Título original: The crazy hunter
Traducción: Magdalena Palmer
Año de publicación: 1940
Valoración: Muy recomendable
Un punto de partida aparentemente inocente y bucólico que oculta una lucha larvada y feroz, una tragedia menor (o lo que casi podría parecer un incidente nimio) para representar un drama mayor. Dos planos que conviven en la narración, tres personajes y una novela breve y al mismo tiempo magnífica. Varios son los motivos:
1. La construcción de los personajes y la interacción entre ellos. Una madre castradora (palabra clave) de la que no conocemos su nombre, un padre artista y frustrado con su vida y su matrimonio (Candy) y una hija que trata de construir su propio camino (Nancy). Diálogos, miradas, silencios que dibujan las relaciones en este triángulo familiar en apenas un puñado de páginas. No hacen falta más. Todo queda dicho (o insinuado).
Madre, tú puedes tocar estas cosas, tú puedes tocar la muerte y después limpiártela de las manos con un pañuelo, y tocar el dolor sin arredrarte, pero ya no puedes abrazarme cuando estoy contigo y tengo miedo.
2. El manejo de la tensión narrativa. Un comienzo casi naif va dando paso, a través de retazos de conversación, gestos, etc, a un drama familiar que acabará estallando en un perfecto clímax final.
3. Los símbolos. Estamos en 1940 y las teorías psicoanalíticas de Freud, Jung y compañía dominan el panorama. La influencia es obvia (el caballo ciego y castrado, la madre "dominante", el sexo, etc) y es el telón de fondo de esta historia sobre la eterna lucha entre el ideal y lo "material", entre el éxito y el fracaso, entre el deseo y la realidad.
4. Los recursos narrativos. Cierta extrañeza inicial debida a la combinación de diálogo, monólogo interior y narrador omnisciente se ve superada con el paso de las páginas al comprobar su utilidad. No son fuegos de artificio sino que contribuyen de manera fundamental a la construcción de todo el entramado.
¿Y por qué no un "imprescindible", entonces? Pues por dos motivos:
1. Algunas escenas "puente", demasiado impresionistas a mi modo de ver. Entiendo el sentido que pueden tener dentro de la historia o lo que buscan, pero creo que de alguna manera rompen el ritmo y la tensión.
2. Pese a que he dicho anteriormente que la construcción de los personajes y las relaciones entre ellos están perfectamente definidas en apenas unas pocas páginas, me quedo con ganas de más, especialmente en el caso de Candy, personaje con un potencial brutal que podría haber dado (aún) más de sí.
Más allá de estos dos pequeños apuntes, "El caballo ciego" es una estupenda novela de una autora prácticamente desconocida por estos lares y que a mí me ha recordado, sobre todo por esa capacidad de construir una historia brutal partiendo de una "nimiedad", a la gran Carson McCullers.
2 comentarios:
El cazador loco (el caballo de caza enloquecido).
De acuerdo en casi todo. Ma ha gustado mucho la recomendación. Prosa hermosa, precisa, exaltada, poética, mezclada con términos religiosos. Utiliza con mucho acierto la elipsis, lo insinuado. Es una obra de texto escaso, a la vez que sensitivo, con visibilidad, brillante (frente a la ceguera del caballo). No me ha gustado el personaje de Candy, el pintor fracasado, femenino y débil, con nombre de mujer, boca, brazos, muñecas femeninas. Hay otras maneras de construir y expresar la debilidad de carácter.
El título me ha parecido horrible. En una novela en la que lo más importante es lo que no se dice, lo sugerido, en la que la ceguera es una sospecha que no se concreta hasta mediado el texto, no se debería haber cambiado “El cazador loco” por “El caballo ciego”. Es como titular a una novela de intriga “El mayordomo asesino”.
Hola! D acuerdo en lo del título y no tanto en lo de Candy. Pero sobre todo, de acuerdo en que es un muy buen libro. Gracias por comentar!!
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