sábado, 24 de agosto de 2013

Pola Oloixarac: Las teorías salvajes

Idioma original: español
Año de publicación: 2008
Valoración: meloexplique

A 24 de agosto, transcurrida la semana más parada del mes vacacional por antonomasia en el hemisferio norte. Así es cuándo (y cómo) me la juego, cómo expongo mi pujante carrera de reseñador en la Red con esta opinión, que coquetea peligrosamente con tópicos muy delicados y que, seguro, será malinterpretada.

Pola Oloixarac es muy guapa. Vamos, os dejo (vaya, hace unos días ya hice lo mismo) unos minutos para que googleéis su nombre y pinchéis en imágenes. Joven, rasgos de cierto exotismo, melena morena algo salvaje. Posa mirando a cámara, de ninguna manera esconde su atractivo.

Sí: ya sé. No he hecho este comentario sobre, por ejemplo, Vila-Matas o, mejor ejemplo, Alice Munro. Sí, empiezo a bordear el primer aviso. Pero es que esa presencia física poderosa y sexy acaba trasluciendo, para mal, en esta, su primera novela. Pues parece que la Oloixarac quiere empeñarse constantemente en desmontar el topicazo de la escritora que publica porque es muy atractiva. Cosa que no hacía falta; sabemos que es licenciada en filosofía y que publica un blog sobre tecnologías y no ponemos ninguna de estas aptitudes en la más mínima duda. Pero su prosa parece obsesionada en certificar esas condiciones a cada dos por tres, y lo que funciona en formato corto para un post no siempre funciona cuando se prolonga por taaaantas páginas (si: muchas "a").
Entre montañas de referencias cultas y cultistas (mon-ta-ñas muy difíciles de escalar), a la Oloixarac se le escapa lo básico, que es obedecer, aunque sea un poco, a una estructura que evoque una trama, una historia, o algo que se desarrolle en algún sentido, No, ni por asomo. He de confesar que, tras doscientas páginas eternas, no pude más que hojear la tercera parte: simplemente estaba abrumado por tanta referencia y tanta cita, estaba desorientado y busqué si ahí se aclaraba algo. A ver, que David Foster Wallace abruma también, con su estilo rico y meticuloso. Podría pasar lo mismo con esta novela. Pues no. Pola Oloixarac cita en varios idiomas a montones de autores, parece, muy reputados, emplea la cursiva con tanta profusión que, a lo mejor, la cursiva es la trama paralela que no veo en ningún lado (paralela a qué, por cierto), y llega un punto en que dan ganas de recordarle que sí, que existen palabras de menos de cuatro sílabas. O sea, su estilo entra en un cul-de-sac extenuante, circunspecto.
Creo haber leído sobre un rifirrafe entre Hemingway y Faulkner a cuenta del uso del diccionario en el curso de la lectura de un libro. Pues con este libro igual harían falta varios. Lo siento, siento en el alma pronunciarme de esta manera, pero son muchas páginas las que he recorrido sin comprender para nada el sentido de su presencia en el libro. Salvo ocultar esa exigua historia entre personajes de extraños apellidos que seguro que esconden alguna referencia. Como árboles y árboles que no dejan ver el bosque, pero porque en realidad no hay bosque. Hasta ese hermetismo se me ha contagiado. Novela muy forzada, novela que revela una presión auto-impuesta, encaminada en el sentido equivocado. Me sabe mal por Alpha Decay, editorial que suele interesarme. Y me sabe mal porque si Pola Oloixarac quiere verme para comentar esta reseña, no seré capaz, claro, de decirle que no.

10 comentarios:

Il Gatopando dijo...

Pese a algunos hallazgos -contados-, Las teorías salvajes se me hicieron muuuyyy pesadas.

Y sí, el indudable talento de David Foster Wallace parece haber causado estragos en legiones de jóvenes impresionables.

Lo del físico de la autora, yo me lo habría ahorrado. No veo qué aporta.

Saludos

http://queraroestodo.blogspot.com.es/2010/08/el-sindrome-de-israel.html

Marcelo Z dijo...

Algo he dicho sobre este libro hace tres años, editado en Argentina por Entropía. Lo cierto, Francesc, es que parece un libro publicado para el consumo de ciertos cenáculos de la Fac. de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, donde seguramente tuvo trascendencia. Quizás por eso te resulte tan inexplicable. De hecho, se hizo una presentación en la explanada de la Biblioteca Nacional con motivo de la reedición de esta obra. Si me animo, volveré a postear lo que de él he dicho. Un abrazo.

Francesc Bon dijo...

Comprendo que la cuestión del físioo de la autora sea algo insustancial, pero me da la sensación de que la autora busca desvincularse forzando la cuestión intelectual, cosa que creo que atenaza y determina el libro. En todo caso, creo que al margen de disponer de esa información, el libro se complica de una manera poco natural y todo se vuelve un lío incomprensible. Gracias por el comentario.

JeanP dijo...

Esta es la típica treintañera pasada que necesita ponerse las pilas del puer aeternus ante la inexorable decadencia. Lo hace haciendo apología de la sinrazón y el sinsentido del modernillo (así lo interpreta ella y no le falta cierta razón) y recreando la vida universal (pasado, presente y futuro) a modo de flashes y picoteos (lo de las aceitunas y el jamón no es gratuito, ja), sin aparente conexión entre ellos salvo su propia mente, que, en este caso, se limita a su ego "erotomanizado". Leer su obra es leeerla a ella. No lo he hecho, pero me estoy imaginando el percal. Estos individuos están todos cortados por el mismo patrón. Visto uno, vistos todos. Aunque no lo creas, Houellebecq era (puede que aun lo sea) un poco así.

JeanP dijo...

"Según una tesis doctoral reciente (Levy, 2007), para 2050 los amores físicos entre robots y humanos serán comunes, y será Massachussets (el lugar que vio nacer a Eliza) el primer estado en volver legal lo último en matrimonios mixtos. Weizenbaum murió en marzo de este año en su Berlín natal, en el mismo barrio donde vivía con sus padres, lejos de Eliza."

Analicemos, pues, el fragmento. Lo primero que salta a la vista es que lo que cuenta importa una mierda colgada de un palo. Por tanto, consciente apología de lo, a sabiendas, intrascendente. Lo superficial, lo efímero, lo que no vale para nada, lo que jamás nos solucionará la vida por mucho que hablemos de ello. Lo mejor de todo es que ella sabe que es así (eso es, a sabiendas).

Lo segundo, es que toca un tema, digamos, futurista, con el fin de poder abrazar la eternidad, amén de querer parecer moderna a toda costa. Antes supercalifragilisticaespiralidosa que apijotada. Todo un sacrifio para una mujer que oculta su frente ancha con un favorecedor flequillo y sus ojos asimétricos con un potente eyeliner.

Lo tercero que captamos es, sin embargo, muy interesante. Enlaza la reciente, lejana, seca, ordinaria y "sucia" muerte de un ilustre investigador del MIT con ese futuro tan prometedor y más limpio (el robot no caga) que nos espera. Y, si quisiera seguir relacionando, enlaza que te enlazarás, llegaría a la Unidad, todos con todos y con todo, juntos, revueltos y penetrados. PURA METAFÍSICA COOL Y RASTRERA. También hay matemática. Estoy hablando medio en serio, joé.

¡Ay, Francesc, Francesc, que no te enteras! JAJAJAJAJAJA... + ecolalia + eco (muchas "a").

JeanP dijo...

Aun a riesgo de ser pesado, circunstancia que me la pela, y ya que me lo has puesto a huevo, no puedo callarme lo que viene a continuación: si no hubieseis creído a los viejos prostáticos que mullen con sus esqueléticos glúteos los sillones de nuestra RAE y no hubierais o hubieseis demonizado las teorías e intuiciones de Agustín García Calvo, hoy sabríais de la matemática del lenguaje, de la belleza y de la simetría y de la ídem de la asimetría (que se me antoja que es a lo que juega la tía esta) y apreciariais la sutil, pero imponente, diferencia que hay entre bajar a buscar el periódico CON zapatillas, DE zapatillas o EN zapatillas.

Como digo, si hubieseis prestado atención en clase de “inconformismo con causa“, ahora no tendría que venir una palurda del cono Sur que se cree el ombligo de la modernidad, con su empanada producto de un tallercito de arterapia (algo parecido a lo que dice Marcelo Z), a pretender enseñaros la auténtica senda de los elefantes, y en la casilla "Valoración" figuraría un BUEN INTENTO, PERO NO CUELA como un sol.

¡Dios, cómo me gusto!

Francesc Bon dijo...

Gracias, Marcelo, por el comentario. Reflexiono sobre si un libro con un público potencial tan restringido está en su lugar en la editorial que lo publica, Alpha Decay, generalista pero con un cierto toque alternativo. No llego a conclusión alguna, por eso. Suelo recelar de libros que necesitan de instrucciones adicionales no ya para un disfrute profundo sino para una comprensión primaria.

Francesc Bon dijo...

Todo un privilegio disfrutar de tus tres comentarios, JeanP. Que no alcanzo a ver si corroboran o contradicen esta impresión mía, o ni lo uno ni lo otro. Está mal generalizar, por eso. Cosa que me aplico, para empezar, a mí mismo. Como en otros libros, igual no era el día, o el milenio. Pues eso le deparó la suerte a la Oloixarac, en lo que a mí concierne. No entendí nada, cuando por generación y temática y espíritu, debería, por lo menos, haberme enterado de algo. Pues no veas si un día reseño, no sé, a Nietzsche. Y ya que estamos, creo que pensé en algún momento del libro en una comparación que hubiera resultado algo fétidamente malintencionada. El rollo ese de la trilogía Nocilla. En fin. Gracias por la dedicación.

Francesc Bon dijo...

Y "Buen intento, pero no cuela" me lo apunto para usarlo con el primer pretexto posible, ya que estamos.

Marcelo Z dijo...

Aquí lo edita Entropía, otra editorial proclive a trabajos de vanguardia o 'underground'. Por otro lado, en Alpha Decay se editaron cosas de la talla de 'Stone Junction', junto a otras nada célebres. Volviendo al libro, ha sido un éxito local, porque cuestionaba en ciertos círculos el fenómeno de 'transculturalización' y su vínculo con la tecnología, el posmodernismo y la frialdad de los mass media. Lo cierto es que intenta ser un referente de metalenguajes y cosas del estilo. Muy de acuerdo con lo escrito por JeanP. Un abrazo, Francesc.