Año de publicación: 2019
Valoración: Más que recomendable
Mujeres como Camila, Elisa, Romina y Sandra, espacios como el mar, el campo, el bosque, la montaña, sacrosantas instituciones como la familia o el matrimonio y situaciones a las que hacer frente como la violencia, la muerte, la enfermedad, el dolor o la angustia y la soledad.
Estos son los ingredientes de los cuatro cuentos que componen Rudas (anagrama de Duras, por otra parte), un magnífico ejemplo de la buena salud de que goza el relato latinoamericano escrito por mujeres. Y si bien hay una serie de elementos comunes con otras autoras que comparten con Brown latitud y generación, también se pueden observar algunas diferencias, como el carácter menos fantástico o el estilo más evocativo y menos efectista de la chilena.
Centrándonos en los textos de Rudas, todos ellos comparten protagonistas femeninas, escenarios naturales y estructura en la que pasado y presente se combinan para construir muy buenos personajes con apenas pequeñas pinceladas.
Este creo que es el principal mérito de la autora (y la clave de un buen relato): decir lo máximo, aunque siempre con amplio margen para la aportación del lector, con lo mínimo. Otros aspectos a destacar serían:
- El uso de metáforas y símbolos, como el ciervo de "La casa del ciervo rojo" o el zorro en la soledad de la montaña de "El lugar donde se esconden las bestias".
- El manejo de las contraposiciones para sostener los relatos.
- Las potentes imágenes que se fijan en la memoria sin necesidad de detalles escabrosos (el final de "La isla" o "El color de la tierra sin plantar").
- Los finales, contundentes pero abiertos a diversas interpretaciones "a gusto del consumidor".
En el lado no tan positivo, además de la brevedad del volumen (apenas 100 páginas que pasan volando y dejan con ganas de más), una cierta reiteración en la "arquitectura" de los relatos nos deja la duda de saber cómo se manejaría Carolina Brown en otros registros.
Lo mejor para despejar dudas será conceder una segunda oportunidad a Brown. Desde luego, con Rudas se la ha ganado.
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