Año de publicación: 2007
Valoración: Muy recomendable.
Mario Cuenca Sandoval resultó ganador del Premio Andalucía Joven de Narrativa en el año 2006 con Boxeo sobre hielo. Fragmentos de la misma serían incluidos en la antología Mutantes: narrativa española de última generación (2007). Pese a que Cuenca Sandoval cuente con un libro posterior (El ladrón de morfina, 2010) al que aquí nos ocupa, estamos ante una novela notable que merece ser tenida en cuenta.
Pese a su título y los capítulos iniciales sobre el boxeador Loco Larretxi, lo que parecía una historia sobre boxeo pronto se convierte en un relato alucinado de los últimos años del Franquismo. A ello contribuye el ambiente psicodélico y underground en que el autor enfrasca a sus personajes: internacionales del partido Trotskista, música de los 60 y ácido lisérgico con sus respectivos manifiestos alentando al consumo. Como ya declaró el autor en su día, el deporte en cuestión no le interesa más allá de su aspecto estético y por ende pasa a segundo plano en la novela. Lo realmente importante en Boxeo sobre hielo son los descensos al infierno que experimentan sus personajes, cayendo constantemente como si luchasen sobre el hielo. La locura de ‘el Loco’ Larretxi es extravagante y mesiánica. La de Margot, mujer del Loco y pianista, es una locura introvertida, no por ello menos brillante.
El collage narrativo es el recurso utilizado para canalizar la demencia. Esto sirve a su vez para introducir las divagaciones filosóficas y artísticas del narrador, Mikel Larretxi, hijo del Loco y Margot. Aunque del mismo modo en que resulta un aliciente, también se convierte en una de las fallas. Si bien los capítulos sobre el explorador Heyerdahl o el filólogo Milman Parry se asemejan a las dinámicas demenciales de los personajes – debido a lo absurdo o lo elevado de sus proyectos –, la sensación es que no están totalmente ensamblados con la narración. Me confieso fan del cut-up, pero en Boxeo sobre hielo ciertos fragmentos no logran superar la categoría de anécdota y pasar a integrarse en el paisaje propio de la novela.
La última locura a la que asiste el lector es la del narrador. Ya en la época actual, Mikel Larretxi se embarca en un viaje por Europa en busca de su madre y acaba confeccionando una anti-guía de las ciudades de Europa, en lo que constituye una reflexión sobre la decadencia de la cultura y sociedad occidental (“No visiten París. No es la ciudad del amor, sino de la violencia y la soledad”, pág. 144). He de decir que esta obra me ha recordado algunos elementos de la literatura de Paul Auster. Aunque soy consciente de que tratándose de motivos recurrentes en la literatura bien podrían atribuirse a otros autores. Por ejemplo, el esquema psicológico ‘crisis-decadencia-salvación’ que se sucede en bucle (como en Moon Palace, 1989) o la inmersión, y subsiguiente vaciado identitario, del individuo en la ciudad (como en The New York Trilogy, 1985-1986). Del mismo modo, como lectores, la fuerza de la narración consigue hacernos experimentar, previa rendición incondicional, una inmersión forzosa en la novela.
También de Cuenca Sandoval en ULAD: Los hemisferios
Firma: Paulo Kortazar
1 comentario:
No he leído nada de Sandoval pero parece interesante, me lo apunto¡
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