Un libro al día
Cada día, una nueva reseña
jueves, 16 de octubre de 2025
Natsume Sôseki: El eco fantasmal de un koto
miércoles, 15 de octubre de 2025
Olivia Sudjic: Asylum Road
Idioma original: inglés
Título original: Asylum Road
Año de publicación: 2021
Traducción: Regina López
Valoración: recomendable
Asylum Road parece, a tenor de lo que leemos en la primera de las tres partes (cada una titulada según su emplazamiento) una novela algo estereotipada en los tiempos que corren: gente joven de un cierto perfil cultural que transita por relaciones sentimentales atenazada por la intensidad del mundo actual, por su creciente cúmulo de incertezas que amenazan la plácida existencia en el confortable mundo occidental. En este caso, Anya, que está preparando su tesis doctoral y recibe, vía el consabido anillo, la propuesta de matrimonio por parte de su novio Luke, propuesta que encaja de manera algo extraña, pues, aunque todo su entorno parece atravesar situaciones parecidas, Anya parece no encajar la expectativa de un compromiso. Toman el coche y viajan a la casa en Francia de los padres de él, un panorama que no puede mostrarse como más idílico y atractivo. Una pareja joven que consolida su relación, decide que ésta avance y lo comparte con las generaciones precedentes.
Luego van a Split, en Croacia, hogar natal de la protagonista, del cual tuvo que huir durante el conflicto de los Balcanes (sí, ese que suele servir de ejemplo de cómo ciertas grandes naciones suelen digerir fatal todo movimiento que pueda empequeñecerlas, la eterna espada de Damocles sobre cualquier conato de cualquier comunidad por ejercer su soberanía) y las intenciones son las mismas. Dar a conocer el compromiso, evocar ciertos recuerdos, revisitar ciertos lugares, recuperar el idioma materno, comprobar como a veces lo mejor que se puede hacer con los orígenes es dejarlos ahí y respetarlos desde la distancia. Esa es la parte central de la novela, como si el dicho sobre la Patria de las personas y su infancia buscara un grado definitivo de validación, y casi involuntariamente, todo ese escenario cae a plomo sobre la narración: las situaciones de la guerra, los francotiradores, los bandos cambiantes en función de la evolución, la crisis familiar y la obligada dispersión entre aquellos que se quedan porque no tienen nada que perder y los que se van exactamente por lo mismo. Y de forma imperceptible, a través de esos dos recorridos, asistimos a una erosión de la relación, que vamos a achacar a la ansiedad y la inseguridad que Anya arrastra.
Sintonizar con una novela así resulta difícil y extraño. A veces me ha parecido recordar a tantas y tantas situaciones de perfil generacional, a novelas que ya me cuesta retener (aunque las de Ottessa Moshfegh, no sé por qué, las percibo en una longitud de onda similar, como tibias en una especie de laguna de confort vital y preocupaciones existenciales), y aunque creo que, de forma aislada, leerlas equivaldría a ver ciertas series o películas algo escoradas hacia el almíbar emocional, nada puede oponerse a esta u otra en particular. Cierto recorrido narrativo, estilo correcto, referencias más o menos comunes. Aunque conservo cierto regusto algo desconfiado: me da que publicar esta u otra en su lugar ya depende más de un primer lector influyente, de algún contacto adecuado.
martes, 14 de octubre de 2025
Paco Cerdà: Presentes
Año de publicación: 2024
Valoración: Recomendable
Quede este canto como recuerdo de tantas vidas perdidas, de aquel país echado a perder.
Esta es la frase que cierra Presentes, libro de no ficción con el que Paco Cerdà continúa la senda explorada en El Peón y en 14 de abril. En esta ocasión, nos trasladamos a los últimos días de noviembre de 1939, a los 11 días y 10 noches (y 470 kilómetros) en los que tuvo lugar una de las ceremonias más inverosímiles (y mira que este país ha tenido ceremonias inverosímiles) de la historia de España, un acto megalómano y operación propagandística en el que se funden militarismo y religión. Hablamos del cortejo fúnebre de José Antonio Primo de Rivera (el Josean para los amiguis), del traslado de sus restos mortales desde Alicante hasta El Escorial.
El primer capítulo del libro es impactante. A la potencia visual y narrativa de los hechos en sí se suma el estilo que utiliza el autor: frase breve cual paso marcial, mirada poética, atmósfera tenebrosa como los cuadros de El Greco o ciertas pinturas de Goya. Y uno piensa que todo va a seguir por esa vía, que este libro va a ser una especie de Mientras Agonizo patrio montado por Leni Riefensthal, pero NO.
Porque Presentes se construye en dos planos contrapuestos: el de los presentes oficiales y el los escondidos. Porque en este libro hay mucho de memoria y homenaje, de retrato coral de unos años terroríficos. Y para ello Cerdà opta por estructurar el texto a modo de "tríptico diario": por cada día, una primera parte con el cortejo en sí y unas segunda y tercera parte en las que el autor pone el foco en personajes, anónimos o no, que de una forma u otra viven o mueren en esos días de posguerra.
No me enrollo más y paso a enumerar las que, para mí, son las principales virtudes y defectos del libro. Entre las primeras hay que hablar de:
- El ingente trabajo de documentación
- Su innegable y evidente voluntad literaria pese a su también evidente cercanía a la crónica y al documental.
- El manejo de diferentes registros y voces. Si bien siempre dominados por la prosa poética, los textos de Presentes aúnan el lenguaje barroco, encendido o arcaizante de escritores abiertamente fascistas con herramientas ligadas a la modernidad.
- La emoción que se desprende de varios de los textos. Destacan, en este sentido, Los 47, Miguelillo y Matilde.
- Cierto desaprovechamiento del ya comentado potencial visual y narrativo que tiene el propio cortejo fúnebre.
- Una leve sensación de agotamiento a medida que me acercaba al final, debido a la estructura elegida y textos quizá algo prescindibles.
- El escaso peso de lo ensayístico / analítico, en lo referente sobre todo a la construcción del mito, del vaciado del hombre y sus ideas (sean estas las que sean) y de su utilización por el régimen franquista. Sé que sería otro libro pero, una vez que se insinúa en el texto, me hubiese gustado más profundización.
lunes, 13 de octubre de 2025
2x1: Strange Houses y Strange Pictures de Uketsu
Título original: 変な家 (Henna ie)
Año de publicación: 2021
Traducción: Sandra Ruiz Morilla
Valoración: Se deja leer (a duras penas)
¿Conoce alguien a un famoso youtuber que esconde su identidad tras una sudadera negra y una máscara blanca? No, no me refiero al soplagaitas aquél que se hace o hacía llamar Un Tío Blanco Hetero (a decir verdad, no sé si aún sigue con sus patochadas sacando vídeos), sino a un "creador de contenido" japonés conocido por Uketsu, de quien no se sabe la identidad y que se dedica a contar historias de misterio, con un toque weird e incluso de terror (bueno, ya os adelante que tampoco mucho). Por lo visto su video más visto en internet fue uno (este) sobre una casa cuyo extraño plano le movía a hacer ciertas indagaciones que desvelaban el terrible secreto que ocultaba. Como buen youtuber, adalid de los medios digitales, Uketsu enseguida escribió un libro -así, a la antigua, de papel con sus tapitas, etc.-, Strange Houses, que es uno de los que se reseñan hoy en este blog y cuyo éxito llevó luego a que se hiciese una no menos exitosa película en Japón. Movido por la curiosidad ante esta supuesto hit del terror psicológico, según diversos y entusiasmados medios que reflejaron su publicación en España, este mismo año (quiero pensar que de forma desinteresada y profesional) y movido por mi vocación de servicio a los seguidores y seguidoras de este vuestro blog que confían en nosotros para una prescripción acertada de lecturas, me puse a ello y le dedique al libro unas cuantas horas de mi vida que no recuperaré jamás...
Os resumo brevemente: el narrador -se supone que es el propio Uketsu- recibe la petición de consejo por parte de un amigo que está pensando en comprar cierta casa, pero hay algo que le parece raro. El narrador, a su vez, pide ayuda a un tercer amigo, que es arquitecto y, por lo que se ve, el más espabilado de los tres. Bueno, espabilado y fantasioso, porque a partir del análisis del plano de la casa saca unas deducciones totalmente gratuitas sobre circunstancias y sucesos luctuosos que pueden haber sucedido allí. Pero fijaos que ojo tiene el tipo, de nombre Kurihara -y que también aparece en la segunda novela que reseño hoy-, que en cuanto se le ocurre una hipótesis, por disparatada que sea, ésta pasa a ser automáticamente cierta, sin que nadie plantee posibilidades alternativas ni se intente comprobar por medio de algún tipo de pruebas... el método hipotético-deductivo más riguroso, vaya. es decir, más riguroso para programas tipo Cuarto Milenio, donde si sale un locatis diciendo que los chemtrails se deben a que nos fumigan con nanobots desde aviones o que la Tierra es plana y si te arrimas mucho al borde te caes, se da por buena la teoría y santas pascuas. Pues aquí lo mismo... Para que luego el asunto acabe siendo un culebrón familiar truculento, desestimando la novela, por desgracia, algunas posibilidades más inquietantes pero también más interesantes que parecían plantearse al principio. Una lástima, aunque ya os lo digo: eso no es lo peor...
Lo peor es que el libro parece haber sido escrito por y para lectores retr... bisoños. pero que muy bisoños... (es de suponer que el público mayoritario del canal de YouTube de Uketsu sean adolescentes, pero, coño, los adolescentes no tienen por qué ser tontos del culo y menos aún los que leen). Está escrito con una prosa supersencillita -los diálogos, incluso como si se tratara del guion de una película u obra de teatro-, sin el menor intento de utilizar recursos literarios que no sean los más básicos, una repetición constante de ideas (como en los programas de true crime, para entendernos, de los que supongo que Uketsu también tiene bastante influencia) y con muchas, muchas ilustraciones de los planos de las casas de las que se habla y que se supone ocultan la clave de un terrible secreto (terrible y totalmente inverosímil, os adelanto), con todo lo que se cuenta en el texto bien señaladito no sea que los lectores y lectoras, más acostumbrados, supongo, al lenguaje audiovisual, se pierdan con tanta palabrería... La ventaja de esta poca exigencia es que la novela se lee bastante rápido y el bochorno (quizás exagero; digamos la incomodidad) dura poco.
En fin, que si buscáis una historia de misterio con su punto de horror que os vuele la cabeza o incluso una novelilla de crímenes para pasar el rato... hacedlo en otro sitio, hacedme caso, porque con este libro vais a perder, si no el dinero (yo lo he sacado de la biblio, qué os creíais), al menos seguro que el tiempo...
Nota casi final: al parecer, hay una continuación o ampliación de este libro, aún no traducido al español (por fortuna), con once planos, nada menos, de strange houses de éstas... Vamos, no lo toco ni con un palo.
Idioma original: japonés
Título original: 変な絵 (Henna e)
Año de publicación: 2022
Traducción: Sandra Ruiz Morilla
Valoración: Un poco mejor que el otro
Pues entonces, os preguntaréis y no sin razón: ¿a qué viene que hayas leído también Strange Pictures, la segunda novela del tal Uketsu? Os debo una explicación y esa explicación que os debo os la voy a dar... Debido a tres motivos fundamentales, a saber:
- Que soy más bueno que las pesetas y pensé que el amigo Uketsu, que parece buen chaval detrás de su máscara de asesino de slasher, merecía que le diera otra oportunidad, a ver si había mejorado como escritor.
- Que soy más bueno que el arroz con leche y pensé que los lectores/as de este blog merecen que haga el sacrificio de leer libros de dudosa calidad para poder advertirles de qué deben mantenerse alejados/as, por su bien.
- Que soy más bueno que... vale, que también lo había sacado de la biblioteca y ya, total, de perdidos al río... Así que me puse a leer esta otra novela perpetrada por el mismo youtuber misterioso, etc. y, mira por dónde, resulta que no está tan mal. O, en todo caso, está mejor que la anterior (tampoco era difícil). Parece que Uketsu habrá asistido a las clases de algún taller literario (
o contratado un ghostwriter más competente) porque el resultado, sin ser tampoco para dedicarle una mascletà fallera, se lee con bastante más interés y hasta agrado que en el caso anterior.
domingo, 12 de octubre de 2025
O. Henry: La senda del solitario
sábado, 11 de octubre de 2025
Hanna Nordenhök: El país de las maravillas
Título original: Underlandet
Año de publicación: 2023
Valoración: Decepcionante
A pesar de ser un lector constante durante muchos años, fui lo suficientemente ingenuo como para caer en las trampas de la publicidad. En mi defensa, las alabanzas a la obra de Hanna Nordenhök vinieron de una escritora mexicana que respeto mucho, Fernanda Melchor: “La prosa de Hanna Nordenhök combina con singular maestría la densidad de la poesía con la atmósfera febril de un cuento gótico.”
Yo, confiado, leí El país de las maravillas.
Después habría de enterarme de que existía un pequeño conflicto de intereses: Nordenhök es también la traductora al sueco de las obras de Fernanda Melchor. No es que dude de su integridad, solo que me habría tomado sus comentarios con mayor reserva.
Antes de despotricar sobre las razones de mi decepción, les platico un poco de qué va el libro.
La novela tiene diferentes POV (como dicen los chavos): una homeless que parece niña (yo me la imagino una especie de Hasbulla) se aprovecha de esa cualidad ambigua para despertar la caridad de la gente, en particular de una familia que la acoge en su casa; un joven escritor atormentado (pff) se enamora de un colega, un talento ascendente del periodismo por sus crónicas de tragedias (aunque todo lo que escribe es inventado); y una mujer que sufre una especie trastorno psiquiátrico relacionado con el embarazo y el nacimiento de sus hijas.
Como se podrá ver, las premisas pueden parecer más o menos interesantes, aunque esta novela se vende no por la trama, sino por el estilo de Nordenhök. Y ahí, precisamente, es donde la puerca tuerce el rabo.
Tengo dos razones por las que no me gustó esta novela:
No tengo nada en contra de las llamadas “novelas corales” o “mosaicos literarios”, pero en algunos casos pareciera que se usan más como un artificio para contar diferentes historias sin necesidad de una coherencia sólida entre ellas, bajo el pretexto de que, de alguna manera, tienen algo en común. En este caso, no me pareció que hubiera cohesión entre las distintas líneas narrativas. Bien pudieron haber sido cuentos independientes presentados por separado, lo que incluso habría agradecido, porque resultaría más fácil de leer.
Uno de los supuestos fuertes de la novela, o al menos así se promociona, es el lenguaje poético de la autora (al parecer tiene formación como poeta). A mi gusto, las descripciones dan más un aire kitsch que un embellecimiento de las frases. Aunque, en defensa de la escritora, sospecho que la traducción le jugó una mala pasada. Esa necedad de algunas editoriales de usar un español neutro para expandir su mercado por España y toda Latinoamérica solo ocasiona que los textos suenen como un mal doblaje.
En resumen, El país de las maravillas intenta construir un universo fragmentario y sensorial, pero se queda atrapado entre la ambición estética y la falta de cohesión narrativa. La autora parece más interesada en el fulgor de las palabras que en lo que las palabras cuentan, y el resultado es una prosa que brilla por momentos, pero que no logra sostener su propio peso. Es una obra que podría seducir a quienes disfrutan de la experimentación formal, pero que deja fríos a los lectores que buscan una experiencia emocional o narrativa más sólida.
En conclusión, culpo de esta decepción, por un lado, a Fernanda Melchor, y por otro, a la editorial y al traductor (del cual, por respeto, omito su nombre). Me reservo una opinión definitiva sobre la obra original hasta que termine de aprender sueco.
viernes, 10 de octubre de 2025
Roberto Moso: Puto boomer
Año de publicación: 2024
Valoración: Se deja leer
Roberto Moso, periodista, es más conocido (a nivel País Vasco, fuera de ahí casi nada) por haber sido el creador y frontman del grupo Zarama, uno de los precursores del llamado Rock Radikal vasco, aunque su música en realidad apenas podría calificarse como power pop. Pero en su momento tuvieron un cierto tirón entre los jóvenes que valoraban sonidos de cierta potencia interpretados en lengua vernácula, porque a decir verdad en ese terreno tampoco había mucho donde elegir. Sobre aquella aventura ya escribió en su día Moso un libro (Flores en la basura, 2004), y ahora se descuelga con este Puto boomer en el que se supone que nos hablará también de su trayectoria desde aquellos tiempos heroicos, su experiencia posterior o su perspectiva de pureta que ya ha rebasado con generosidad los sesenta.
Cuando algo se desplaza de lo que es una autobiografía hacia ese tipo de literatura nostálgica que quiere ser simpática, con un punto humorístico y otro tanto de melancólico, un poquito autoreivindicativa y con un barniz crítico pero condescendiente, cuando eso ocurre, digo, leer es como caminar sobre la arena ardiente hasta que consigues salir de la playa: te vas a quemar seguro. Quienes hemos tenido la pésima idea de leer Yo fui a E.G.B. sabemos a lo que uno se expone, recuerdos y más recuerdos con una lagrimilla asomando, que se intenta disimular (o hacer más patente, según) al envolverlos en una sonrisa complaciente. Las cenas de Navidad con los abuelos, marcas comerciales de la época, juegos en el descampado, el transistor con funda, y todo eso que nos puede venir a la cabeza.
En el caso de Roberto, dado el momento y el entorno, aparte del mundo edulcorado de la infancia tiene su espacio algo del clásico repertorio urbano (los bares y los colegas, la heroína solo un pelín) y del específicamente vasco (las manifas, policía irrumpiendo en conciertos, detenciones). Como el libro no lleva un desarrollo cronológico del todo lineal, estas cuestiones, aunque tratadas con el mismo tono amistoso, sirven al menos de asidero para mantener el libro abierto. Hay también algunos pasajes de cierto interés en el campo musical, tanto respecto de Zarama como de algunos otros grupos locales de la época (RIP y Eskorbuto, claro está), y en relación a algunos de los favoritos del autor (Ramones, Lou Reed…)
Esto, junto con algún otro apartado con algo más de entidad (la mili y el suicidio de un recluta, lo más destacable), a duras penas consigue evitar la decepción total, porque se hace difícil mantener el tipo con el tono blandito y un poco bienqueda que utiliza Moso, aunque a veces diga follar, como pasando de puntillas o ignorando del todo los asuntos más espinosos (el azote de la droga, que seguramente conoció bien en su entorno, el fanatismo político que igualmente debió ver a su alrededor, el paro galopante, la desindustrialización y la falta de oportunidades)
Los equilibrios no son generalmente fáciles. Hay quien cuenta su vida y lo hace bien, y es interesante o puede llegar a serlo. Pero hay también quien vomita autobiografías para vengarse de otros, y hay quien lo hace solo para vender. En el mundo de la música el género está especialmente maltratado, tal vez porque no abunda el talento literario, o porque las intenciones son casi siempre espurias. No creo que Roberto Moso haya tenido malas intenciones, simplemente ha querido contar cosas que quizá le son muy queridas o le parecen interesantes, y ha buscado ese equilibrio entre lo informativo, lo trascendente y lo simpático. No creo que se pueda decir que lo ha encontrado, aunque como casi siempre algo podremos encontrar entre sus páginas… poquito.