Año de publicación: 2022
Valoración: Muy recomendable
La vida es una perra, adóptenla. Bizor.
Estilo directo: sin rodeos, sin adornos y sin aparentes pretensiones literarias. ¿Esto es bueno o malo? Efectivo, sí. Es como ver un accidente grabado por alguien con su celular, en contraste con una película de Scorsese. No me refiero a la calidad ni a lo que ocurre en la pantalla, sino a la intención estética. (“Me senté en la taza del baño, oriné sobre la prueba de embarazo y esperé el minuto más largo de mi vida. Positivo”).
Los temas de los relatos son variados: una chica que aborta como si nada; un cuento de formación sobre una narco junior; las aspiraciones de una inmigrante analfabeta. La intención política es clara: feminista, anti-academicista y enfocada en la visibilización de los marginados. Sin embargo, nunca presenta a sus personajes como víctimas, sino como agentes libres, con voluntad y deseos, que deben enfrentarse al infortunio o, simplemente, a las consecuencias de sus malas decisiones.
Algunos relatos son casi minificciones, con una premisa interesante y un punchline efectivo. No obstante, al centrarse principalmente en los personajes, su desarrollo a veces se siente algo apresurado. Además, las voces de los narradores en cada cuento llegan a sonar forzadas o artificiales. Me sucede lo mismo que cuando leí Falsa liebre, de Fernanda Melchor. Se pretende simular el habla de determinado grupo, pero choca demasiado con la manera de articularse y con las ideas que expresan. El tono de la mayoría de los personajes resultaría mejor con una exposición interminable de lugares comunes, al estilo de:
“Sería hipócrita de mi parte decirte que te mereces algo mejor, si conmigo lo tuviste todo. Y, así como tú me pediste que te dejara de molestar, te voy a pedir tres favores: primero, busca la verdad entre todas las mentiras; segundo, diviértete y sé feliz; y tercero, no me vuelvas a marcar, por favor. ¿Vale? Cuídate. No, maaaames, wey, ya lloré, wey.” (1)
Además, si se leen los cuentos de corrido, da la impresión de que el impulso se agota. Al perderse el shock value de los primeros relatos, la vida de los protagonistas resulta algo anodina, y el uso del slang puede parecer repetitivo y fastidioso, sobre todo para aquellos que no estén familiarizados con él (lectores fuera de México).
A pesar de esos detalles, la mayoría de los relatos son contundentes y pueden llegar a desafiar ciertas preconcepciones que tengamos sobre los marginados de un país que, por sí mismo, está jodido.
(1) Grabación vista en Youtube de un joven terminando con su novia que, al parecer, le había sido infiel.
6 comentarios:
"...un país que, por sí mismo, está jodido." JA
El comentario del libro me resulto interesante y me dieron ganas de leer estos relatos. Lo que me pareció jodido es que se tildara a México como "un país que, por sí mismo, está jodido..."
Gracias por tu comentario. Yo soy mexicano y te puedo decir de primera mano que, en efecto, está jodido. Y no lo digo solo yo, muchas personas piensan igual, incluida la escritora de este libro. La corrupción, impunidad, violencia, etc. alimentan estos relatos. Si vemos el lado amable, como los antiguos griegos, las tragedias ocurren para que tengamos cosas que cantar.
1.- El 8 de marzo escribí (aquí arribita): "...un país que, por sí mismo, está jodido." JA. Por escrito soy incapaz de expresar ciertas cosas, así es que entiendo que ese JA haya quedado totalmente ambiguo. No sé si aclare algo si digo que con ese JA quise expresar solamente una sonrisa. Claro, una sonrisa puede, a su vez, expresar muchas cosas.
2.-Yo también, al igual que AlainRD, soy mexicano, pero este blog es de lectores, de literatura y, por fuerza, también de escritores. Lo que yo digo que está jodido de por sí, son los escritores mexicanos actuales (claro, no todos). Me recuerdan a un doctor dermatólogo que solo ve en sus pacientes la caspa, la tiña, el cáncer en la piel, la lepra, el acné y varios más salpullidos y eccemas. No es que todo eso no exista y necesite curación, pero si el doctor, al referirse a sus amigos, parientes y conocidos dice: éste es un hombre con tiña, esta mujer tiene caspa y esta otra padece cáncer en la piel de una oreja y no ve al arquitecto o poeta que sí tiene tiña, ni a la joven entusiasta que está por titularse aunque tenga caspa, o la mujer entregada a sus oleos fabulosos o investigación científica, a quien se le asoma un cáncer del todo curable, yo diría, al menos, que ese doctor tiene una grave deformación profesional.
3.-Los escritores mexicanos que solo escriben sobre narcotraficantes, borrachos, funcionarios corruptos, tráfico de influencias, seres humanos sin aspiraciones, sin educación, sin esperanza, fracasos en las política públicas, lo pueden hacer y lo hacen a veces muy bien. Como dijo Santi en un comentario a Rayuela el 25 de abril de 2010, yo también daría mi brazo por escribir, con la mitad de acierto, como lo hizo Fernanda Melchor en Temporada de huracanes, pero no escribiría desarrollando un tema similar, y menos con la visión que ella adopta. Ni siquiera desarrollaría temas con el punto de vista que tuvieron Mariano Azulea en Los de abajo o José Revueltas en el Luto humano o el mismo Octavio Paz en El laberinto de la soledad y vaya que son grandes escritores. Pero si yo escribiera como ellos escriben o escribieron, con su misma visión negativa, tenebrosa o pesimista, entonces sí que yo estaría, totalmente y de por sí, jodido.
Gracias por tu comentario, David. Yo creo que escribir sobre temas trágicos, usando, como tú dices, una visión negativa o pesimista, no necesariamente implica desdén hacia aquello de lo que se escribe. Habría que preguntarle a la autora directamente sus opiniones sobre su país. A mí me parece que el uso de la ficción permite precisamente el uso de diversas perspectivas sobre una misma situación, incluso si uno mismo no lo percibe directamente. Sacar el pus puede, a veces, ser un acto de amor.
Gracias, AlainRD
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