martes, 31 de enero de 2012

Francesco Pacifico: La historia de mi pureza


Título original: Storia della mia purezza
Idioma original: italiano
Año de publicación: 2010
Valoración: recomendable

Piero Rosini pertenece a una adinerada familia italiana. Tiene 30 años, está casado, tiene tres hermanos mayores que él y nada en común con ninguno de ellos, ni siquiera con sus padres. Militante del catolicismo conservador más extremo, ha escogido llevar una vida llena de privaciones (vive en el extrarradio de Roma, trabaja a cambio de un mísero sueldo en una editorial católica y ha renunciado a cualquier tipo de placer, incluido el sexo), mientras critica y aborrece el estilo de vida que llevan sus parientes, de mentalidad liberal y más abiertos a disfrutar y a vivir como se les antoja, sin preocuparse demasiado en ganarse el cielo.

Aunque son sus profundas convicciones religiosas las que dominan su vida, éstas se verán cuestionadas cuando, una noche, se descubre obsesionado por los pechos de su cuñada, una joven que es la encarnación de la virginidad y la virtud. Martirizado por estos sentimientos y estresado debido a un polémico libro que la editorial para la que trabaja va a publicar en breve, decide irse a París una temporada a aclarar sus ideas. Sin embargo, las nuevas amistades que entabla en la capital francesa y la nueva vida que tiene que llevar allí harán que todo su sistema de valores se tambalee.

Y no, no es que Piero llegue a París y se líe con todo bicho viviente y de repente se vuelva anticatólico o antirreligioso o ateo. Ni mucho menos. Pero las reflexiones que realiza nuestro protagonista, de las que somos testigos a medida que su mundo interior se hunde y se reconstruye (curiosamente, en la ciudad del pecado por excelencia), son dignas de admiración. Pacifico no deja títere con cabeza en esta novela: ni religiosos, ni antirreligiosos, ni católicos, ni judíos, ni modernos, ni clásicos. Todos tienen algo que esconder y algo que ofrecer. Todos están perdidos en un mundo que ya no es de nadie y cada uno intenta salvarse como puede.

¿O no? ¿Y si realmente nadie intenta salvarse? ¿Y si lo único que cada uno quiere es fastidiar al de al lado? ¿Y si nadie sabe en realidad qué es lo que quiere? ¿A qué tenemos que aferrarnos, entonces? A través de un personaje ciertamente antipático –y no por sus ideas religiosas, que nadie me entienda mal, sino por lo retorcido de su pensamiento–, Pacifico nos cuenta una historia de fe, intransigencia y obsesiones, pero también de huídas hacia adelante, donde queda patente, una vez más, lo frágil y asombrosamente irónica que puede resultar ser la existencia.

3 comentarios:

Montuenga dijo...

¡Qué interesante!

Miss Forty dijo...

Un día, un libro... Y es de verdad, parece. Un trabajo encomiable.

Lectora apasionada, enamorada de los libros que trato como una colección.

Enhorabuena por vuestro blog. No veo cómo hacerme seguidora para veros en mi lista de lectura del mío..

Aceptáis colaboraciones, me ha parecido?.

Elecciones Mexico dijo...

Un excelente recomendado, de verdad que es un libro realmente interesante y productivo.