Año de publicación: 2003
Valoración: muy recomendable
Sin llegar a la sangre y la truculencia, hay que reconocer que lo metaliterario divide un poco a los entusiastas de la lectura. Hay quien lo ve un recurso fascinante, y quien lo ve una salida desesperada del autor que no encuentra más tema que hablar de sí mismo o de su utópica vida perfecta de escritor. En lo metaliterario cabe todo, desde novelas que describen su propio proceso de escritura, hasta saltos al vacío dentro de la acción hasta la pura verborrea autocondescendiente. Sí, hay que reconocerlo.
Dentro de los escritores metaliterarios, Vila-Matas sería un paradigma y este Paris no se acaba nunca es un excelente ejemplo. Un libro construido un poco desde una trama autobiográfica, revestido con el indiscutible glamour de cualquier cosa que mencione París y que, gustándome mucho como me ha gustado, no puedo negar que me reafirma en una especie de máxima que me he pertrechado: Vila-Matas parece apuntar a mejor escritor que novelista. O sea, estilo intachable, construcción magnífica, prosa de mucho mérito al servicio de una historia que no es el centro de la cuestión. No es verborrea, ojo, no es palabrería inútil sin otro sentido que lucimiento y estética, pero sí una lectura con un tono algo aburguesado y distante, algo elusiva de la carnalidad o de algún asomo de visceralidad (no es que espere que sea Bukowski, pero hablando de la experiencia de un veinteañero, echaría de menos algo más de líbido), cuestión que no sé si dividirá a los lectores o no: yo digo que recomiendo mucho, muchísimo, este libro a pesar de su tonalidad elegante, y habrá quien diga que esa es su mayor valía. Aún así, esta segunda lectura me ha revelado aspectos que no recordaba, y en todos ellos he encontrado un extraño placer: el de encontrarme incluso una novela mejor que la primera vez que la leí, hace ya unos años. Puede que la acumulación de lecturas, puede que el aprendizaje inherente a la práctica, pero donde recordaba pasajes inclinados a un cierto esteticismo ahora me he encontrado soberbios párrafos, excelente evocación y una irresistible seducción que solo soy capaz de atribuir a los que juegan en la primera división. París no se acaba nunca es una narración autobiográfica del autor escribiendo su primera novela en París, y encontrándose física u oníricamente con sus ídolos literarios. Describiendo su experiencia entre montones de anécdotas que encaja con perfección y con un estilo inmejorable. Haciendo de cada una de estas anécdotas, escenas, situaciones, cómo se les llame, piezas que encajan. Aludiendo a su condición de escritor novel con una perspectiva resuelta, irónica y admirable.
Quede claro que comprendo que esta opinión refleja aspectos contradictorios. Pero muy recomendable. Y para ello sugiero abordar este libro sin prejuicios ni pre-concepciones. No esperar de él aventuras ni montañas rusas emocionales. Limitarse a su lectura y a disfrutar de ese suave pero imparable flujo de placer donde nada sobra ni está fuera de su sitio. Comprender que no es una vacua exhibición de estilo y, una vez acabada su lectura, ser capaz de resistirse a buscar qué otras maravillas ha escrito este hombre.
Quede claro que comprendo que esta opinión refleja aspectos contradictorios. Pero muy recomendable. Y para ello sugiero abordar este libro sin prejuicios ni pre-concepciones. No esperar de él aventuras ni montañas rusas emocionales. Limitarse a su lectura y a disfrutar de ese suave pero imparable flujo de placer donde nada sobra ni está fuera de su sitio. Comprender que no es una vacua exhibición de estilo y, una vez acabada su lectura, ser capaz de resistirse a buscar qué otras maravillas ha escrito este hombre.
Mucho Vila-Matas ya en UnLibroAlDía: aquí
3 comentarios:
Acabo de terminarme esta novela, y confieso que es la primera vez que Vila-Matas ha empezado a cansarme un poco. Será porque leí El mal de Montano hace no mucho, y las dos novelas (¿novelas?) tienen mucho en común: el juego seudoautobiográfico, el cosmopolitismo, la erudición literaria... Al final, resulta un poco cansino tanto ombliguismo y tanta lluvia de nombres famosos, la verdad...
Eso sí, sigo siendo un gran defensor de Vila-Matas, me parece de lo mejorcito que tiene la narrativa española actual...
Pues a mí me ha encantado. Y tengo un cierto recorrido con el autor. Por ejemplo, es mucho mejor, dentro de su "modesta" trama, que un extraño experimento como "Lejos de Veracruz".
He leído unos cuantos libros suyos y el único que no me ha gustado, es más, diría que no hay por dónde cogerlo, es La asesina ilustrada. Curiosamente tengo entendido que es el libro que supuso su revelación. No me lo explico. Los demás me han parecido extraordinarios y con un toque de humor finísimo y delicioso.
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