Idioma original: inglés
Título original: The Humbling
Año de publicación: 2009
Valoración: Se deja leer
La verdad, he estado tentado a no escribir esta reseña, porque últimamente reseñas no nos faltan y con tanto libro bueno que hay para comentar, para qué hablar de libros decepcionantes como este. Pero al final he pensado que qué demonios, también hay que avisar a los lectores cuando los grandes de la literatura escriben cosas que no valen la pena. Para que, si se fían de nosotros, eviten gastar su tiempo y su dinero...
Porque, sí, La humillación no me ha gustado, por dos motivos: porque no me parece que está bien desarrollada, y porque la trama central del libro me parece ridículamente simplista y hasta insultante desde el punto de vista de la representación de la mujer y de la (homo)sexualidad.
Empezamos por lo primero: La humillación es, como muchas de las últimas novelas de Roth, una reflexión sobre el envejecimiento, la decadencia física y el agotamiento creativo (precisamente ahora que el escritor ha anunciado que no va a publicar más novelas). El personaje protagonista es un actor prestigioso, especialista en Shakespeare, que de pronto descubre que no sabe actuar, que ha perdido su instinto y su naturalidad encima del escenario.
A partir de esta idea, qué duda cabe, un gran autor podría haber escrito una gran novela; pero no, Roth abandona esa idea casi completamente y se centra en la relación del protagonista con dos mujeres: Sybil, una paciente del hospital psiquiátrico donde está ingresado, y Pegeen, una mujer lesbiana (o, habría que decir más propiamente, bisexual) con la que comienza una relación amorosa. Pero en ninguno de estos elementos hay profundidad o desarrollo, ni siquiera sorpresa o imaginación: da la impresión de que el escritor, como su protagonista, ha perdido la vena creativa y se dedica solo a repetir lo que ya ha escrito (y mejor) en novelas como Elegía o El animal moribundo, entre otras. No es que sea una novela mal escrita, solo faltaba que a estas alturas dijéramos que Roth escribe mal, pero la verdad, no añade absolutamente nada a su obra ni a nuestro conocimiento del mundo.
El otro elemento es el tratamiento de las mujeres y de la homosexualidad en el libro. En realidad, da la impresión de que aquí Roth está poniendo en palabras una muy repetida fantasía masculina: la de que el amor (y una buena polla) pueden "curar" el lesbianismo y transformar una "anomalía sexual" (como el propio personaje se define a sí mismo, entre risas) en una mujer como debe ser, "femenina". Todo el segundo apartado de la novela, "La transformación", trata precisamente del proceso mediante el cual el actor convierte a Pegeen en "una mujer que le pudiese gustar a él, en vez de una mujer que pudiese gustarle a otra mujer" (Traducción mía). Y Roth no parece ver ningún problema en ese proceso, ni en que de repente a todo el mundo le guste más la nueva Pegeen porque es más "normal".
Ahora está en proceso de filmación una película basada en esta novela, con Al Pacino en el papel protagonista y una actriz notablemente más joven que el personaje de Pegeen en la novela. Esto hace prever que la película solo acentuará todavía más la visión de la mujer (lesbiana) como alguien indefenso, inexperto y que necesita ser "transformada", "normalizada" por un hombre maduro. Pero a lo mejor me estoy adelantando a los acontecimientos...
También de Philip Roth en ULAD: Indignación, El animal moribundo, La conjura contra América, Elegía, La mancha humana, Némesis, Pastoral americana, El lamento de Portnoy, Engaño, Goodbye, Columbus
No hay comentarios:
Publicar un comentario