Título original: Barataria
Año de publicación: 2012
Valoración: está bien
Cuando Cervantes escribió El Quijote, dudo mucho que imaginase que algún día su obra iba a inspirar a un escritor de una lejana isla del Caribe, cuatro siglos más tarde, para escribir una sátira política sobre la situación de su país, Puerto Rico, y su ambigua y conflictiva relación con los Estados Unido. Pero así es. Y tan mal no lo ha debido de hacer Juan López Bauzá, porque su obra ganó el Premio Las Américas de 2013 frente a escritores con más nombre internacional como Juan Villoro o Jorge Eduardo Benavides.
Desde luego, Barataria es una novela cervantina, o mejor, quijotesca desde el propio título. A nuestros lectores, que son gente leída, no hará falta recordarles que Barataria era el nombre de la "ínsula" que Don Quijote prometía a Sancho durante buena parte de la obra, hasta que finalmente los duques se la conceden con afán de burla, y Sancho se convierte por fin en un gobernador sorprendentemente prudente.
Pero el título no es el único elemento cervantino, claro: también lo es, y mucho, su protagonista, Pedro Umir Campala Suárez, alias 'Chiquitín', un veterano de la guerra de Vietnam con dos obsesiones contradictorias: por una parte, rescatar las reliquias arqueológicas del pueblo taíno, los antiguos moradores de Puerto Rico antes de que pasase a ser Puerto RIco; y por otro lado, enfrentarse a los independentistas que quieren romper todos los lazos con Estados Unidos. (Chiquitín es, por su parte, un acérrimo anexionista y admirador de todo lo que sea estadounidense, desde la economía o la política hasta los puestos de comida rápida yanqui). A partir de su segunda salida (otra vez, como en El Quijote) se le une otro personaje, su particular Sancho, que en este caso es un afropuertorriqueño delgado y peludo llamado Margaro.
Y la novela, a partir de este momento, es eso: Chiquitín y Margaro, con su bicicleta-carretilla, de aventura en aventura por Puerto Rico (bueno, por la zona de Ponce más bien), intentando encontrar el Guanín Sagrado (un supuesto artefacto mágico taíno) y encontrándose por medio con policías corruptos, fábricas abandonadas, enfrentamientos políticos entre independentistas y anexionistas (que a la manera de los duques intentan aprovecharse de las locuras de Chiquitín)... Y en medio, también como en el Quijote, hay mucho, muchísimo diálogo entre los dos protagonistas y sus distintas maneras de encarar la vida: idealista Chiquitín (siendo el Ideal los EE.UU., claro) y materialista y pragmático Margaro. Y bastantes palizas para el pobre Chiquitín
Barataria es dede luego una curiosidad literaria, que demuestra la vitalidad del Quijote para encarnarse en otras literaturas, en otros contextos y con otros fines; son muchas las escenas que López Bauzá aprovecha del texto cervantino, como por ejemplo el "donoso escrutinio" (transformado aquí en la destrucción de los aparatos arqueológicos de Chiquitín) o el descenso a la cueva de Montesinos, en la que aquí intervienen los efectos de las drogas alucinógenas. Es también un panorama crítico y bastante desolador de la situación de la isla de Puerto Rico, en la que parece que hay que elegir entre lo malo y lo peor y en la que no queda muy claro si son peores los anexionistas o los indepentistas.
Pero Barataria también es una novela de 900 páginas (aunque se publique en dos volúmenes, realmente es una única novela), y hace falta ser muy bueno o tener mucho que contar para que el interés se mantenga durante 900 páginas. A mí, la verdad, la segunda mitad se me hizo larga, y los diálogos entre la pareja protagonista llegaron a cansarme, por mucho que estén aderezados de malentendidos, refranes y palabrotas de Margaro. Tiene mérito el empeño, tiene mucho interés la propuesta narrativa y política, pero como obra de disfrute, con el primer tomo me llegaba.
Eso sí, a los estudiosos que trabajen sobre la vigencia del Quijote en el siglo XXI, les convendría hacerse rápidamente con un ejemplar...
el
Guanín Sagrado, “emblema de potestad máxima del cacique principal de
Boriken, visto por última vez sobre la caja del pecho de Agüeybaná II,
el Bravo, hace poco más de quinientos años” (13). - See more at:
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2 comentarios:
¿No es La Española la isla que alberga a Rep. Dominicana y Haití?
Tienes razón, qué despiste más gordo... Ya está corregido.
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