Año de publicación: 2008
Valoración: imprescindible para adeptos
muy recomendable para profanos
Me voy a ahorrar la repetitiva parrafada inicial sobre si la figura de Bolaño está magnificada o no. Aunque añadiré que el mito de Bolaño no ha hecho otra cosa que bien a la literatura. Sea exagerado o no, mucha gente ha acudido a su lectura por curiosidad, a ver si esos elogios superlativos estaban justificados.
En todo caso, ¿qué autor de las últimas décadas ha acaparado tal volumen de polémica y de comentarios sobre su obra posteriores a su desaparición? No sé si un Bolaño al que la enfermedad no le hubiera costado la vida, hace 10 años, hubiera acabado de tertuliano, o de ermitaño a espaldas del mundo o llenando aulas como profesor de literatura en alguna universidad ignota.
Junto al extraordinario libro de entrevistas de Andrés Braithwhite, este magnífico Bolaño salvaje, compilado con excelente criterio por Edmundo Paz Soldán y Gustavo Faverón Patriau, supone un potente gancho no solamente para el lector entregado sino también para todo aquel interesado en la literatura y en las diversas interpretaciones que las grandes obras suscitan.
¿Y podemos afirmar que Bolaño sea, a diez años de su desaparición, tan influyente? La respuesta es un contundente sí. Se pueden escribir más de 500 páginas sobre su obra, y algunos de los ensayos podrán excederse en erudición y en encono en esa agotadora búsqueda de terceras y cuartas lecturas, pero para el lector, y más cuando surgen los numerosos excelentes párrafos que se extraen como ejemplos, el resultado es el mismo, que no es otro que disfrute. Disfrute al comprobar que a opiniones más doctas les impresionan las mismas palabras. Disfrute al descubrir nuevas interpretaciones. Disfrute al encontrar hallazgos en los que no se ha reparado en primeras lecturas. Por más que seamos conscientes de que el chileno también tiene sus detractores, no soy capaz de imaginar a nadie medianamente interesado en la literatura que sea capaz de cerrar este libro y se resista, aunque sea por mera curiosidad, a lanzarse con voracidad a la investigación de su obra. Sin que esto sea uno de esos libros solamente para fans, una especie de tratado que entroniza y niega ciegamente defectos. Sus momentos de menor inspiración también son puestos de manifiesto. Y aunque alguno de los ensayos se alargue o remita a lugares comunes a otros, el efecto no es reiterativo en absoluto: el acercamiento es personal, está, en los casos en que los ensayistas son escritores del entorno personal del autor, exento de factor emocional que enturbie el juicio, y el resultado desprende, en su conjunto, justo lo que se necesita en estos casos; obtención de un conocimiento en profundidad, y enormes ganas de acudir a lecturas o relecturas. Sensación más cercana al estudio científico fundado que al panegírico o a la necrofilia.
Y de regalo, 40 minutos en un DVD donde su viuda y algunos de sus amigos (nada, Vila-Matas, Juan Villoro, Rodrigo Fresán) disertan, sin la mínima deriva lacrimógena, sobre su persona, sus manías, sus últimos días y sus obsesiones como escritor, como lector, como conversador.
Junto al extraordinario libro de entrevistas de Andrés Braithwhite, este magnífico Bolaño salvaje, compilado con excelente criterio por Edmundo Paz Soldán y Gustavo Faverón Patriau, supone un potente gancho no solamente para el lector entregado sino también para todo aquel interesado en la literatura y en las diversas interpretaciones que las grandes obras suscitan.
¿Y podemos afirmar que Bolaño sea, a diez años de su desaparición, tan influyente? La respuesta es un contundente sí. Se pueden escribir más de 500 páginas sobre su obra, y algunos de los ensayos podrán excederse en erudición y en encono en esa agotadora búsqueda de terceras y cuartas lecturas, pero para el lector, y más cuando surgen los numerosos excelentes párrafos que se extraen como ejemplos, el resultado es el mismo, que no es otro que disfrute. Disfrute al comprobar que a opiniones más doctas les impresionan las mismas palabras. Disfrute al descubrir nuevas interpretaciones. Disfrute al encontrar hallazgos en los que no se ha reparado en primeras lecturas. Por más que seamos conscientes de que el chileno también tiene sus detractores, no soy capaz de imaginar a nadie medianamente interesado en la literatura que sea capaz de cerrar este libro y se resista, aunque sea por mera curiosidad, a lanzarse con voracidad a la investigación de su obra. Sin que esto sea uno de esos libros solamente para fans, una especie de tratado que entroniza y niega ciegamente defectos. Sus momentos de menor inspiración también son puestos de manifiesto. Y aunque alguno de los ensayos se alargue o remita a lugares comunes a otros, el efecto no es reiterativo en absoluto: el acercamiento es personal, está, en los casos en que los ensayistas son escritores del entorno personal del autor, exento de factor emocional que enturbie el juicio, y el resultado desprende, en su conjunto, justo lo que se necesita en estos casos; obtención de un conocimiento en profundidad, y enormes ganas de acudir a lecturas o relecturas. Sensación más cercana al estudio científico fundado que al panegírico o a la necrofilia.
Y de regalo, 40 minutos en un DVD donde su viuda y algunos de sus amigos (nada, Vila-Matas, Juan Villoro, Rodrigo Fresán) disertan, sin la mínima deriva lacrimógena, sobre su persona, sus manías, sus últimos días y sus obsesiones como escritor, como lector, como conversador.
5 comentarios:
¡Qué alivio!
Me habré leído unas 9 o 10 novelas de Bolaño. Y es que éste hombre engancha. Su literatura es apabullante. Así que voy a ver qué tal.
Por si quieren echar un vistazo a mi nuevo blog sobre libros :) Felices fiestas! http://papelyletras2013.blogspot.com.es/
Buenas: gracias a los que muestran comprensión a nuestra puntual deriva bromista. Y Antonio: yo debo andar cerca de haber leído cualquier Bolaño publicado, y aún reconociéndole altibajos (¡cómo me costó acabar Monsieur Pain!) sus cumbres son, hoy en día, aún inalcanzadas.
Menos mal que era broma. Que susto.
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