miércoles, 15 de octubre de 2014

Jim Thompson: El asesino dentro de mí

Idioma original: inglés
Título original: The killer inside me
Año de publicación: 1952
Traductor: Galvarino Plaza
Valoración: recomendable

Si se me permite comenzar con una expresión bastante tópica y manida, diré que esta novela es Jim Thompson en estado puro. Quienes hayan leído antes más libros de este autor, ya me habrán entendido; a los que no lo hayan hecho, les explicaré lo que significa: sexo bastante explícito, violencia aún más explícita y -en especial en este caso- sexo y violencia explícitamente juntos (no está mal, para haberse escrito en los años 50 del siglo pasado).

Y, sobre todo, significa una buena ración de sentimientos y deseos más que oscuros, en lo más profundo de la Norteamérica más profunda. Lugares con personajes como Lou Ford, el protagonista de esta novela, el ayudante del sheriff de una pequeña ciudad petrolera del Oeste de Texas, un tipo de lo más normal y puede que hasta característico de aquellos lares. Pero como explicaba, al parecer, el mismo Thompson: "Hay 32 maneras de contar una historia y yo las he usado todas, pero sólo hay una trama: las cosas no son lo que parecen". Y así resulta que Lou, bajo una apariencia afable y hasta cachazuda, esconde a un asesino en latencia que, a partir de su relación con una prostituta, desata su impulso homicida. La historia está contada, además, por el propio asesino, que nos va explicando sus motivos y razonamientos (torcidos, como puede suponerse, pero con su propia lógica), sus planes, preparativos, ejecuciones inexorables... no diré que de esta forma se llegue a sentir empatía por el protagonista, cosa que resulta harto difícil, pero sí se entiende lo que dice otro de los personajes, un abogado: una amapola puede verse como una mala hierba o una flor, dependiendo de si se encuentra en un trigal o en un jardín...

Tal vez el propio Thompson se sentía un poco como esa amapola: tras una infancia alborotada, fue, entre otras cosas, vagabundo, botones de hotel, obrero, bracero en un oleoducto, contrabandista de alcohol, universitario, comunista ocasional, reportero, guionista de cine... y siempre escritor, que puso en sus relatos buena parte de su azarosa biografía. Al igual que en este personaje de Lou Ford podemos encontrar elementos de la figura de su padre, que fue sheriff de un pueblo de Oklahoma hasta que huyó por malversación de fondos públicos, para luego probar fortuna en el negocio petrolero... precisamente en el Oeste de Texas. El protagonista de esta novela resulta ser también el reverso (o más aún: el antecesor, puesto que El asesino dentro de mí es anterior) de otro personaje emblemático de Thompson: el sheriff Corey de 1280 almas. Pero lo que en ésta última es humor y socarronería (aunque no del todo, como sabrá cualquiera que la haya leído), en la primera es oscuridad e inclemencia. Aquí asistimos, sin poder -y quizás sin querer- evitarlo, al precipitarse en su propio abismo (llevándose a quien pueda con él, eso sí), de un pobre tipo enfermo o de un asesino despiadado, según se mire... O de ambas cosas a un tiempo, como suele ser frecuente.



También de Jim Thompson en ULAD: Los timadores1280 almasHijo de la ira

7 comentarios:

Enrique Hormigos dijo...

Una novela potente, como todas las de Thomson, diría yo (y no es que el hombre necesite echar mano de la violencia salvajuna para serlo; de hecho, en una de mis favoritas, titulada "Texas", no muere nadie -aunque algunas hostias se escapan de vez en cuando), considerada por Kubrick como una de las mejores descripciones del alma de un asesino que se habían escrito nunca.

De hecho, llegó a comprar los derechos del libro, aunque nunca se llegó a lanzar (seguramente por no tener que volver a colaborar con Thompson, que ya le habia echado mas de una manita con The Killing y Paths of Glory, pero que le acojonaba personalmente cosa mala).

Existe una versión bastante reciente, dirigida por Michael Winterbottom, bastante conseguida (genial idea dar el papel protagonista a un actor tan aparentemente anodino como Casey Affleck, que lo clava), aunque como bien sabe cualquiera que lo haya hecho... a Jim Thompson hay que leerlo.

Saludos.

Juan G. B. dijo...

Hola, Enrique:
Gracias por tu comentario, y, sobre todo, por tus interesantes aportaciones, que enriquecen esta reseña. Así da gusto... ;)
Sobre la valoración que haces acerca de la novela, no puedo estar más de acuerdo. Y todavía más en que a Jim Thompson hay que leerlo. de hecho, te anticipo que éste no será el último libro de Thompson comentado en este blog.
Un saludo

Enrique Hormigos dijo...

Hola, Juan.
Enhorabuena: entre unas cosas y otras, hacia tiempo que no os visitaba y la verdad es que vuestro blog es incluso mejor de lo que recordaba (que ya es decir).

Como siempre, un placer leeros.

Saludos Thompsonianos de un adicto a cualquier historia bien contada.

Juan G. B. dijo...

Hola otra vez y gracias de nuevo.

pipo dijo...

He intentado leerla en dos intentos y voy por la mitad. Es,como decirlo, una lectura desagradable y a mi me cuesta mucho leerla. Me gusta la novela negra, pero tan "negra" no.Gracias por iluminarnos el camino.

Juan G.B dijo...

Hoña Pipo:
Gravias a ti por seguir nuestra "luz", en todo caso. Y sobre esta novela, yo ya avisé, y eñ que avisa no es traidor, ¿no? ; )
Un abrazo

Héctor González la Cruz dijo...

Hola!

Amigos, una pregunta, ¿alguno de ustedes podría hacerme llegar este libro (PDF o cualquier otra forma digital) a mi correo electrónico?

Es que en mi país, Venezuela, no hay forma de encontrarlo.

Espero no estar molestando. Saludos.