lunes, 13 de enero de 2020

Malditas cubiertas: Mujeres Con Pamela

Existe un ámbito dentro de la literatura clásica en el que la mediocridad de las cubiertas en relación a la calidad literaria de las obras es prácticamente del 100%. O lo que es lo mismo: grandes novelas con cubiertas de pena como consecuencia de al menos una de estas tres injerencias editoriales:
 
Ignorancia
(no haberse leído la novela)
Estupidez 
(haberla leído y no haberla entendido) 
Desfachatez 
(importarle a uno tres pimientos lo que sea que esté ahí escrito)

Nos referimos sin duda a las novelas protagonizadas por ese colectivo de mujeres que no solo han coincidido en desarrollar sus conflictos en el mismo periodo histórico si no que, para mayor desconcierto, han decidido vestirse todas igual. 

El drama que concierne a todas esas damas de época, también conocidas como Mujeres Con Pamela (en adelante MCP) es que viven en la eterna dicotomía de considerarse a sí mismas únicas y efímeras como los copos de nieve cuando el resto del mundo las ve tan comunes y anodinas como los copos de avena. 


No hay más que ojear un puñado de esas cubiertas que tradicionalmente han monopolizado el mercado para hacerse una idea de la naturaleza de las MCP. La conclusión no será otra que —de ser cierto eso de que todas las mujeres son iguales—, entonces las MCP lo son todavía más. Tal afirmación está científicamente avalada, como no podía ser de otra manera, por las famosas 5 Grandes Leyes de las MCP

1. TODAS LAS MCP MIRAN IGUAL

a) A las musarañas 
b) Esperando taxi
c) De soslayo (porque son tímidas) 
d) De lejos (porque son tímidas pero padecen de las cervicales) 
e) De cerca (porque a pesar de todo lo anterior, también son miopes)
f) Y solo algunas miran con cierto hastío (se comprende que de tanto mirar). 

2. TODAS LAS MCP OCULTAN ALGO 

a) Por perfidia cochina, ya que una MCP que da la espalda es una MCP que está tramando algo.
b) Por economizar, ya que la visión parcial de la MCP remite automáticamente a su totalidad (como organismo simple que es junto con las estrellas de mar o las lagartijas). Del mismo modo que a partir de un miembro sano de MCP puede regenerarse la MCP entera. 

3. TODAS LAS MCP HACEN LAS MISMAS COSAS 

a) Coser, cuidar de la flora y de la fauna o mirar por la ventana en busca de más flora y de más fauna. 
b) Leer poemas de amor, cartas de amor y novelas de amor y, en su defecto, manuales de costura o para el cuidado de la flora y de la fauna. 
Visto así podría decirse que la vida de las MCP está exenta de conflictos pero esa sería una afirmación superficial que pasaría por alto su insatisfacción vital causada por la falta de autonomía o por el hecho de vivir en una sociedad que oprime sus deseos y limita sus horizontes. ¿Y qué deseos y horizontes son esos? los hombres, por supuesto. 

4. UNA MCP CON UN CONFLICTO ES UNA MCP CON UN HOMBRE CERCA 
Y de ahí que el fracaso en sus objetivos de conseguir o no al varón deseado impacte con suma virulencia en los delicados cuerpos y almas de las MCP

5. LA FRUSTRACIÓN ALTERA EL ADN DE LAS MCP

a) La acelga 
b) El cuervo 
c) La aspirante a novicia 
d) La hembra canina (o bitch
Cabe añadir que siempre hay excepciones a la regla y que un muy reducido grupo de MCP, en su afán por reivindicar su personalidad, han optado por suplantar personalidades ajenas: 1. Sara Montiel interpretando «La pulga maligna», 2. Chiquito de la Calzada con sus caminares ortopédicos, 3. Extras en «El cuento de la criada». 

Llegados a este punto, cabe entender la durísima disyuntiva a la que se enfrentan los editores cada vez que una novela de MCP cae sobre su mesa: 

a) Reiterarse en las mismas fórmulas aburridas, repetitivas, reiterativas, intercambiables, ajenas al conflicto particular de las protagonistas e inocuas. 

b) Explorar fórmulas nuevas con cubiertas que huyen de su esencia más intrínseca. He aquí una muestra de esas cubiertas distorsionadoras que lanzan mensajes confusos acerca de su contenido: 
1. Historia del ferrocarril, 2. Memorias de una florista, 3. Costura de supervivencia, 4. Oda a la dama que poseía una horrorosa caligrafía, 5. La exhibicionista: una biografía desatada, 6. Manual de urbanización del espacio público, 7. Tratado de ornitología exótica, 8. Accidentes en el ámbito doméstico (primer tomo de la colección «Por qué contratar un seguro del hogar»), 9. Excursionismo extremo, 10. El invitado no deseado (segundo tomo de la colección «Por qué contratar un seguro del hogar»). 
Una vez contrastadas empíricamente las determinaciones de las 5 GRANDES LEYES DE LAS MCP solo queda concluir que, efectivamente, todos aquellos editores que sostuvieron la teoría de que todas las mujeres de época son iguales y, por tanto, lo mismo da una cubierta que otra, TENÍAN RAZÓN. Por tanto, y en base al mismo argumentario, les animo a todos ellos a rebautizar automáticamente a sus perros (Boby, Toby, Kafka, Azucarillo...) para llamarlos simplemente «Perro». Y si eso les supone alguna dificultad para distinguirlos del resto, entonces les sugiero que le pongan una llamativa y frondosa pamela.

18 comentarios:

Juan G. B. dijo...

Jopé, Beatriz, nos has puesto el listón demasiado alto... ¿Ahora qué hacemos los demás?
XD XD XD

Félix dijo...

Y lo peor es que tengo la edición de Libertador de Madame Bovary. Y yo que pensaba que no era mala portada y única...XD.

Beatriz Garza dijo...

Juan, este tema hacía mucho que me rondaba por la cabeza y estaba que me lo contaba encima XD
Y aunque suene muy manido: el blog es de toood@s, y más de los que estáis siempre al pie del cañón y sin desfallecer.
Un abrazo para todos, compis.

Félix, pues es que no son portadas feas o inapropiadas porque, además, muchas veces recogen obras pictóricas de calidad. Pero cuando las analizas en general, pues eso, que se va a lo fácil. Muchas gracias por comentar.

Mireya PO dijo...

Ohhh... una de mis páginas favoritas: el comentario de las cubiertas.

Lupita dijo...

Beatriz, no hay nada que agradezca más que el que me hagan reir; sólo ya por eso, gracias.
En cuanto a la reseña, qué gran análisis, me ha encantadoo. Todas esas mujeres movidas por grandes pasiones, frustraciones y/o desdichas condenadas a ser vistas como acelgas, malas putas u ovejas que miran al infinito. Esas cubiertas han contribuido mucho al estereotipo de la literatura mema para mujeres, que tienen que entretenerse con cosas "apropiadas para ellas".

Algunos de esos libros son grandes joyas, pero quedan devaluados por la imagen de la mujer que vive sólo por y para el amor, esperando con grandes suspiros bajo la pamela.

Has puesto el listón altísimo.
Saludos y a cuidarse ;)

eduideas dijo...

Muy buena reseña, queremos ahora el análisis del contendo de alguna MCP que la cubierta nos haya hecho pasar desapercibidas. Esperemos que las editoriales lean también ULAD y reaccionen

Beatriz Garza dijo...

Mireya, me alegra que esta serie despierte tanto entusiasmo. Son artículos que nos dan más trabajo que el resto por toda la cuestión de recopilar y tratar las imágenes pero está visto que vale la pena. Muchas gracias por pasarte!

Lupita, qué bien poder arrancarle una sonrisa a los lectores, sobretodo con cuestiones que de fondo no son tan graciosas pero es cierto que el humor es un medio maravilloso de acercamiento y comunicación. Sobre la reseña en concreto, has resumido perfectamente el mensaje. Es una pena que grandes obras como esas hayan quedado por siempre etiquetadas y estereotipadas y que muchos lectores potenciales jamás se acerquen a ellas por culpa de esas cubiertas y, sobretodo, lo que significan. Un abrazo!

Eduideas, muchas gracias por comentar. No sé si no te he entendido bien pero creo que todas las novelas que menciono (y su contenido repleto de grandes, profundos y variados conflictos) han pasado desapercibidas por culpa de una estigmatización/estereotipo de sus protagonistas.

Montuenga dijo...

El humor, un recurso excelente para hacerse entender que tú manejas como nadie, ¡enhorabuena!

Emi Lee dijo...

Chapeau.

Anónimo dijo...

muy buen artículo. Una mcp como un cuadro del viejo chagall

Noemí dijo...

Hola Beatriz,

Felicidades por el análisis. Me encanta esta sección de ULAD.

Sólo quería añadir un pequeño apunte sobre "Anna Karenina" y la "historia del ferrocarril". Me ha llamado la antención en particular porque es una de mis novelas favoritas. En este caso, me parece una buena idea poner un tren en la portada de la novela, porque el ferrocarril se convierte en un motivo central de su argumento. No sólo porque organiza el espacio de la narración (la línea entre Petersburgo y Moscú) sino porque también es un elemento simbólico central. El tren se convierte en el destino trágico de la protagonista: por lo que respecta a su desenlace al final, obviamente, presagiado con anterioridad por la muerte accidental del empleado ferroviario. Pero además, es también un destino trágico en el sentido más clásico: una vez ha conocido a Vronski por primera vez, Anna huye a su casa en tren para evitar caer en el adulterio (trata de huir de su destino) y es Vronski quien la sigue en el mismo tren y se declara a ella por primera vez (se produce la fatalidad).

Por eso no me parece descabellado poner un tren en la portada; por lo menos es una opción mejor de entrada que la dama-acelga. Tenía que decirlo porque me encanta esta novela.

De nuevo, felicidades por el artículo y gracias a ti y a tus compañeros por el trabajo que estáis haciendo en ULAD. Creo que nos alegráis el día a mucha gente.

Beatriz Garza dijo...

Montuenga, muchas gracias. Afortunada de tener interlocutores a la altura.

Emi Lee. Muchas gracias por pasarte!

Anónimo. Gracias por comentar!

Beatriz Garza dijo...

Noemí, muchas gracias por tu aportación y por tus ánimos. Saber que hay personas que nos seguís con tanta fidelidad es motivo suficiente para no perder la ilusión en este proyecto.

Lo que me comentas sobre las últimas cubiertas que aporto en el artículo era algo que me estaba temiendo ya que lo hacía en tono irónico pero al leerlo una vez publicado me pareció que no quedaba del todo claro. Todas esas cubiertas tan diferentes entre sí y tan alejadas del retrato de MCP son para mí un acierto: el tren en "Anna Karenina" es, como tú bien apuntas, un elemento fundamental, pero también el fuego (literal y metafórico) en "Jane Eyre" o el paisaje agreste y temible en "Cumbres borrascosas". Lo hice como un ejercicio que demostraba que había otras maneras de ilustrar esas obras sin caer en los clichés.

Gracias por tu comentario porque creo que le puede haber servido a muchos otros lectores del blog.

Noemí dijo...

Gracias por la aclaración. Capté el matiz irónico, pero no comprendí la intención que había detrás. De nuevo, gracias por el trabajo que lleváis a cabo.

Juan G. B. dijo...

Hola otra vez.
Pues a riesgo de manexplainear o como se diga, aprovecho a mi vez para comentar que al menos una de las cubiertas con MCP no me parece tan mal puesta; en concreto me refiero a una de las mujeres esperando un taxi, que ilustran las ediciones de "Madame Bovary" y "Retrato de una dama". Se trata del cuadro "Madame X", de John Singer Sargent, que fue censurado en el salón de París de 1884 por tener demasada carga erótica (hay que explicar que, además del generoso escote del vestido, en principio uno de los tirantes estaba caído sobre el hombro, algo que luego corregiría el pintor, en aras de la moralidad imperante). Es decir que, aunque sea por cierta analogía en el escándalo que produjeron, no queda mal para la cubierta de la obra de Flaubert. De la novela de Henry James no digo nada, porque no la he leído...
saludinhos.

Beatriz Garza dijo...

Juan, no lo veo PARA NADA!

En primer lugar, solo el hecho de que Emma Bovary e Isabel Archer puedan representarse del mismo modo ya significa que algo no anda bien, en algunos aspectos son hasta contrarias. Precisamente una de las cosas que pretendía mostrar con el artículo es que la cubiertas unifican, etiquetan y simplifican personajes y conflictos que son únicos. Si Anna Karenina y Elizabeth Bennet fueran iguales o muy parecidas, una de las dos no formaría parte de los clásicos de la literatura.

En segundo lugar, el cuadro que mencionas representa la faceta lúbrica/sensual de una mujer. El cuadro es precioso, sin duda, pero si lo utilizas para representar a la protagonista de una novela debería ser porque la protagonista se rige por un fuerte temperamento sexual y una sensualidad remarcables (como, por ejemplo, Cora de "El cartero siempre llama dos veces"). Que Emma Bovary sea infiel o que Isabel Archer tenga ideas progresistas o feministas no significa necesariamente que sean mujeres muy sensuales o con un fuerte temperamento sexual. Eso es lo que se quiere que pensemos para que compremos la novela.

Lo de que tanto las "fechorías" de Madame Bovary como el cuadro que mencionas sean sinónimo de escándalo te lo compro pero por los pelos. Igualmente pienso que resulta forzado y confuso. Por lo que puedo recordar de mi lectura de Madame Bovary, esa mujer no estaba cachonda, lo que estaba es aburrida.

No lo veo, no lo veo. De todas formas, el debate siempre es bienvenido.

Juan G. B. dijo...

Hola de nuevo:
Aceptando tu argumentación, quiero aclarar que cuando hablo de "analogía en el escándalo" no me refiero al carácter de estas obras o sus protagonistas femeninas, sino a que, lo mismo que el cuadro fue censurado por las autoridades académicas, tanto Flaubert cono el director de la revista literaria en la que apareció su novela fueron llevados a juicio por la fiscalía francesa a cuenta de la supuesta "inmoralidad" de la misma... Vamos, como si estuvieran en la España del siglo XXI... aubque ellos fueron declarados inocentes.
Un saludo.

Beatriz Garza dijo...

Juan, tienes razón, no había entendido bien a qué te referías con lo de "escándalo". De todas formas, cogido por los pelillos... ;P