miércoles, 1 de enero de 2020

Shūji Terayama: El hilo rojo que une el abandono

Idioma original: Japonés
Título original: Aka ito de nui toji rareta monogatari
Traducción: Marcos Jávega
Año de publicación: 1979
Valoración: Entre recomendable y está bien

Es posible que Shūji Terayama (1935-1983) no os suene. A fin de cuentas, Terayama fue un escritor, poeta, dramaturgo, director y fotógrafo de vanguardia japonés poco conocido fuera de su país natal, e incluso allí se le empieza a olvidar. El hilo rojo que une el abandono es su primer título publicado en castellano, una antología compuesta por veinte cuentos oscuros editada por Libros Walden. 

Este volumen se abre con un mini ensayo de Ameen Mettawa que resume la trayectoria, inquietudes artísticas y metodología expresiva de Terayama. A continuación tenemos un prólogo firmado por Elizabeth L. Armstrong. Ambos textos contribuyen a que nuestro interés por el escritor nipón y su obra se dispare. 

¿Están los cuentos compilados en El hilo rojo que une el abandono a la altura de dichas expectativas? Sí. No todos son igual de buenos, por supuesto, pero el regusto global que deja su lectura es más importante que la calidad individual de cada uno de ellos. El universo literario de Terayama es uno que hay que atisbar desde una visión panorámica. Sólo así se apreciarán sus obsesiones temáticas y la atención al detalle de que hace gala.   

Vamos por partes. ¿Por qué he llamado cuentos a estas historias? En primer lugar, porque se ciñen a la extensión de dicho formato. Pero, sobre todo, porque recurren a elementos característicos del mismo: registro, personajes, escenarios, intencionalidad... Aunque no os penséis que Terayama se limita a repetir fórmulas. Tampoco a homenajear a los clásicos. Ni siquiera a deconstruirlos. Si acaso, los aprovecha en tanto que materia prima; los trabaja hasta dejarlos irreconocibles, hasta conseguir que de ellos emerjan sus propias creaciones. 

En efecto, si algo hay en estas narraciones es experimentación. Su autor las compone mezclando prosa y verso, realismo y absurdo; reutiliza a ciertos personajes; esconde astutos juegos de palabras entre líneas; rompe la cuarta pared e invita al lector a interaccionar con su obra (en el plano ficcional y hasta físico)... Lo que decía, experimentación a tope. 

Me han gustado los temas barajados en estas páginas: el abandono, el amor, la identidad y la simbiosis entre lo real y lo imaginario. Temas que, como podéis ver, son muy sugerentes. Y que, afortunadamente, nunca se abordan desde un ángulo cursi o afectado, pese a que el título de la antología pueda darlo a entender; si acaso, se presentan impregnados por un fatalismo negro. 

No puedo terminar esta reseña sin elogiar a un grupo de cuentos en concreto. Me refiero a "Chutes de memoria", "Las realidades cuánticas de Kemy", "Qué será, será" y "Al escondite eterno". Todos giran en torno al concepto de la identidad y se sirven de la figura del doble de una manera novedosa y perturbadora. 

Pero bueno, ya he dicho que las ficciones de Terayama hay que experimentarlas en su conjunto, y no fragmentariamente. Así que olvidad estos trabajos sobre la identidad y entregaos a El hilo rojo que une el abandono por completo. A sus desvaríos crípticos, a sus propuestas de interacción, a su vanguardismo que todavía hoy, años después de la muerte de su autor, sigue siendo fresco e innovador. 

1 comentario:

1984 dijo...

Feliz año y felicidades por la primera reseña del año. Que se cumplan muchas más. Terayama, completamente desconocido para mí, fue hombre polifacético. Además de escritor, fue director de cine y teatro de vanguardia. Estuvo asimismo vinculado a posiciones de izquierda anarquista, lo que en el Japón debe ser la monda. Murió prematuramente, de cirrosis, como corresponde a los artistas malditos. Otro autor a descubrir.