, un duque de ciento dos años que ya no salía del castillo y un mártir antiborbónico, el abogado Ruggero Colapane, ahorcado en la plaza pública por su adhesión a la República partenopea.
Pero su mayor orgullo eran las ocho iglesias, cada una provista de un campanario y de campanas tan potentes que cuando sonaban todas juntas era como si hubiera un terremoto."
En este pueblo, en ese principio del siglo XX se desata una curiosa epidemia -no desvelaré los detalles, pero parece afectar sólo a mujeres jóvenes y guapas-, cuya explicación buscará una pareja de peculiares investigadores: el abogado y periodista Matteo Teresi y el capitán Montagnet, de los Reales Carabineros. Ambos, por una causa u otra -por anticlerical y contestatario uno, por piamontés el otro-, ajenos a las fuerzas vivas del pueblo y sus dinámicas de poder, claves en toda esta novela y que Camilleri expone, ridiculiza y deplora, por más que se trate, aparentemente, de una historia de ficción.
Digo que en apariencia porque la novela está basada, de forma más o menos directa, en un suceso similar ocurrido en la localidad de Alia y en el que también tuvo un papel destacado el auténtico Matteo Teresi, farmacéutico, abogado y luego escritor siciliano que acabó emigrando a EEUU y a quien Camilleri pretendió rendir un homenaje con esta novela. Novela que, siguiendo el característico estilo de este autor, mezcla eldrama y la denuncia -en este caso, de los abusos ha cia las mujeres y los chanchulloos propios de las clases dominantes parasortear lalegalidad y que lasrelaciones de poder en la sociedad siciliana no cambiaran-con un gran sentido del humor que hace que el libro se lea con una sonrisa casi permanente y, en más de una ocasión, a carcajada limpia. Cierto que es un sentido del humor que puede bordear lo soez (la mediterraneidad tira mucho) e incluso suena un tanto a señoro de otra época, pero hay que reconocer que eficaz es y, después de todo, supone la "marca de la casa" y un elemento imprescindible para que su narrativa resulte especialmente corrosiva.
Porque, además, a don Andrea, que Dios (o el diablo) tenga en Su Gloria, hay que perdonarle todo y más en una novela como ésta, que resulta ser de las más "sciascianas" de su producción (como dice un amigo mío, Camilleri venía a ser como Sciascia, pero en menos fino); aquí también, como en El consejo de Egipto o A cada uno lo suyo, hay un siciliano bienintencionado y abierto de mente que trata de cambiar o al menos cuestionar la sociedad en la que vive, pero la maquinaria de ésta le pasa por encima. Aquí también, como en El día de la lechuza, hay un representante de la autoridad venido de fuera que parece no entender la idiosincrasia del país, y acaba comprendiéndola demasiado bien... Y, al igual que en los libros de Sciascia, en general, pero también en los del propio Camilleri encontramos todo un panorama casi felliniano (o sorrentiniano, diríamos ahora) de la sociedad en la que nacieron y sus más conspicuos representantes: nobles, burgueses y próceres -reunidos en el Círculo del Hogar y la Familia-, mafiosos, sacerdotes, obispos, jueces, carabinieri, bandoleros, aparceros, criadas, gentes del pueblo llano... todo un sinfín de personajes que giran y se entremezclan en un carrusel, en una danza tragicómica que provoca tanto la risa como el llanto. Y viceversa.
Muchos más libros de don Andra reseñados: aquí
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